Dublín a través de la literatura
- Recorremos la capital de Irlanda siguiendo los pasos Leopold Bloom, el protagonista de Ulises de James Joyce, un libro que acaba de cumplir cien años
- También está de aniversario Drácula de Bram Stoker: celebra 125 años desde su publicación
Para visitar Dublín no hacen falta muchas excusas, pero durante este año aparecen algunos alicientes que lo hacen todavía más apetecible. La capital de Irlanda, una de las ciudades europeas con más vocación literaria, está de celebración porque este año se cumple un siglo de la publicación del Ulises de James Joyce y 125 años del Drácula de Bram Stoker. Hay muchos actos, museos y varias rutas literarias que los recuerdan. En El gallo que no cesa recorremos ese Dublín más literario.
Una celebración centenaria
Empezamos nuestro recorrido por James Joyce y su Ulises porque hace cinco días, el 2 de febrero, se conmemoró el centenario de su publicación. En Dublín se celebró a lo grande: con lecturas, música y todo tipo de actos. Los eventos continuarán durante todo el año.
Joyce no es el único escritor irlandés famoso. Bram Stoker, Oscar Wilde... y otros muchos también se han hecho un nombre en la historia de la literatura y los irlandeses los homenajean constantemente. Darina Gallagher, la directora del James Joyce Center, nos explica que “les encanta celebrar a sus escritores. (…) tal vez esto viene de nuestra antigua tradición bárdica, de sentarnos alrededor del fuego y contarnos historias. Era parte de nuestra cultura y no creo que lo hayamos perdido”.
El Ulises de James Joyce es el libro irlandés más aclamado del siglo XX. De hecho, cada 16 de junio se celebra el Bloomsday, un día dedicado a Leopold Bloom. La gente visita los mismos lugares que el protagonista de Ulises recorrió en la novela, comen lo mismo, visten de época...
Es decir, que los dublineses tienen una relación muy estrecha con Ulises. Sin embargo, nos cuenta Darina que es ahora cuando se empieza a comprender “todo lo que Bloom tiene que contarnos sobre la nacionalidad, el sentimiento de ser un extraño y asuntos relacionados con el género, con la política”.
Siguiendo los pasos de Leopold Bloom
Visitar Dublín el 16 de junio es muy divertido, pero no es necesario esperar hasta entonces. Podemos celebrarlo en cualquier otra fecha leyendo en casa las 265.000 palabras de Ulises o paseando por las calles de Dublin y visitando lugares relacionados con la vida del autor o de los protagonistas de la novela.
El primero tiene que ser el James Joyce Center: está ubicado en una casa de época georgiana y dentro se encuentra la puerta de la casa de Bloom, el número 7 de Eccles Street. La vocación de este museo va más allá, ya que “busca inspirar a nuevos artistas y en especial a poetas, novelistas o escritores de relatos (…) tratamos de usar el legado de James Joyce para inspirarlos”.
Salimos del museo para recorrer la ruta de Joyce que tiene hasta una veintena de localizaciones: la iglesia de San Jorge, cuyo repiqueteo se cuela entre las páginas de Ulises, la estatua de James Joyce, la Biblioteca Nacional que también aparece en uno de los capítulos o el pub de Daby Byrnes, donde Bloom se detiene a tomar un vaso de vino y un sandwich de queso.
Este bar está muy cerca de otro de los lugares de referencia para los bloomers: la farmacia Sweny. Allí nos recibe PJ Murphy, uno de sus voluntarios, que nos cuenta que “es muy antigua, aquí nada ha cambiado, todo en el interior es como era”. La farmacia está igual que cuando Leopold Bloom entró a la farmacia con su mujer Molly a comprar.
Este local cesó su actividad hace más de una década y actualmente, es un santuario dedicado a Joyce gestionado por voluntarios que recuerdan a Leopold Bloom con música, eventos y lecturas. Sin duda, es una de las paradas más interesantes de la ruta Joyce donde también destaca el cementerio de Glasnevin, el lugar donde muchos de los personajes terminaron sus días.
Y para acabar, nuestros pasos se dirigen al lugar donde arranca la novela: la torre de Martello, en Sandycove. “La localización más musical, con vistas a la bahía de Dublín. (…) un lugar para oler el mar, escuchar el sonido del agua”, describe Gallagher “es lo que necesitamos para evocar el principio de Ulises”.
El Dublín de Bram Stoker
Mucha gente asocia Drácula a Transilvania, uno de los lugares donde transcurre la acción, aunque su autor, Bram Stoker, es de Dublín y vivió gran parte de su vida aquí.
Muchos lugares de esta ciudad, los cuentos irlandeses que le contaba su madre, las escenas cotidianas, los libros que leyó o las escenas cotidianas que vivía en los pubs dublineses le sirvieron de inspiración para escribir Drácula. “Se sabe que a él le gustaba venir aquí, anotar anécdotas en su cuaderno y usarlas para sus novelas” nos cuenta Cecilia Ferrari, guía nacional de turismo de Irlanda.
Hay que enmarcar a Drácula en su contexto porque fue escrita a finales del siglo XIX, una época de cambios. Y toda la situación política, económica y social se refleja en los libros del momento. Supone “un movimiento no solo aquí en Irlanda, también en Inglaterra, que es el nacimiento de la novela gótica”.
Muchos de los sitios que fueron importantes en la vida de Stoker se pueden visitar. Por ejemplo, el hogar de su niñez en el número 15 de la calle Marino Crescent. También se puede visitar su universidad, el Trinity College, y uno de sus lugares de trabajo: el castillo de Dublín que funcionaba como cárcel. “Él tuvo que escribir manuales por ejemplo de como tratar a los lunáticos y estos conocimientos se reflejan en su novela” reflexiona Ferrari.
Otros lugares importantes en la ruta de Stoker son la iglesia de Santa Ana, donde se casa con Florence Balcombe o el hotel Shelbourne donde conoce al actor Henry Irving. Y para terminar podemos elegir un pub, por ejemplo “el pub Towness es uno de los más antiguos y uno de los que se sabe que él frecuentaba”, para brindar por Bram Stoker en uno de los lugares que posiblemente le sirvió como inspiración.