Isabel Allende: "El feminismo es una revolución imparable"
- La escritora ha presentado la novela Violeta, se estructura en forma de carta
- Una abuela decide con 100 años dejar su testimonio por escrito a su nieto
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"Todas las vidas tienen momentos luminosos, momentos muy oscuros y un montón de grises entremedio. Cuando narramos nuestra propia vida a los demás o a nosotros mismos, tenemos que saltarnos todos esos grises y quedarnos solo con los momentos luminosos y las tragedias. Entonces nuestra vida es bien interesante", ha señalado la escritora Isabel Allende en De pe a pa. Se refiere a la reflexión que hace la propia protagonista de su último libro Violeta donde apunta que su vida es una novela, aunque reconoce que tiene varias, como todos.
El testimonio epistolar
Se estructura en forma de carta donde Violeta, una señora de 100 años, decide en 2020 dejar su testimonio a su nieto Camilo. Por ejemplo, le señala que en su infancia no estaba bien valorada la ostentación y ahora se aparenta más de lo que se tiene.
“Se vio tan claramente en Chile. Nosotros éramos originalmente un país muy sobrio. Me acuerdo el cumpleaños de mi abuelo, venía toda la familia, un montón de tías y de señoras, todas vestidas de negro, modestamente, con un collar de perlas. Eran todas ricas. La ostentación era un pecado mortal”.
“En un momento en Chile, cuando aparecieron los teléfonos celulares y la gente, mucha gente no lo podía comprar, empezaron a circular teléfonos celulares de madera y la gente fingía que estaba hablando por teléfono en la calle con un pedazo de madera en la mano. Eso te da una idea”.
En estas palabras que le deja la abuela al nieto, le explica que la idea de que los seres humanos somos iguales “ante la ley y ante los ojos de Dios es una patraña”. “Sobre todo en esa sociedad en que le tocó nacer a ella, que es como una torta de milhojas. Las clases sociales son como las castas en India y no todos tienen las mismas oportunidades y sin duda no son tratados igual por el favor divino”.
¿Evoluciona la igualdad?
La protagonista de la novela señala que la igualdad entre hombres y mujeres progresa muy poco a poco a lo que Isabel Allende ha añadido en la entrevista: “Progresamos de manera poco regular, de repente se estanca todo, de repente parece que retrocediéramos, de repente viene una ola nueva de feministas jóvenes y empujan el movimiento hacia adelante. Yo creo que esta es una revolución imparable que tiene momentos en que parece que todo se hubiera perdido, pero no es así”.
“El hecho de que no hayamos podido derrocar al patriarcado en el siglo que llevamos luchando, no significa que hayamos fracasado. Significa que la lucha es mucho más difícil de lo que creíamos, pero se va a lograr. Estamos sacando pedacitos a esta estructura monolítica del patriarcado y ahora más que nunca con el ‘me too’ y con todos estos movimientos de mujeres jóvenes en la calle que van acompañadas por hombres jóvenes también, que son hijos de mujeres como yo”.
La dependencia emocional
Ha definido a Violeta como “pura pasión” porque “ella puede mantenerse sola y es una mujer suficientemente fuerte como para vivir sola y hacer lo que quiera y sin embargo se queda. Cuando ella ve la violencia doméstica en otras mujeres, comprende lo que ella vivió. Ahí se da cuenta de que ella pasó por lo mismo, pero no lo supo nombrar”.
“Yo tengo una fundación que trabaja, entre otras cosas, con violencia doméstica. Sucede a menudo que con mucho esfuerzo se logra rescatar a una mujer para que escape de una situación de violencia y se vaya a un refugio con sus hijos o en un albergue. Muchas veces regresan al victimario, porque es todo lo que conocen, porque hay una dependencia emocional y a veces por miedo”.
¿Dónde vive ‘Violeta’?
La protagonista vive la gripe española de 1918, la COVID en 2020, un terremoto en 1960, la represión de una dictadura donde se prohíben decir algunas palabras o hablar de política es peligroso, pero en la novela nunca se habla de Chile.
“Es un país genérico que se parece a Chile, la Argentina, el Uruguay, tal vez al Perú. Porque vivimos en los años 70, 80 circunstancias similares en política. Además, a mí me daba la libertad de mover fechas y moverme un poco con licencias literarias. Todos los lugares que menciono como Sacramento, Nahuel... son lugares que existen en realidad, pero con otros nombres. Como ella vive tanto, ve mucho y le toca presenciar esos acontecimientos que yo los viví. Entonces los puedo contar por experiencia propia”.