Enlaces accesibilidad

Rodrigo Cortés nos lleva al teatro en el gueto de Varsovia

  • El director y guionista ha presentado la película El amor en su lugar
  • En el gueto de la ciudad polaca se representa una comedia musical
  • Acaba de recibir el premio a la mejor dirección en los Premios Feroz

Por
Rodrigo Cortés, director y guionista
Rodrigo Cortés, director y guionista

Preguntas como "¿qué es mejor amar o ser amado?" o "¿crees en la vida después de la muerte?" y a la que responde "preferiría que hubiese una antes", son algunos de los dilemas que se repiten a lo largo de la película El amor en su lugar que ha dirigido y coguionizado Rodrigo Cortés. Acaba de recibir el premio a la mejor dirección en los Feroz, los premios de la prensa cinematográfica española.

Entrevista a Rodrigo Cortés - Escuchar ahora

Una historia que se desarrolla en 1942 en el gueto de Varsovia, allí una compañía representa una comedia musical que cuenta la vida de dos parejas jóvenes que se ven obligados a compartir habitación por un error burocrático. "Por muy complicado que sea el dilema moral que tienen que enfrentar, todo resulta especialmente difícil en esas circunstancias", ha explicado el director en De pe a pa.

"Seguramente en un lugar en que amar y ser amado, puede suponer la diferencia entre la vida y la muerte. Hablamos de gente que quiere vivir media hora más, así que decida lo que decida y haga lo que haga. Es muy difícil juzgar a nadie".

'El amor en su lugar', teatro, amor y tensión en el gueto de Varsovia

Teatro dentro la película

David Safier, novelista y el otro coguionista de la película, fue quien descubrió esta historia: la representación en el teatro Fémina de la ciudad polaca de la obra Milosc Szuka Mieszkania [El amor en su lugar] de Jerzy Jurandot, "un dramaturgo y músico muy conocido en la Varsovia del momento y encerrado, evidentemente, en el gueto".

"Tendemos a imaginar que el gueto tiene la imaginería del campo de concentración, pero no es así. El gueto era una sociedad hacinada, muy dura, muy compleja y muy jerarquizada. Había gente muy rica que recurría al estraperlo, incluso tenía acceso a bienes de consumo como la carne y gente extraordinariamente pobre que moría congelada en la mitad de la noche sin que le importara absolutamente a nadie. La gente trataba de hacer lo que hacía originalmente: el que era zapatero trataba de seguir arreglando zapatos, si podía; el que era músico, llevaba su guitarra a un café; los actores representaban obras de teatro".

Aunque parezca increíble y difícil de concebir, el dramaturgo la escribió en este contexto y es la que se representa en esta película. "Paradójicamente es muy divertida, con chistes, canciones, bailes, aunque hablan de la vida en el gueto. No renuncian a hablar de la enfermedad, de la corrupción, de la violencia de la policía judía, pero entre canciones y chistes, que es algo muy judío".

Reimaginar la música

Las letras de las canciones escritas en polaco se conservaron, pero no la música. Las adaptaron al inglés y el compositor Víctor Reyes se encargó de "recomponer, reinventar y reimaginar" la música. Siempre tuvo en cuenta "la tradición escénica y teatral de finales de los años 30", ya que el autor de esta obra, Jerzy Juradot, fue músico de big band. Se pueden escuchar a lo largo del filme foxtrot, swing, klezmer o melodías románticas.

Tres manera de ver lo mismo

Los 94 minutos que dura la película son en tiempo real. Uno de los desafíos que tenían era representar los tres planos de la realidad en los que se desarrolla. Por una parte, está lo que ve el espectador que asiste al teatro. Por otra parte, está aquello que sucede en la propia escena cuando se acercan las cámaras y "tienes acceso privilegiado a las verdaderas reacciones de los actores que están interpretando algo, pero cuyo lenguaje corporal muchas veces dice otra cosa".

Por último, está lo que sucede "en los tripas del teatro que es donde se despliega el drama. Ahí ya no se actúa. Está pasando de verdad en toda su crudeza y con todo el sudor ese drama moral y humano, que muchas veces sin solución de continuidad se interrumpe en cuanto se levanta el telón. Nuestros actores, muchas veces sin cortar plano, salen a escena y cambia radicalmente no solamente su emoción, sino su estilo interpretativo. Ahora tienen que llegar a la última fila del teatro y divertir al público".