Antiinflamatorios y hormonas femeninas reducen la muerte por COVID
- La ‘tormenta de citoquinas’, una inflamación desmesurada, es lo que más frecuentemente provoca la muerte a los enfermos graves de COVID-19
Científicos del CNIO descubren la utilidad de fármacos tradicionalmente oncológicos para pacientes COVID-19
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La inflamación es una defensa del cuerpo para luchar contra los patógenos. Sin embargo, cuando se produce de manera desmesurada y generalizada puede ser un agravante de la patología y ocasionar, incluso, la muerte. Una de las formas en que se produce esta respuesta excesiva se conoce como tormenta de citoquinas. “Esta tormenta es la que frecuentemente mata a los afectados por SARS-CoV-2 y no tanto el virus en sí”, explica Óscar Fernández-Capetillo, jefe del Grupo de Inestabilidad Genómica del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). Él es uno de los autores de un artículo en la prestigiosa revista Scientific Reports en el que publica una lista jerarquizada de los fármacos más ventajosos para reducir la mortalidad en los enfermos más graves de COVID-19, basándose en su poder para frenar esta tempestad química.
Fármacos que sorprenden
Tras el análisis, los investigadores confirmaron algunas teorías que ya barajaban, como la utilidad de los glucocorticoides. “Fue reconfortante ya que, de hecho, estos medicamentos son, entre otros, los que se usan en los hospitales para combatir la muerte por COVID-19”, señala Fernández-Capetillo. Por otro lado, se llevaron una sorpresa con fármacos (los inhibidores de MEK) que comúnmente se utilizaban en tratamientos oncológicos. Estos resultaron tener un fuerte y deconocido efecto antiinflamatorio. “Creo que es importante que se conozca esta propiedad antiinflamatoria de los inhibidores de MEK porque aumenta nuestro arsenal de compuestos antiinflamatorios que contribuyen a mitigar la tormenta de citoquinas que se pueden dar en varios contextos, como después de un trasplante, quimioterapia, y otras enfermedades infecciosas incluida la COVID-19”, comenta el bioquímico.
Otro aspecto reseñable es que todos los análisis del estudio convergen en indicar que las hormonas femeninas podrían combatir la tormenta de citoquinas, lo que podría contribuir a entender por qué los hombres sufren una mayor severidad de la patología. “También, sería consecuente con el hecho de que la diferencia de mortalidad por sexo se mitiga en edades avanzadas, cuando ya aparece la menopausia y los niveles de estrógenos disminuyen”, concluye Fernández-Capetillo.