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Tokio: tradición e innovación a partes iguales

  • Tokio es la ciudad más poblada del mundo y descubrirla supone toda una aventura
  • Dadas sus dimensiones y su diversidad, lo mejor es organizar la visita por barrios

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Vista del horizonte de Tokio en el crepúsculo.
Vista del horizonte de Tokio en el crepúsculo.

Aterrizar en el aeropuerto de Tokio nos evoca un cúmulo de sensaciones: nos acompaña la humedad del ambiente, la temperatura elevada y nos envuelve la cultura japonesa de la ciudad más poblada del mundo, unos 37 millones, si tenemos en cuenta su área metropolitana.

Hay muchos Tokios dentro de la ciudad, desde los más turísticos hasta los más auténticos, y a todos ellos viajamos en la sección "Tierra sin límites" de El gallo que no cesa.

El gallo que no cesa - Tierra sin límites: Tokio, fusión de tradición e innovación - Escuchar ahora

Las múltiples caras de Tokio

Para moverse por Tokio lo más útil es el transporte público. Para la mayor parte de los viajeros, la puerta de entrada a la ciudad es la Estación de Tokio, un complejo enorme con más de un siglo de antigüedad y mucho tráfico ferroviario. Además de funcionar como un intercambiador, también es centro comercial, gastronómico y cultural y está declarada Patrimonio Cultural. A nosotros nos sirve también para cogerle el pulso a la ciudad.

Salimos de ella y nos encontramos con el barrio de Marunouchi, "la parte más comercial y de oficinas, un poco la parte más arquetípica y cosmopolita de la ciudad de Tokio", describe Hajime Kishi, manager de la oficina nacional de turismo de Japón.

Distrito de Kabukicho, en Shinjuku.

Distrito de Kabukicho, en Shinjuku. GETTY IMAGES

Para organizar una visita a Tokio lo mejor es dividir la ciudad por barrios, "en la parte oeste están las zonas modernas (Shinjuki, Shibuya y Harajuku), en la parte este quedan los barrios antiguos (Asakusa, Ueno) y en el corazón de Tokio está la parte imperial. Tampoco debemos perdernos la zona de la bahía de Tokio”. Así divide la ciudad Taeko Ueda, representante de Turismo de Tokio en Madrid.

El Tokio más moderno

En el lado oeste, están los rascacielos y las luces de los barrios Shinjuku y Harajuku, donde hay una zona dedicada a la cultura Kawaii, la cultura de lo adorable, de lo “mono”, donde las tiendas, las vestimentas de algunos transeúntes y las cafeterías parecen sacados de un mundo de muñecos. El máximo exponente kawaii es Hello Kitty.

También, en la parte oeste, está el barrio de Shibuya con el famosísimo cruce Shibuya y todos sus pasos de cebra, luces y pantallas que han aparecido cientos de veces en películas, algunas tan famosas como Lost in translation.

Entre rascacielos, una buena forma de tomar perspectiva es subir a algún mirador, Ueda nos recomienda “el edificio del gobierno de Tokio, donde se puede subir sin coste, y el Shibuya Scramble Square, desde donde se ve el paisaje de la ciudad de forma espectacular”.

Tokio y sus tradiciones

Además de esa imagen moderna que Japón proyecta al exterior, la capital tiene una faceta mucho más tradicional, que nos remonta a sus orígenes, 400 años atrás, a cuando Tokio se llamaba Edo. “Tokio es ese ambiente bullicioso con sus rincones tradicionales” explica Kishi. Los máximos exponentes de este lado más tradicional son sus edificios históricos: santuarios sintoistas como el de Meiji que se encuentra en un parque enorme o el templo budista de Senso-ji. A pesar de ser muy turísticos parece que ahí la ciudad late a otro ritmo.

Tokio entra por la vista, pero también por otros sentidos. En la ciudad, hay experiencias para todos los gustos: podemos relajarnos en un onsen, en un balneario, activarnos cantando a pleno pulmón en un karaoke o ir a un espectáculo kabuki, una forma de teatro tradicional que comenzó en la época Edo y que está declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

También hay opciones culinarias como aprender a hacer sushi o, mejor aún, desayunarlo en el mercado de pescado más grande de Tokio, Toyosu, que sustituyó al de Tsukiji. Si madrugamos podemos ver la subasta de atún. La gastronomía es otro punto fuerte del viaje, mientras comemos estaremos paladeando cultura ya que la cocina tradicional japonesa es otro de los patrimonios inmateriales japoneses reconocidos por la Unesco.

Planes diferentes en Tokio y sus alrededores

Si nos alejamos de los monumentos y de las zonas más turísticas y llamativas podemos ver el Tokio más cotidiano. Para ello Hajime nos recomienda movernos hacia el sur de la ciudad, para conocer como es el día a día de la gente. “Toda la zona de Omotesando, la zona sur-centro de Tokio, es una zona residencial y muy interesante para poder visitar. No está tan concurrida y por lo tanto es ideal para tener un momento de tranquilidad en medio del bullicio de la ciudad: para salir a comer, para salir a pasear como si fuese un tokiota más”.

También existe una zona castiza, cerca de la torre Skytree, “donde se conserva el barrio tokiota más tradicional: donde están los gremios de artesanos, donde podemos encontrar todo tipo de material y de utensilios de cocina para todas aquellas personas que quieran llevarse un recuerdo de Japón”.

Además, podemos realizar excursiones muy interesantes. Por ejemplo, a los templos de Nikko, a Kamakura, la antigua capital de Japón o al monte Fuji, la montaña más emblemática del país. Si tenemos menos tiempo y queremos algo más cercano (con vistas además al Fuji y a la ciudad), la respuesta es el monte Takao.

Planes infinitos en Tokio y sus alrededores que - confiemos – podremos volver a hacer pronto. De momento, las restricciones por el coronavirus no nos permiten ir a Japón desde España por turismo así que debemos conformarnos con viajar hasta allí a través de la radio.