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Las sombras de una estrella

Julie Andrews, una terrible infancia con miedo a un padrastro alcohólico

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Julie Andrews cantando con su padrastro Ted
Julie Andrews cantando con su padrastro Ted

Los padres de la actriz Julie Andrews se separaron cuando ella era pequeña. De hecho, su apellido lo lleva por su padrastro Ted. En el Reino Unido era considerada una niña prodigio: su voz alcanzaba cinco octavas. Su madre, pianista, y su padrastro, también artista, la apuntaron a clases de canto con siete años y querían que aprendiera solfeo, aunque ella nunca quiso pues no le hizo falta para reproducir las notas por su buen oído.

Julie Andrews junto a su padrastro y su madre

Julie Andrews junto a su padrastro y su madre RTVE.es

Julie era una niña prodigio, pero su infancia no era un cuento de hadas. Para Bárbara Andrews, su madre, la hija no era agraciada: decía que tenía las piernas muy arqueadas de montar a caballo, los dientes torcidos y un ojo vago. Sin embargo, a pesar de sus rasgos físicos, su madre proyectaba en ella su propia ambición y acosaba a los agentes para imponerla. La presión porque su hija fuera artista era máxima. Con sus padres formó el Trío Andrews que actuaba en los teatros más humildes.

Abusos de su padrastro

A veces me daba un poco de miedo

El humor del padrastro de Julie Andrews variaba según la cantidad de alcohol que ingería. “Él era un hombre muy grande físicamente y a mí siempre me asustó un poco aunque fue siempre muy dulce pero a veces me daba un poco de miedo creo.”, dijo la actriz. Sin embargo, no se atrevió a revelar que temía su ira y todavía más sus intentos de tocamientos que ella rechazaba como podía.

Su mayor miedo

Desde que el 1 de noviembre de 1948, con 13 años, cantó delante del rey y la reina, la carrera de Julie fue en ascenso. Por lo contrario, la de sus padres fue en declive y el Trío Andrews no resistió. Ted cada vez cantaba menos y bebía más y arrastró a Bárbara al infierno del alcohol. Con 17 años empezó su triunfo en Broadway con la comedia musical 'El novio'. Su madre viajó con ella y se mostraba feliz pero, a la vez, celosa de su éxito.

Su carrera en Estados Unidos continuó con la comedia musical My Fair Lady pero Julie Andrews estaba aterrorizada por la posibilidad de perder la voz debido a las numerosas actuaciones que hacía. Cantaba ocho veces a la semana y una voz soprano seguramente no podría resistir ese ritmo. A base de inyecciones vitamínicas y tratamientos para las cuerdas vocales pudo mantener su voz. No podía fallar porque, tras dos años en Nueva York, el espectáculo se trasladó a Londres y el ritmo de trabajo continuó. Después triunfaría en Hollywood con ‘Mary Poppins’ y ‘Sonrisas y Lágrimas’.

Julie Andrews se hacía tratamientos para las cuerdas vocales durante 'My Fair Lady'

Julie Andrews se hacía tratamientos para las cuerdas vocales durante 'My Fair Lady' RTVE.es

Es una tragedia no poder cantar con una orquestra

En 1995, 35 años después de su debut en Broadway, la cantante con 60 años volvió a subirse a los escenarios y recuperó el mismo ritmo de ocho espectáculos por semana con la adaptación teatral de la película Víctor Victoria. Tras 17 meses lo que tanto temía Julie Andrews desde ‘My Fair Lady’ finalmente sucedió: su voz cristalina se quebró. Después de consultar con los médicos, en junio de 1997 decidió operarse pero la intervención de sus cuerdas vocales, en principio inocua, resultó ser desastrosa. Nunca más hemos vuelto a escuchar sus agudos. “Es una tragedia no poder cantar con una orquestra. No ser capaz de expresarme a través del canto, algo que he hecho toda mi vida…”, afirmaba la actriz.

El fracaso de su primer matrimonio

Con 24 años, durante su estancia en Londres con ‘My Fair Lady’ se reencontró con Tony Walton, su querido amigo de la infancia, convertido en escenógrafo con quien se casó. Sin embargo, Walton no llevó bien el éxito de su esposa. En otoño de 1966 la pareja se separó oficialmente. Su marido no soportaba más el papel de señor Andrews y estar a la sombra la cantante.

Los pensamientos suicidas de su segunda pareja Blake Edwards

Después de separarse de Walton, en Santa Mónica, Julie recibió la noticia de la muerte de su padrastro y del declive de su madre alcohólica que tocaba el piano en un bar. Se reabrieron las heridas de su infancia y sus inseguridades le obligaron a buscar consuelo en el psicoanálisis, un tratamiento que siguió durante cinco años haciendo cinco sesiones por semana.

En sus visitas al psicoanalista se cruzaba con Blake Edwards, el exitoso director de Desayuno con diamantes y La pantera rosa, que también era paciente. Los dos padres recientemente divorciados tenían muchas cosas en común y durante sus años de relación, su prioridad fue la vida familiar. En 1975, al final de la guerra de Vietnam, adoptaron a dos niños huérfanos vietnamitas que se unieron a la familia formada por la hija de Julie, de su anterior matrimonio, y los hijos de Edwards.

Julie Andrews y su pareja Blake Edwar

Julie Andrews y su pareja Blake Edwar RTVE.es

A Julie Andrews parecía no afectarle su alejamiento de los platós de Hollywood pero no se puede decir lo mismo de su pareja que pasó por un largo periodo de depresión. Julie le llamaba "Blacky", por sus ideas oscuras aunque siempre le animaba a que luchara contra sus pensamientos suicidas. Después de más de 40 años de relación, Blake Edwards murió en 2010. Después de su fallecimiento, la actriz se refirió a él como el hombre más carismático, divertido y con humor negro, dulce, complicado y atractivo que había conocido en su vida.