Metrópolis se adentra en el laboratorio de la fotógrafa Isabel Muñoz
- En 2022 ha sido elegida miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando
- Su proyecto Somos Agua nos alerta sobre el deterioro medioambiental
- Isabel Muñoz se emite en Metrópolis el 1 de marzo a partir de las 00.50h en La 2
Metrópolis dedica un monográfico muy especial a la artista Isabel Muñoz.
Isabel Muñoz es una de las figuras de la fotografía española. Nacida en Barcelona en 1951, está afincada en Madrid, ciudad a la que se trasladó a los veinte años. Al Premio Nacional de Fotografía, que obtuvo en 2016, y a los dos World Press Photo, se unió en 2021 el Premio Photoespaña y recientemente ha sido elegida miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. El fallo del jurado destacó, entre los motivos para otorgarle este último reconocimiento: “su compromiso con la fotografía y las artes visuales. Poniendo la mirada en las personas y el planeta, y denunciando las dificultades, pero siempre desde el optimismo”.
La obra de la fotógrafa barcelonesa explora el cuerpo humano en su ritualidad y diversidad. Combina el compromiso social con una incesante búsqueda de misterio y belleza, haciendo uso de técnicas tradicionales como el antiguo proceso del platino.
Este capítulo monográfico de Metrópolis ha compartido tiempo con la artista para adentrarse en algunas de sus series recientes: en la instalación De dónde y a dónde, situada en la Colección Roberto Polo de Toledo, donde bailarines de Butoh abordan temas existenciales, y en Somos Agua, un ambicioso proyecto de arte generativo que pudo verse en el Museo Lázaro Galdiano y en el Oceanogràfic de Valencia, que nos alerta sobre el deterioro medioambiental.
Además de conocer en profundidad estos dos trabajos, este capítulo revisa series tan emblemáticas como: Japón, Árboles, Mitologías y Primates, entre otras. Y el plato fuerte del monográfico es el rodaje del procedimiento de revelado de una platinotipia, acompañando a la artista durante todo el proceso.
El viaje a Japón y la danza Butoh
“Cuando alguien así te deja conectar con su alma, entras en una especie de trance que otros definirían como un chorro de endorfinas. Es algo físico, sí, que no necesita de palabras, la complicidad que se crea entre esos cuerpos y mi cámara, que en esos momentos es mi alma. ” (Isabel Muñoz)
La artista, enamorada de la ritualidad y de la espiritualidad de Japón, esperó muchos años para poder reflejar este universo con la profundidad que se merecía. “Japón estaba en mi imaginario desde que era una niña. En 1993 intenté un acercamiento a estos bailarines de Butoh. Pero en 2016, gracias a una exposición organizada por François Cheval en Kyotographie, se me empezó a permitir una aproximación a ellos”.
En las videocreaciones “De dónde y a dónde” que se exponen en diálogo con la arquitectura islámica y mudéjar de la sede de la Colección Roberto Polo en Toledo, la fotógrafa investiga escenas de la creación del mundo a través de los movimientos acuáticos de los bailarines de Butoh, danza artística de Japón que nació tras el desastre nuclear en 1950 y que es capaz de transformar el dolor en belleza esencial. “Fui a fotografiar las coreografías de una danza y encontré que Butoh es un movimiento sociopolítico. En los años 50, un círculo de artistas japoneses sintió la necesidad de romper la espiral de dolor. Se desnudaron, se cubrieron de ceniza y salieron a las calles para bailar y hacer performances, y amarse sin tener en cuenta el género”.
Las imágenes relatan el surgir de la vida a lo largo de siete días que discurren en siete minutos de vídeo. De la nada surgen criaturas de formas indeterminadas como lo son los movimientos de este baile bajo el agua. En palabras de la artista: “Es una especie de vacío que comunica con la nada, que probablemente es lo que somos, el lugar de donde venimos y a donde vamos: la nada inexplicable.”
Bajo la “bóveda de horno” de la capilla mudéjar, junto a lo que la artista considera su Autorretrato (fotografía inédita impresa en cristal sobre pan de oro), la artista enseña y explica la instalación de tres pantallas formando un semicírculo en la que se interpreta el mito de Eva y Adán: el principio del bien y del mal, la luz y la oscuridad. En el centro, a modo de Pantocrátor, un péndulo como diapasón de la vida.
Somos agua
“¿Qué vamos a dejar a nuestros hijos y nietos si no somos capaces de cuidar de sus tesoros, si seguimos echando al mar plásticos que son trampas mortales para las especies que lo habitan?” (Isabel Muñoz)
En la sala Pardo Bazán del Museo Lázaro Galdiano (Madrid) pudo verse hasta finales del verano de 2021 la potente instalación inmersiva: Somos agua, comisariada por Blanca Berlín.
Destacan por su belleza y poética las fotografías inéditas de las inmersiones de la apneista japonesa Ai Futaki en los acuarios del Oceanografic de Valencia.
Esta instalación interactiva, enmarcada en PHotoESPAÑA 2021 está pensada como una experiencia multisensorial en la que además de disfrutar de las impactantes y poéticas imágenes realizadas en el Oceanográfico por la artista, se sirve de un dispositivo tecnológico con el que el público podía interactuar. Entre los elementos tecnológicos destaca una pantalla de cinco metros de ancho que reaccionará a los movimientos de los espectadores. Además, pantallas laterales proyectarán juegos de luces y sonidos propios de entornos marinos.
En este proyecto, Isabel Muñoz denuncia la falta de compromiso social frente al calentamiento global a través de una mirada plástica sobre uno de los medios más afectados por la emergencia climática: el mar.
En esos fondos marinos, los bailarines semidesnudos interactúan con medusas, rayas, tortugas, tiburones, algas y anémonas, caballitos de mar… y plásticos. El mensaje es contundente: el mar está contaminado y es necesario frenar este deterioro que además tanto está afectando al calentamiento global.
La magia del laboratorio
Pero si hay un momento mágico en este capítulo de Metrópolis es el rodaje realizado con la artista en su laboratorio, donde comparte sus búsquedas y aprendizajes técnicos, durante décadas, para hallar un concepto de belleza que funde a la perfección lo sublime y lo inquietante; el misterio y lo esencial.
Toda la obra de Isabel Muñoz encierra una profunda búsqueda de espiritualidad. Con enorme generosidad, la fotógrafa ha permitido a Metrópolis adentrarse en la alquimia de su laboratorio y observar de cerca su particular viaje de la oscuridad a la luz.