Por qué ver 'Amazing Grace', el documental perdido de Aretha Franklin
- Este documental grabado en enero de 1972 rescata la esencia de Aretha Franklin en la "Capilla Sixtina del Góspel"
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En enero de 1972, Aretha Franklin decidió hacer algo diferente. La diva del Soul viajó hasta Los Ángeles, a la iglesia bautista misionera de New Temple, para grabar en directo un disco muy especial. Las grabaciones de aquellas dos noches, más de 200 horas de material grabado, se incluirían posteriormente en una película producida por Warner Bros.
Pero un error garrafal del director Sydney Pollack y varios problemas técnicos impidieron que la grabación saliera adelante y quedara guardada durante más de cuarenta años en un cajón. No fue hasta el año 2008 cuando Alan Elliot recuperó el material y consiguió desarrollar el proyecto ‘Amazing Grace‘. ¿Te lo vas a perder? ¡Ya disponible en nuestra plataforma!
'Amazing Grace', uno de los mejores discos de góspel de la historia
"Muy buenas noches a todos. Os agradecemos que hayáis venido a esta sesión religiosa de grabación de Lady Soul, la señorita Aretha Franklin. Queremos que participéis en esta sesión. Queremos que la gente se entere de que también estáis aqui. Queremos que participéis y que os involucréis con cuerpo y alma. Esta noche presenciaréis algo emocionante."
Con esas palabras, pronunciadas por el reverendo James Cleveland, comienza el documental 'Amazing Grace'. Aquella fría noche de enero la señorita Franklin, que apenas tenía 29 años, acudió junto a su banda, compuesta por Bernard Purdie a la batería, Cornell Dupree a la guitarra y Chuck Rainey al bajo, a la grabación del que sería el álbum más vendido en la carrera de la artista.
Para llevarlo a cabo, Warner Brothers Films contrató a Sydney Pollack ('Tootsie', 'Memorias de África') para documentar la grabación. La reina del Soul estuvo acompañada por el Coro Comunitario del Sureste de California -vestidos con chalecos de plata- y algunas de las grandes eminencias del góspel de la época como Alexander Hamilton y James Cleveland.
Aquellas dos noches, la diva del Soul emprendió un viaje hacia sus orígenes al cantar las canciones que marcaron su infancia y los himnos religiosos que su padre, el reverendo Clarence L. Franklin, cantaba en la iglesia bautista de Bethel, en Detroit.
200 horas de grabación guardados en un cajón
Aretha Franklin no solo quiso grabar su disco aquellas dos noches en las que se encerró en la iglesia de Los Ángeles, la diva del Soul también quiso celebrar un oficio religioso. El popio James Cleveland ya advirtió a los presentes, entre los que se encontraban Mick Jagger y Charlie Watts -integrantes de 'The Rolling Stones'-, que quería que se involucraran y se dejasen el cuerpo y el alma con cada una de las canciones.
Un combo perfecto que solo tuvo un inconveniente: el director Sydney Pollack olvidó usar la claqueta antes de cada plano para sincronizar imagen y sonido. Este fatal error de Pollack provocó que el gran concierto de Aretha durmiera durante cuatro décadas en un cajón de la Warner.
No fue hasta 1990 cuando el director Alan Elliott supo del asunto y comenzó a luchar por que el proyecto viera la luz. Mantuvo conversaciones con Sydney Pollack durante años para intentar convencerle de que la película tenía que publicarse. El director, que aún se sentía avergonzado por lo sucedido, fue terco hasta el final de su vida.
En 2006, ambos directores mantuvieron una última conversación telefónica en la que Pollack finalmente cedió: "Sé por qué me llamas: he hablado con la productora y les he permitido que acabes la película”. Así fue como décadas después, el productor musical Alan Elliott se hizo con los derechos de la historia. Después de muchas horas de trabajo y gracias a las técnicas modernas de montaje, se pudo terminar la posproducción.
La Reina del Soul prohibió su estreno
Durante años, Aretha Franklin se negó a que el concierto se publicara. Hasta el final de su vida litigó para prohibir su emisión. Pero Alan Elliott no se rindió ante la negativa de la reina del soul. El cineasta no desistió y continúo con el montaje de la película.
En una ocasión, Elliott llegó a proponerle a Aretha Franklin filmar una escena adicional, pero la diva pidió nada menos que 5 millones de euros. Aretha tenía un gran ego a la que le hubiera encantado ser una estrella de cine, pero le negaron esa oportunidad. El hecho de que la grabación estuviera oculta durante más de 40 años enfadó mucho a la artista.
No fue hasta su muerte, el 16 de agosto de 2018, cuando sus herederos dieron su aprobación final. Su familia aseguró que la grabación en vivo del concierto era la esencia y el alma de Aretha Franklin. de Según el director, "quedaron encantados con el resultado final".
Gracias a su consentimiento, hoy podemos disfrutar de un concierto histórico donde se nos muestra a una Aretha Franklin pletórica, llena de energía, siendo ella misma en todo momento y olvidándose de las cámaras y los focos, hasta el punto de acabar empapada de sudor. ¡Disfruta ya de este brillante concierto!