Patrimonio en disputa: el valor del legado histórico
- Expertos y responsables abogan por los préstamos y las exposiciones temporales frente a las disputas legales
- Los profesionales de los museos piden analizar el estado de conservación antes de mover los objetos
- El reportaje "Patrimonio en disputa", este sábado en Informe Semanal a las 21:30 en RTVE Play, La 1 y Canal 24h
Este 2022 se cumple el 125 aniversario del descubrimiento de la Dama de Elche, y por ello el ayuntamiento de la ciudad pretende conseguir su cesión temporal para los actos de celebración. No sería la primera vez que el busto sale en dirección a la ciudad ilicitana. Ya lo hizo en 1965 para la celebración del séptimo aniversario del Misterio de Elche, y más recientemente, en 2006 para la inauguración del Museo Arqueológico y de Historia de la ciudad (MAHE).
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El hoy alcalde de Elche, Carlos González, era entonces diputado en el Congreso de los Diputados y participó en las gestiones con el Ministerio de Cultura. Dieciséis años después recuerda que “fue una gran explosión de alegría, un acontecimiento que todavía se rememora” y que a efectos prácticos “posibilitó que en solo seis meses hubiera más de 400.000 visitas al museo, de las cuales el 80 % eran de ciudadanos procedentes de fuera de la Comunidad Valenciana. Por lo tanto supuso un gran impulso turístico para la Comunidad Valenciana y desde luego para Elche”.
Sin embargo, la cesión aún no está decidida. Para los profesionales de los museos todo traslado tiene que estudiarse para asegurar la preservación del objeto. Teresa Reyes, Presidenta del Consejo Español del ICOM, organismo que los representa, asegura que no se puede generalizar pero que ellos “no son reacios a mover piezas. Lo que debe analizarse es caso por caso. No siempre todos los objetos pueden permitirse moverse porque depende del estado de conservación. Debe analizarse siempre”. Además, para ellos existe otro factor intangible y es que si se presta una pieza que forma parte de la exposición permanente de un museo, “se pierde el discurso y el hilo que tiene esa exposición y por lo tanto pierde una parte de su identidad”.
Tratándose de la Dama de Elche, el recientemente nombrado nuevo Director de Bellas Artes, Isaac Sastre, recuerda que es una pieza que originalmente estuvo pintada y que conserva una pequeña parte de aquellos pigmentos. Hoy en día “se está trabajando en actualizar el conocimiento del estado de conservación de estos pigmentos -nos dice-, y hasta qué punto están en riesgo de pérdida, de desprendimiento, y a partir de ahí, con esa nueva hoja de estado de conservación podremos valorar futuras peticiones”.
La Dama de Elche, 125 años de vida viajera
Lo que hoy es el Parque arqueológico de La Alcudia era a finales del siglo XIX un pedregal, una finca sin explotar situada a unos dos kilómetros de la ciudad alicantina de Elche. Se trata de un yacimiento poco conocido, seguramente eclipsado por la fama de la figura que se encontró en él hace 125 años: La Dama de Elche, el icono por antonomasia de la cultura ibérica.
Su director, Alejandro Ramos Molina, hijo y nieto de los arqueólogos que levantaron el yacimiento, nos recuerda cómo su dueño había decidido reconvertirla en una finca agrícola: “se estaban creando una serie de acequias -nos dice-, y en esos trabajos, el 4 de agosto de 1897, los operarios dieron con un busto, un rostro de mujer”.
El Parque de La Alcudia pertenece a la Universidad de Alicante y cuenta con el patrocinio del Ayuntamiento, la Diputación y la Generalitat. Tiene una extensión de unas diez hectáreas pero a fecha de hoy sólo se ha excavado un 10 % de su terreno, la mayoría perteneciente a los estratos de la época romana superpuestos sobre la Alcudia ibérica, la de la Dama de Elche.
Ramos cuenta que casi todo lo que se ha encontrado en el yacimiento perteneciente a la época ibérica estaba en posición secundaria “es decir, reutilizados como material constructivo”, explica el director. Y por eso esperan, no sin cierta expectación, “encontrar el depósito original y dónde consideramos que va a haber más cantidad de restos conservados” apunta el arqueólogo. Quién sabe si de una belleza similar a la de la Dama de Elche.
Sobre los detalles del descubrimiento en 1897 existen diversas versiones, pero lo cierto es que aquel día un hispanista francés llamado Pierre Paris estaba por casualidad en la ciudad y compró al dueño del terreno, el doctor Manuel Campello, aquel busto de mujer por 4.000 francos.
Según Carmen Aranegui, Catedrática Emérita de la Universidad de Valencia y autora de uno de los libros de referencia sobre la Dama de Elche, desde el primer momento el hispanista francés afirmó sobre la estatua que era “Iberia que resurge después de haber estado enterrada más de veinte siglos”. Y añade que “la primera definición sí que es una identificación con el país, pero no hecha desde el interior, sino desde el exterior”.
“Carmen Aranegui: “Iberia que resurge después de haber estado enterrada más de veinte siglos”“
Para la historiadora y arqueóloga, la creciente fama de la Dama de Elche se debió en gran medida a su estancia en el Museo del Louvre, primera parada de un periplo que no hacía más que comenzar. Fue allí donde adquirió su significación como un vestigio histórico identificado con la identidad nacional.
Durante los años de la República Española se produjeron los primeros e infructuosos intentos por recuperar la Dama de Elche para nuestro patrimonio. Pero fue en 1941, en plena Segunda Guerra Mundial, cuando la Francia de Vichy, aliada de los nazis, accedió a intercambiar con la dictadura franquista la escultura por un Velázquez y un Greco, entre otros objetos.
La Dama de Elche pasó a formar parte de lo que entonces se llamaba Tesoro Nacional, y quedó expuesta en el Museo del Prado. Tres décadas después, en 1971, se trasladó “escoltada y en taxi”, a su ubicación actual: el Museo Arqueológico Nacional.
Ubicación y propiedad: los préstamos como solución
Si finalmente se produjera la cesión temporal de la Dama de Elche a la ciudad que le da nombre, su destino sería el Museo Arqueológico y de Historia de este ciudad alicantina, que ya inauguró en 2006. Ahora en él se expone una réplica exacta junto a un buen número de restos “musealizados” procedentes de La Alcudia. Pero la disputa sobre su cesión ha abierto de nuevo la puerta al debate sobre la ubicación estable del patrimonio histórico y cultural.
Además de la Dama de Elche, existen otras disputas como la también Dama de Baza, expuesta igualmente en el Museo Arqueológico Nacional, el Gernika o los Toros de Costitx, entre otros.
“Carlos González: "Buscar fórmulas que permitan que la Dama de Elche esté durante largas estancias en nuestra ciudad y que compatibilice esa presencia en Elche y seguir siendo Patrimonio Nacional"“
Para algunos una solución podría ser el préstamo más o menos estable. Así, a propósito de una hipotética cesión definitiva de la Dama de Elche, Carlos González asegura que por su parte existe “voluntad de buscar fórmulas que permitan que la Dama de Elche esté durante largas estancias en nuestra ciudad y que compatibilice esa presencia en Elche y seguir siendo Patrimonio Nacional, Patrimonio del Estado, con que pueda estar también en el Museo Arqueológico Nacional”.
“Isaac Sastre: "El patrimonio afecto al Ministerio de Cultura no es del Ministerio de Cultura, es del Estado, es de todos los españoles”“
Pero el Director General de Bellas Artes, Isaac Sastre, es tajante: “El estado no puede, no debe, y por ley no puede desprenderse de su propio patrimonio. El patrimonio afecto al Ministerio de Cultura no es del Ministerio de Cultura, es del Estado, es de todos los españoles”, concluye.
En cualquier caso, la Ley de Patrimonio aprobada en 1985, junto con las diferentes legislaciones autonómicas, establecen que cualquier hallazgo arqueológico depende de la Comunidad donde sea encontrado. Desde entonces, no ha llegado ninguna pieza nueva al Museo Arqueológico Nacional (MAN) y desde algunos ámbitos se plantea si debe o no seguir existiendo dicho museo.
Para la catedrática y arqueóloga Carmen Aranegui “tiene sentido que haya un museo arqueológico que centralice un discurso que atañe principalmente a la valoración de las culturas antiguas por parte del país”. Y añade: “Somos herederos del siglo XVIII, del siglo XIX, del siglo XX y a través de esos siglos se ha constituido una riqueza en patrimonio que tiene sus gestiones y su conservación en el patrimonio nacional”.
Los "Bienes de Sigena", una disputa por Patrimonio Artístico
Las disputas sobre el patrimonio histórico y cultural no se limitan a los descubrimientos arqueológicos. Por ejemplo, el 11 de diciembre de 2017, poco después de las cuatro de la madrugada y en un ambiente muy crispado por causas políticas ajenas a la propia disputa, se ejecutaba una sentencia judicial que obligaba al Museu de Lleida a devolver 44 obras de arte y piezas históricas, (tres cajas mortuorias, sepulcros de madera policromada del siglo XV; cuatro relieves de alabastro expuestos en el museo de Lleida; seis tablas de retablo; 21 pinturas religiosas; y nueve fragmentos más de altorrelieves de alabastro muy deteriorados por el incendio de 1936), al monasterio de la localidad oscense de Villanueva de Sigena.
Las obras retornadas son sólo una parte de las piezas que habían partido de Santa María de Sigena con diversos destinos cuando las monjas, apretadas por las urgencias económicas que les provocó la desamortización de 1836, empezaron a vender su patrimonio.
Josep Giralt, director del Museu de Lleida, en sus orígenes un museo episcopal y hoy propiedad de un consorcio público con participación de la iglesia, nos recuerda que la mayoría de los museos diocesanos españoles “son resultado de un intento de proteger el patrimonio que ese momento era pasto del comercio privado entre unas parroquias y unos comerciantes europeos y americanos”.
Para sus profesionales, recuerda Giralt, el día que los bienes salieron del Museu de Lleida, supuso un fuerte golpe anímico. Pero además, nos dice en una sala donde aún se observan algunos de los vacíos dejados, “las piezas que forman parte del origen de la colección siempre son insustituibles, fundamentalmente porque están conectadas con un momento de creación”.
“Josep Giralt: “Las piezas que forman parte del origen de la colección siempre son insustituibles, fundamentalmente porque están conectadas con un momento de creación”“
La disputa en los tribunales había arrancado en 1997, cuando el Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento de Villanueva de Sigena reclamaron judicialmente al conocer que las monjas de la Orden de San Juan de Jerusalén habían vendido en 1982 a la Generalitat la propiedad de esas obras procedentes del Monasterio y que hasta entonces habían estado depositadas en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) de Barcelona y en el Museu de Lleida.
Josep Giralt recuerda que el origen del el Museu de Lleida “se remonta a finales del XIX”. Y que las piezas de Sigena “estaban en el Museo hacía más de 50 años”. En su opinión, la decisión de los jueces ataca “una definición de lo que es un museo público, y cómo se forman los museos en este país a finales del XIX, y cuál es la idea de protección según la cual nacen esos museos”.
El Patrimonio como un recurso también económico
El monasterio de Santa María de Sigena fue fundado en el siglo XII por Sancha de Castilla, mujer de Alfonso II de Aragón. Desde sus orígenes estuvo ocupado por monjas de la orden de San Juan Evangelista, muy vinculadas a la Corona. Centro de poder y faro espiritual, el edificio siempre estuvo cubierto por destacadas obras de arte que, con el paso del tiempo, se fueron dispersando por colecciones públicas y privadas.
Para la pequeña localidad de Villanueva de Sigena, ubicada en Los Monegros, una región muy despoblada y parte de la “España vaciada”, el regreso de las obras supone algo más que una oportunidad. Marisancho Menjón, Directora General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón, nos dice que el patrimonio “es muchas más cosas que un recurso, pero es también un recurso económico”.
“Marisancho Menjón: “Supone que, aunque seas más pequeño, si tienes la razón, la razón se te da. Porque hemos tenido la sensación de ser siempre David contra Goliat”“
Menjón considera que un solo elemento no puede cambiar repentinamente la realidad socioeconómica de un lugar, pero que “nuestro recurso principal no es el petróleo, sino la naturaleza, la belleza, el patrimonio cultural, nuestras tradiciones y nuestra historia”. Además, “supone que, aunque seas más pequeño, si tienes la razón, la razón se te da. Porque hemos tenido la sensación de ser siempre David contra Goliat”.
Abandonado a su suerte tras ser incendiado por una columna anarquista durante la Guerra Civil Española, ahora el Gobierno de Aragón está restaurando el monasterio, cuya administración corresponde a la Orden de Malta. En la “Sala de Bienes” se pueden contemplar las obras retornadas, y también se pueden visitar la Sala capitular, el Altar Mayor y los sarcófagos de Doña Sancha y Pedro Segundo.
Para el alcalde de Villanueva de Sigena, José Jaime Castellón, el monasterio “siempre ha sido un motor económico que ha generado una influencia, un ir y venir de gente que, en definitiva, ha traído también negocios y oportunidades”. Pero, nos dice, no sólo será “muy bonito recuperar Sigena como motor económico, también como motor espiritual, pues es un monasterio”.
El Tesoro de la Mercedes: De expolio a patrimonio común
La historia de la cultura está plagada de conflictos por la propiedad de piezas y obras de arte y se cuentan también por centenas los casos de presuntos expolios. Por su significación e importancia fue muy mediático, y todavía lo es hoy gracias a la serie de televisión “La Fortuna”, dirigida por Alejandro Amenábar, el caso del llamado “Tesoro de la Mercedes”. Cinco años de pleitos en los tribunales estadounidenses acabaron con su recuperación para el patrimonio nacional.
En 2007 la empresa caza-tesoros Odyssey había arrasado un yacimiento subacuático para extraer del fondo marino, en aguas internacionales frente a la costa del Algarve, casi 575.000 monedas de oro y plata que transportaba la fragata española Mercedes, hundida por barcos ingleses en octubre de 1804.
Con un gran valor económico, en el caso de que hubieran acabado en las casas de subastas, sin embargo para Isaac Sastre tienen un valor más intangible y mucho mayor: “el valor del patrimonio es el que, no solo un estado, sino toda una sociedad decide otorgar a una parte de su cultura, a una parte de su historia”, y añade que “para nosotros no son 500.000 monedas. Para nosotros es parte de nuestra historia y por eso, nuestro legado es, y nuestra obligación es, la de preservarlo”.
“Isaac Sastre: “Para nosotros no son 500.000 monedas. Para nosotros es parte de nuestra historia y por eso, nuestro legado es, y nuestra obligación es, la de preservarlo”“
Aproximadamente 14.000 monedas se exponen actualmente en el Museo Nacional de Arqueología Subacuática (ARQUA), en Cartagena y existen otros objetos en restauración, como dos culebrinas o pequeños cañones, que se salvaron del destrozo del yacimiento.
Más de una década después de su devolución, sólo una pequeña parte de las monedas que se recuperaron han sido restauradas. Hubo que esperar a agosto del año pasado para que el gobierno aprobara una partida de 600.000 euros para una intervención que, se prevé, durará año y medio.
“Alejandro Ramos: “la propiedad aquí no cabe, que es una herencia cultural y que debe poder disfrutarla todo el mundo”“
La Dama de Elche, los Bienes de Sigena o el Tesoro de la Mercedes nos hablan directamente de nuestro pasado. Nos dice la catedrática experta en la Dama de Elche, Carmen Aranegui, que “las vidas pasan pero los objetos perduran y por eso tienen importancia, porque son el recuerdo de algo que no volverá”. Y añade el arqueólogo Alejandro Ramos que “la propiedad aquí no cabe, que es una herencia cultural y que debe poder disfrutarla todo el mundo”.
Existe un hilo invisible que nos une a nuestra historia colectiva a través de objetos, restos arqueológicos y obras de arte. Más allá de las disputas sobre propiedades y titularidades, lo realmente imprescindible es encontrar un equilibrio entre la conservación para las futuras generaciones, y el uso y disfrute en el presente de un patrimonio cultural y artístico que nos pertenece a todos.