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Mans conecta el nuevo armario masculino con el camerino de un cabaré

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Mans, colección 'La Décadece', otoño/invierno 2022
Mans, colección 'La Décadece', otoño/invierno 2022

Corría enero de 2020. La cita fue el 28 de enero en la Casa de Velázquez. Prensa e invitados se agolpaban en las puertas, a pesar del frío, empujados por la curiosidad. Todos querían ver la colección de Jaime Álvarez, director creativo de Mans. Pocas veces un desfile con moda masculina había levantado tanta expectación y ... nadie salió defraudado. Fue una desfile sensacional y la colección era soberbia. Luego llegó la pandemia y cambiaron muchas cosas: no se hacían desfiles y la moda adoptó un tono 'demasiado deportivo' y 'demasiado casual'. Jaime se dejó seducir por esta nueva corriente y las dos últimas colecciones tienen ese aire soft, aunque ambas conservan su espíritu y su elegancia. Pero ya tocaba cambiar, volver a la esencia de la casa, desterrar ese relax estético y los fashion film para volver por la puerta grande al lujo y a la celebración. "Tenía muchas ganas de volver al desfile físico", dice emocionado Jaime Álvarez. "En este tiempo hemos cambiado mucho, la firma se ha asentado, nos hemos profesionalizado todavía más, tengo un equipo más maduro y se nota que hemos tenido una clara evolución". Habla con RTVE rodeado por tres 'burros' de los que cuelgan sus nuevas prendas, un tríptico de moda y deseo llamado 'La Décadence'. Es una colección muy interesante: atractiva, sensual, provocadora y fascinante.

Mans, colección 'La Décadece', otoño/invierno 2022

Mans, colección 'La Décadece', otoño/invierno 2022

Los locos años 20 del XX

Cuenta Jaime que ha bebido de la estética libre de los años 20 del siglo XX, del minimalismo brutalista de Tamara de Lempicka, de El gran Gatsby... Hay refinamiento y osadía, hay contención y maximalismo, hay tradición y extravagancia. El desfile se plantea como se ha planteado la colección, in crescendo. Arrancan las salidas más románticas, con looks muy trabajados. Vemos trajes de tres piezas hechos con una potente pata de gallo en tono beige, piezas perfectas que provocan una silueta impecable. "Hemos vuelto al origen, a nuestros inicios, porque queríamos volver al lujo de la sastrería, a lo tradicional, pero con un aire un tanto oscuro, decadente, que es un guiño al cabaré". Habla con una de las chaquetas en la mano, que impresiona por su excelente factura y por sus puños enormes, como los de Gatsby, cuajados de botones: 8 botones en cada puño, "muy gánster", dice.

Desfile de Mans con la colección 'La Décadence'

Destaca el trabajo de superposición de piezas, jugando siempre con las alturas de cada prenda. Las camisas (o blusas) han cambiado y se nota especialmente en el escote. El patrón crece en verticalidad, pero no en anchura, ahora son más pegadas al hombro y llevan el cuello alto, con volantes plisados, "muy afrancesado", añade Jaime. Un cuello que a veces se alarga y se convierte en corbata. Las vemos en sedas y georgette, en tonos liso y con estampados, y destaca uno con caras anónimas que recuerdan a las estrellas del cine y la publicidad de los locos 20. Los pantalones fusionan una silueta moderna y clásica, "con un corte recto que cae desde la cintura con un gran pliegue en la parte delantera".

Mans, colección 'La Décadece', otoño/invierno 2022

Mans, colección 'La Décadece', otoño/invierno 2022

Sastrería 2.0

Todos los estampados son nuevos, y todos salen del taller de la casa. "He hecho mi propia versión del estampado de leopardo, yo le llamo leopardo 2.0", dice. Otro de ellos es un motivo abstracto, muy arty, que en realidad es una versión del logo y el nombre de la casa. Más tranquilos son los tejidos de los esmóquines, las piezas más especiales de la colección. Los vemos en distintas versiones, casi siempre jugado con el contraste cromático entre cuerpo y solapa: varían desde los contrastes potentes de negro y morado hasta los más clásicos, en gris y negro, como el que está hecho en tejido moiré. ¿Lo veremos en la gala de los Goya? Las chaquetas juegan con las botonaduras, y las vemos cruzadas, muy elegantes, y también con un guiño a la indumentaria militar.

Mans, colección 'La Décadece', otoño/invierno 2022

Mans, colección 'La Décadece', otoño/invierno 2022

Pero el protagonismo se lo llevan los abrigos. En la colección, muy invernal, algo que se agradece porque no vivimos en un eterno verano, destacan soberbios abrigos largos de piel. Pero, piel falsa. "Es la primera vez que trabajamos estas piezas de pelo, y he utilizado un fake visón, es piel sintética. Tienen un punto femenino, que recuerda a los abrigos de mujer, para llevar sobre el cuerpo desnudo, sin nada debajo", dice. Vemos uno en burdeos suave y blanco roto, otro en amarillo huevo, otro en un marrón retro y otro en un degradé de malvas y morado. Todos irresistibles y todos rivalizando con otra pieza especial: un abrigo con patrón clásico, cruzado, pero hecho con un paño tratado para repela el agua. "Toda la colección es un homenaje al lujo, en el sentido más fiel de la palabra, y hemos querido recuperar la sastrería y la elegancia que se habían perdido en estas temporadas", revela.

Mans, colección 'La Décadece', otoño/invierno 2022

Mans, colección 'La Décadece', otoño/invierno 2022

De Gatsby a Bowie

Los complementos remarcan el espíritu de la colección, como los casquetes de Vivas Carrión (antes Tolentino Hats) que recogen el aroma chic de los bonetes, boinas y sombreros de los años 20. "Es una síntesis de los movimientos del constructivismo y expresionismo ruso con las líneas cubistas de Bracke o Lempicka sin olvidar la elegancia dandi del hombre incroyable del Paris de 1800, para culminar con el oversided propio de Wistock", dicen los artesanos sevillanos. Vemos también chales de flecos, piezas que hilvanan los seductores aires del charlestón con la magia y el embrujo de Andalucía, la tierra de Jaime Álvarez. Piezas que juegan con la dualidad, con la androginia y el travestismo, con el ambiente liberal y a veces decadente del cabaré, e incluso con la ambigüedad de David Bowie y su célebre tema 'Velvet Goldmine'. En la colección no falta el homenaje al artista, con un traje que recuerda al mítico look que le hizo Kansai Yamamoto en 1973 para su gira 'Aladdin Sane'.