Romanesco, una coliflor muy marciana
##SPECIAL##
- Aprendemos las peculiaridades matemáticas que caracterizan a esta coliflor tan sabrosa y saludable
- También conocemos cuáles son sus beneficios para la salud y la multitud de platos que se pueden preparar con ella
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¡Hola, amigos hortelanos! Cuando en un mismo producto se juntan un aspecto extraterrestre, un color de “subrayador” verde fosforito, una geometría fractal y una sucesión matemática de números "de Fibonacci"... ¿quién podría imaginar que estamos hablando de una simple coliflor? Pero así de espectacular es el romanesco, la verdura que cobra protagonismo en este reportaje de Aquí la Tierra.
Peculiaridades que nos encantan
La geometría fractal le da esa forma tan peculiar de pequeñas pirámides que se repiten a distintas escalas. Y su cantidad de inflorescencias son un ejemplo de sucesión matemática de números naturales que tiende al infinito (llamada "de Fibonacci").
Hasta su nombre tiene una pequeña y poética historia: se acuñó a partir de ser mencionado en un soneto allá por 1834 del poeta italiano Giuseppe Gioachino Belli, escrito en dialecto “Romanesco” y de ahí su nombre. Pero a pesar de tantas peculiaridades no deja de ser una col, que como todas sus primas pertenece a la famosa familia de Brassicas, las reinas de la huerta de invierno.
Cómo cultivarlas y mimarlas
Su cultivo es como el de cualquier coliflor, que ya os hemos explicado en otras ocasiones, pero con algunas características propias:
- Al contrario que las coliflores blancas, si queremos que la pella de romanesco luzca ese llamativo color verde fosforito, no hay que taparla, sino dejar que le llegue la luz solar.
- Para mantener la pella bien compacta y con esa forma tan particular, es necesario que, cuando ya está formada, las temperaturas no suban de los 15 grados durante mucho tiempo.
- También es importante mantener un grado de humedad moderado y constante en el suelo durante todo el cultivo. Si el calor se mantiene y falta humedad, la planta comienza a estirar sus tallos florales y abrir sus flores, cambiando totalmente de aspecto y, lo que es peor, ya no se puede consumir.
- Así que cuando ya está bien formada la pella hay que vigilarla con frecuencia para no cosecharla demasiado pronto, es decir, demasiado pequeña perdiendo cantidad de producto. Pero tampoco demasiado tarde y ya en peor estado, así que si véis que sus “pirámides” empiezan a separarse unas de otras, tenéis que cosecharla de inmediato.
Alimenta mucho y engorda poco
El sabor es prácticamente igual al de las coliflores “normales”, aunque quizá es “un pelín” más crujiente y más dulzona. Naturalmente, las hojas más tiernas también se comen y además están buenísimas…
Igualmente comparte valor nutritivo y beneficios para la salud con el resto de colifores y de coles en general. Muchas vitaminas, especialmente vitamina C y muchos minerales, especialmente calcio, pero pocas calorías. O sea, que alimenta mucho y engorda poco.
En cocina es una maravilla. Al vapor, cocida, al horno, rebozada, con salsa, en puré o incluso en zumo. Podéis imaginar recetas tan sugerentes como: pasta gratinada con romanesco, tortilla de cebolleta y romanesco, romanesco al horno con salsa de almendras....¿no se os está haciendo la boca agua?
¡Hasta la próxima amigos hortelanos!
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