¿Dónde se meten los extraterrestres?

• Eduardo Sáenz de Cabezón y Ricardo Moure se van en busca de vida extraterrestre
• Con los expertos: Deborah García Bello, química, y el físico, Enrique Fernández Borja
• Puedes escuchar el capítulo 8 de ‘Órbita Laika, el podcast”’ en RTVE Play Radio

Órbita Laika. El podcast - Capítulo 8: ¿Dónde se meten los extraterrestres?

Parece improbable que estemos solos en el universo. Pero, si no lo estamos, si hay vida en alguna parte, inteligente o no, ¿por qué no sabemos nada de ella?

En esta entrega de Órbita Laika, el podcast, Eduardo Sáenz de Cabezón, matemático y presentador, y el biólogo y divulgador, Ricardo Moure, se van en busca de vida extraterrestre acompañados por la química, Deborah García Bello, y el físico, Enrique Fernández Borja.

En busca de vida inteligente ahí fuera

En 1959, Phillip Morrison y Giuseppe Cocconi escribieron un artí­culo en la revista Nature sobre cómo los humanos podrían utilizar las microondas para la comunicación con civilizaciones lejanas. Ese mismo año, Frank Drake, un astrónomo estadounidense, lanza el proyecto llamado Ozma, que fue el primer intento científico serio de búsqueda activa de señales inteligentes provenientes del espacio.

Phillip Morrison y Giuseppe Cocconi plantearon en 1959 contactar con otras civilizaciones lejanas a través de microondas. Setiathome

Drake y el astrónomo y escritor Carl Sagan, impulsaron la creación del macro proyecto SETI, que es el acrónimo de Search for Extraterrestre Health Intelligence (Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre).

El objetivo era buscar señales que tengan una intensidad muy alta con respecto al ruido ambiental y que tengan algún tipo de periodicidad o mensaje, por ejemplo, que sean una secuencia de números primos.

“Confío mucho en que el universo es tan grande y tan lleno de posibilidades que me parecería extraño que en el único sitio donde se ha creado vida y haya evolucionado hasta tener un cierto grado de inteligencia, haya sido aquí en el planeta Tierra”, explica en el podcast el físico, Enrique Fernández Borja.

El programa SETI ha estado al borde del precipicio casi desde su origen en los años 70. Consiguió sobrevivir desde 1999 gracias a SETI@home, un experimento científico, que utiliza computadoras conectadas a Internet de los ciudadanos para analizar datos. Este proyecto está actualmente suspendido y hasta la fecha nunca ha encontrado indicios de vida inteligente extraterrestre.

¿Por qué los extraterrestres no nos hablan?

El padre de SETI, Frank Drake, pasó a la historia de la ciencia por la llamada ‘ecuación de Drake’, que presentó en 1961. Esta es una ecuación trata de dar una expresión más o menos justificada del número posible de civilizaciones extraterrestres con las que podríamos contactar. ¿Cuántas sociedades alienígenas existen y son detectables?

Frank Drake, astrónomo y su famosa ecuación con la que se pretende calcular número posible de civilizaciones extraterrestres con las que podríamos contactar. Setiathome

“En las estimaciones más optimistas que tenemos de la presencia de civilizaciones inteligentes en nuestra galaxia basadas en la ecuación de Drake, actualmente están alrededor de unos 15 millones. Debería haber 15 millones de civilizaciones extraterrestres emitiendo señales al espacio y sin embargo, no vemos ninguna de estas señales”, reflexiona Fernández Borja. Esa misma cuestión ha planteado el físico italiano, Enrico Fermi: ¿Si la presencia de civilizaciones que están emitiendo al universo es tan alta, como es que no hemos visto a ninguna? Es lo que se conoce como ‘paradoja de Fermi’.

Otra posible razón, para justificar que nada ahí fuera se ponga en contacto con nosotros, la aporta el físico español Juan José Gómez Cadenas, al defender que las civilizaciones inteligentes de la galaxia se comunican por unos canales que son mudos para nosotros, por ejemplo, a través de neutrinos.

“Sería muy interesante poder tener otro sitio donde se haya desarrollado la vida para poder constatar si la vida es algo ubicuo en el universo y si se rige por las mismas reglas”, comenta el el físico Fernández Borja.

¿Qué sería un signo de vida?

El 30 de julio de 2020 se lanzó la misión Mars 2020, que se puso en suelo marciano el 18 de febrero de 2021. Tiene varias misiones, pero una de ellas es la búsqueda de biofirmas.

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“Una biofirma o firma biológica es un signo de vida. Es un fenómeno que proporciona evidencia científica de la presencia de vida presente o pasada. Puede ser una combinación de moléculas orgánicas, la composición de los minerales, isótopos o gases atmosféricos que requieran de procesos biológicos para formarse”, explica la química Débora García Bello.

La evidencia de que un planeta hay vida difícilmente nos la va a dar una única sustancia, sino más bien un conjunto de rasgos. “Que haya pigmentos, frutos sintéticos, moléculas virales, la morfología de los minerales. En el caso de las sustancias, lo determinante no es tanto que sean sustancias que con alta probabilidad las crea la vida, sino que también debe ser improbable obtenerlas por procesos no biológicos”, añade.

Aprende muchas más cosas curiosidades científicas en el 8º capítulo de ‘Órbita Laika, el podcast'. Cada lunes un nuevo capítulo disponible en disponible en RTVE Play Radio, en el canal de YouTube de RTVE y en las principales plataformas de podcast (Spotify, iVoox y Apple Podcast).