'El hilo invisible', la película con la que Daniel Day-Lewis se retiró
- Daniel Day-Lewis e retiró con esta película de Paul Thomas Anderson, nominada a 6 premios Oscar
- Se dijo que la cinta hace un guiño a Cristóbal Balenciaga pero el 'homenajeado' es Hardy Amies
- La vidad de Cristóbal Balenciaga será una serie de televisión
El ritmo de la moda es trepidante: las colecciones se suceden, los desfiles se encadenan unos con otros, los tiempos de entrega se acortan, las temporadas se reducen…. Por eso resulta fascinante ver y escuchar una película sobre el mundo de la costura con un tempo tranquilo, con instantes que casi parecen estar suspendidos en el tiempo, congelados. El hilo invisible es una deliciosa manera de acercarse a la mente genial de un modista único, especial. Daniel Day-Lewis interpreta de forma magistral a Reynolds Woodcok, un creador obsesionado con la perfección, y precisamente del actor se dice siempre que roza la perfección en cada una de sus interpretaciones.
El espíritu de Balenciaga
Paul Thomas Anderson firma un trabajo excelente y durante la promoción de la película dijo que se había inspirado en Cristóbal Balenciaga y en la costura británica de los años 50, en la que destacaron Charles Creed, John Cavanagh, Digby Morton y Norman Hartnell. También Hardy Amies, que fue vistió a la reina Isabel II. La película hace más guiños al modista británico que al español. Dicen que el atelier que se ve en la cinta es idéntico al de Amies y que incluso una de las empleadas de Woodcok trabajó realmente en el taller de Amies, situado en Savile Row. Los guiños a Cristóbal Balenciaga son mínimos, y destaca sobre todo el hecho de que el protagonista use alpargatas.
Otra de las sombras que recorre la historia de El hilo invisible es Rebeca, el filme de Alfred Hitchcock. "Tenía que haber mucha clase en esta película, y los personajes tenían que ir muy bien vestidos. La película tenía que ser el escenario para un romance de estilo gótico", dijo, remarcando ese aire oscuro que recorre la cinta que, en algunos momentos, roza el terror. La cinta es por eso un magnífico drama romántico, el relato del choque entre dos mundos: el interior y el exterior. Y en ese choque salta la chispa que desencadena una tragedia que mezcla el amor por el trabajo y el amor por otra persona, dos amores llevados al extremo en esta película.
La ceremonia del taller
Hay momentos mágicos, que retratan muy bien lo que ocurre todavía hoy en el atelier de cada modisto que hace costura a medida. Como la ceremonia de la prueba del vestido, cuando la clienta se pone lo que su idolatrado artista ha hecho en exclusiva para ella. "Estoy nerviosa", dice. "Yo, también", añade él. Ese momento, magistralmente coreografiado, dignifica la profesión y la eleva a los altares del arte. Otra de las secuencias más bellas se produce cuando el modista observa el vestido de novia listo para entregar, observado por todas las costureras de su atelier. El vestido, en el centro de la habitación, parece otro personaje de la película, tiene una presencia soberbia y parece que está a punto de dar la réplica al actor.
El hilo invisible, considerada una de las 10 mejores películas del año por National Board of Review, recibió el aplauso de la crítica y 6 nominaciones a los premios Oscar, incluidas las de Mejor película, Mejor director, Mejor actor y Mejor vestuario, aunque solo se llevó el galardón en este apartado. Daniel Day-Lewis, con 3 premios Oscar, se retiró de la interpretación con este soberbio trabajo. Fue su obra final, su despedida de una profesión en la que llegó a lo más alto. Tenía 60 años cuando tomó la decisión. Hay que destacar el trabajo de Vicky Krieps, como Alma Elson, un trabajo que también tuvo recompensa en forna de nominación al Oscar.
La moda no hilvana con el cine
La moda es un universo muy atractivo para el cine pero la mayoría de las películas que se han hecho sobre la moda tienen un aire de superficialidad o mofa. Robert Altman ridiculizó a diseñadores, modelos y periodistas en Prêt-à-porter, Ben Stiller hizo una parodia en Zoolander y El diablo viste de Prada se centró en su lado superfluo y cruel, en su lado menos humano. El hilo invisible se centra en la magia de la creación de un genio, pero también en la pasión desmedida por el oficio, en la entrega incondicional al trabajo y en el miedo a dejar de ser el mejor. También en la dramática relación entre modisto y maniquí. Ella es el cuerpo que da vida al vestido, el alma que da vida al tejido. La frase con la que arranca la película lo explica muy bien: "Reinolds ha hecho realidad mis sueños y a cambio yo le dado lo que más desea, todo mi ser"