Tutorial de cómo plantar un árbol frutal
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- ¿Cómo plantamos un árbol para que nos dé los mejores frutos?
- Descubre también cómo elaborar nuestro propio compost
¡Hola, amigos hortelanos! ¿Conocéis ese dicho árabe que afirma que hay tres cosas esenciales que tenemos que hacer en esta vida? “Plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro”. En la segunda y tercera yo no puedo ayudaros, pero en la primera sí que os puedo echar una mano.
Desde luego plantar un árbol es una de las interacciones humanas con el medio ambiente más positivas en todos los sentidos cualquiera que sea el árbol decidido. Pero ya puestos a elegir, un árbol frutal es una magnífica elección, porque además de compartir la mayoría de las ventajas de cualquier otro árbol, tiene una muy especial: la fruta.
Y para aquellos intrépidos hortelanos y maceto-hortelanos que os embarquéis en la bonita aventura de cultivar un frutal, os proponemos un plan de acción básico. No olvidéis que siempre debéis empezar por informaros sobre las exigencias climáticas y las características del árbol que os gustaría plantar.
Paso 1 - Elegir el árbol
Para esta primera fase, debes saber una serie de elementos:
- Que se adapte bien al clima de nuestra zona. En nuestra huerta, por ejemplo, hemos plantado un membrillo porque es uno de los que mejor se adaptan bien al clima del centro de España.
En función del la especie elegida, informarnos de la velocidad de crecimiento y del tiempo que tarda en dar fruta. Una orientación general está entre los 2 y los 5 años para dar sus primeros frutos. Así que podéis empezar con uno que ya tenga al menos dos o tres años. Aunque, naturalmente, podemos elegir empezar desde la semilla hasta uno que ya se pueda cosechar.
Que su tamaño de adulto se adapte a nuestro espacio disponible. Aunque casi todos los podemos modelar más o menos a nuestro antojo, tampoco conviene mantenerlos demasiado reducidos, sobre todo si queremos que nos den una buena cantidad de fruta.
Que sea con cepellón o “raíz desnuda”. La ventaja del cepellón es que se encuentran fácilmente en cualquier vivero, en muchos formatos y todo el año, ya que gracias al cepellón lo podemos trasplantar en cualquier momento, aunque es mejor evitar las épocas de floración y fruta o de más calor. El de raíz desnuda es menos frecuente y sólo se encuentra en invierno, porque es la única época en que se puede plantar aprovechando la parada vegetativa de la planta, aunque es bastante más barato ( o gratis si nos han nacido espontáneamente).
- Que esté en buenas condiciones. Que el tronco está recto, que no tiene daños en raíz, tronco o ramas, evitar los que tengan bultos y grandes nudos, que las ramas están podadas y no muy largas.
Fase 2 - Elegir el lugar
Tengamos en cuenta que el árbol crecerá a lo alto y a lo ancho y también se extenderán sus raíces, así que si lo plantamos en suelo, debemos elegir un sitio donde todas sus partes puedan crecer, evitando que en el futuro afecte a otros elementos, incluídos los subterráneos (tuberías,arquetas, etc).
En parte vamos a decidir el tamaño que llegará a tener nuestro árbol, ya que lo iremos podando para darle la forma y el porte, pero siempre debemos considerar un espacio suficiente para que alcance su tamaño final. Eso salvo si es en maceta, porque las raíces están limitadas al contenedor y, en lo que respecta a la parte aérea, podemos cambiarlo de sitio si es necesario.
Además debemos buscar la ubicación que más le favorezca para que tenga la iluminación más adecuada para la especie que hayamos elegido (aunque en general se requieren sitios donde tengan bastante sol), un poco de espacio a su alrededor para “respirar” y la mayor protección posible contra el viento y las heladas. Bueno, sin olvidar que sea un sitio donde nos quede bonito.
Fase 3 - Preparar el árbol
Si no está podado, es conveniente hacer una poda antes de trasplantar dejando, al menos, cuatro o seis ramas que salgan del tronco central en forma de vaso en todas direcciones hacia fuera y, aproximadamente, a la misma altura, desechando en todo caso las que se proyecten hacia el centro.
Las raíces también se podan, dejándolas de longitudes no superiores a unos 25 cm y que salgan en todas direcciones de forma equilibrada. Eliminar en todo caso las ramas o raíces que estén dañadas o enfermas.
Lo recomendable es usar tijeras de podar bien afiladas y, si hay que cortar partes dañadas o enfermas, desinfectar con un poco de algodón mojado el alcohol después de cada corte. En caso de podar las raíces, dejar secar los cortes durante al menos un par de días antes de plantar. Tanto si es de raíz desnuda como de cepellón, sumergir durante al menos media hora las raíces en un cubo de agua con dos puñados de humus de lombriz disueltos antes de plantar para que el arbolito empiece bien hidratado y nutrido.
Paso 4 - Preparar el sitio de plantación
Si es en suelo, estos son los pasos:
- Hacer un hoyo de al menos el triple del volumen del contorno de las raíces o del cepellón. Si es posible, hacer el hoyo dos o tres semanas antes de la plantación.
- Clavar firmemente en el centro una guía para que crezca bien recto, es decir una estaca o listón preferiblemente de madera (grosor mínimo 4 cm) que al sobresalir supere al menos la mitad del tronco del árbol que vamos a plantar.
- Poner una capa de piedras o cualquier material drenante en el fondo y rellenamos un tercio del hoyo con una mezcla la propia tierra sacada (dos tercios) y un compost o mantillo bien deshecho (un tercio). Añadimos unos puñados de un abono de alta calidad (p.ej. humus de lombriz).
En caso de trasplantar a una maceta o contenedor seguimos las mismas indicaciones, salvo que en lugar de la tierra del hoyo (que no existe) rellenaremos con cualquier tierra disponible.
Paso 5 - Plantar
- Colocamos el árbol en el centro y terminamos de rellenar justo por encima de la unión de las raíces (o del cepellón) con el tronco.
- Pisamos no demasiado fuerte para que se compacte un poco el relleno y volvemos a rellenar lo que se hunda. Si tiene injerto éste debe quedar al aire por encima del sustrato, sin tapar.
- Regamos y el sustrato seguirá compactándose y volverá a ceder.
- Rellenamos nuevamente con la mezcla hasta volver a tapar la unión de raíz y tronco o el cepellón.
- Volvemos a regar ligeramente (siempre sin encharcar).
- Atamos tronco y guía dejando un espacio de unos 8-10 cm entre ambos donde introducimos un separador a mitad de altura (o dos, uno abajo y otro arriba).
- Para no dañar el tronco ponemos una venda o trapo a su alrededor en el punto donde toquen los separadores (que mejor estarán también envueltos en venda o trapo).
Paso 6 - Qué hacemos después de plantar
Pues durante el primer y segundo año hay que estar atentos a que se mantenga una humedad suficiente en el sustrato (dependiendo de la que requiera el árbol elegido) pero sin encharcarse y es conveniente aplicarle tratamientos naturales preventivos de hongos y plagas. También es necesario hacer podas anuales de formación y mantenimiento (lo veremos en otro artículo) y aportarle una ayuda de abono cada año en invierno.
Así que a disfrutar del cuidado de vuestro nuevo amigo, contribuyendo a cuidar del medio ambiente y dando el mejor ejemplo a nuestro alrededor. Y podéis estar seguros que os lo va a agradecer y un buen día empezaréis a comer la deliciosa fruta de vuestro árbol que os alegrará la vida cada año. Y hasta puede que algún día alguien se subirá y dirá “mira, este árbol lo plantó mi padre, o mi abuelo" ¿a que suena bien ?
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