'Te doy mis ojos', el crudo retrato de la violencia machista que hizo historia en los Goya
- Dirigida por Icíar Bollaín, fue la primera mujer directora en lograr el Goya a la Mejor película
- Luis Tosar y Laia Marull son los protagonizan esta cinta ganadora de 7 Goyas
- Te doy mis ojos (2003), ahora disponible en RTVE Play
En Te doy mis ojos, Icíar Bollaín y Alicia Luna se adentran en los más profundo de la violencia machista. La película, que ahora llega a la plataforma de RTVE Play, retrata de forma cruda, como pocas veces en el cine, las conductas y patrones que sigue un maltratador. Los ciclos de aparente bondad, la explosión de ira y la agresividad extrema. Los llamados “micromachismos”, como menospreciar las ilusiones de la otra, o las violencias más visibles, como el maltrato físico. Diálogos, acción y unas interpretaciones soberbias de Laia Marull y Luis Tosar, los protagonistas de esta historia, dignos de los 7 Premios Goya que cosechó en 2004.
En el año 2003, y tras un acercamiento el tema con Flores de otro mundo, Icíar Bollaín se metió de lleno en la representación de una lacra social como es la violencia de género. En Te doy mis ojos, la directora y coguionista cuenta una historia desgraciadamente cercana y que transcurre, en esta ocasión, en los ambientes cotidianos de la ciudad de Toledo. La cinta logró hacerse con el Goya a la Mejor película para Bollaín que se convirtió en la primera directora mujer en recibir el premio en esta categoría. También logró el de Mejor dirección, siguiendo la estela de Pilar Miró, que lo logró, por primera vez siete años antes, con El perro del hortelano, aunque solo en esta categoría.
¿De qué trata Te doy mis ojos?
La historia podría ser casi un documental, que empieza con una Pilar huyendo de su casa en una noche de invierno junto a su hijo, aún pequeño. Se refugia en casa de su hermana, pero Antonio, el marido, no tarda en ir a buscarla. La espía, la controla, la manipula, hasta que consigue convencerla de que vuelva a casa, lo que ocurre durante y después, abre brechas y cuestiones a resolver.
En menos de dos horas
La historia está contada de forma inversa a lo habitual, es decir, que comenzamos con una mujer que ya está destruida por el maltrato y que inicia un proceso de reconversión consigo misma. Huye, empieza a trabajar en el museo, quiere formarse para trabajar como guía, aunque aún siga existiendo esas inseguridades y sumisiones fruto de tantos años de la violencia ejercida por su marido.
Un retrato valiente, no solo de Pilar, la víctima, sino también del maltratador. Indaga en su psicología y en su vida cotidiana, en sus subidas y bajadas, en sus actitudes machistas y en sus rutinas en la terapia de grupo con otros hombres maltratadores.
Subtitulado por Accesibilidad-TVE.
Levántate, levántate.
Sí, estoy tonta, estoy tonta, que me he venido en zapatillas,
no me he dado cuenta.
Voy a cambiar, canija, voy a cambiar, te lo juro.
Mira, sube por el niño y nos vamos a casa.
Ha sido el niño, quería ver a su padre, es lógico.
A mi me gustaría hacer otras cosas, irnos lejos los tres.
Vuelvo a casa con Antonio, Ana. -¿Por qué?
¿Cómo que por qué?, porque le quiero. -Eres gilipollas o qué.
¡Cómo puedes querer a un tío que te está machacando la vida!
Buenas noches, muy bien.
un cortometraje del año 2000 donde están las bases
de lo que posteriormente sería Te doy mis ojos.
Allí estaba ya Alicia Luna, como coguionista,
coguionista también en la película de esta noche,
ahí también estaba Luis Tosar como protagonista masculino.
Aquel corto se asentaba en una serie de conversaciones,
en unas terapias de grupo para maltratadores,
que Icíar Bollaín rodó además de una forma casi documental
y esas terapias de grupo vuelven a salir en el largometraje
Te doy mis ojos.
Llegas a casa cansado de estar peleando con la vida, ¿me entiendes?,
de estar trabajando para tu casa, para tu mujer, para todos,
y entonces la hija puta... que me rehúye,
yo a lo mejor la despierto pero me rehúye, me rehúye, me rehúye.
Es que la historia está contada de un modo inverso al habitual
en este tipo de temática, es decir, no estamos ante la historia
de una mujer a la que destruye un hombre por su maltrato
sino ante la historia de una mujer,
ya destruida por el maltrato de un hombre,
que inicia un proceso largo y costoso de reconversión consigo misma.
Parafraseando el título,
de lo que se trataría es de abrir los ojos
y no tanto de entregarlos.
Y además indaga por diversos caminos,
uno de ellos, quizás el más importante,
es a través de una especie de escalera de sometimientos
en la que el hombre proyecta en la mujer sus propias miserias.
Y ahí está la trama de su relación con el hermano pequeño,
del que depende económicamente,
un hermano pequeño que denigra en público al mayor,
él no se atreve o no puede directamente contestar
y todo eso lo paga con su mujer.
¡Qué te calle de una puta vez, que me cago en Dios!
La clave es la siguiente,
no hay que se maniqueo, no hay que ser blanco o negro,
no se puede retratar simplemente a un monstruo,
porque los monstruos no existen,
hay que retratar a un persona, a un hombre,
con comportamientos monstruosos, que es distinto.
¿Esta quien es, es la diosa de la menopausia
que le toca el chichi a la diosa de la celulitis?
¿Cómo es esto? ¿No te gusta este?
La visualización de la violencia siempre es un tema muy complicado,
hay que ser honesto con lo que estas contando,
pero también hay que ser muy cauto
y lo que hizo Icíar Bollaín es lo siguiente,
el momento más dramático relacionado con la violencia de género
no es un paliza física, sino que es una humillación moral,
una humillación moral brutal.
Mírame cuando te hablo, mírame.
Uno de los miedos que teníamos es, si no ponemos violencia,
va a parecer que este señor tiene mal humor, claro,
porque si no le ves en acción si no le ves ejerciendo esa violencia
pero la verdad es que creo que el no ver la violencia
hace que la imaginemos y la imaginación es poderosísima.
Unos papeles muy complicados porque además tienen que mostrar
todas las contradicciones de sus personajes, que no son pocas.
O, por ejemplo, el amor que sienten el uno por el otro,
o lo que ellos dicen a lo largo de la película que es amor,
que yo no lo tengo muy claro, un amor turbio, erróneo,
pero ellos se sienten enamorados.
Tienes que prometerme que vas a cambiar de verdad.
Te lo juro, cari, te lo juro.
Están sensacionales los dos actores,
Luis Tosar había explotado digamos como actor cuatro años antes,
con Flores de otro mundo, otra película de Icíar Bollaín,
por la que fue candidato al Goya a Actor Revelación
y al año siguiente justo,
Laila Marull fue la ganadora de ese Goya, pero el femenina,
el de Actriz Revelación por Fugitivas, de Miguel Hermoso.
el muy difícil papel de Rosa M Sarda...
están fantásticas.
Desde que se estrenó en el Festival de Cine de San Sebastián,
las críticas fueron muy buenas,
refrendadas más tarde con sendos premios de interpretación,
las dos Conchas de Plata para Laila y para Luis Tosar
y luego se estrenó, a penas una semana después,
el público comenzó a ir, el boca oreja fue muy bueno,
luego los Goya ayudaron y, más de un millón de espectadores,
que es mucho para una película de este corte.
Y, finalmente, los Goya ya en el 2004, 31 de enero de 2004,
pues ganó siete de los nueve Goyas a los que había sido nominada,
los más importantes todos: película, dirección, guión,
interpretación masculina y femenina,
el de interpretación femenina de reparto, para Candela Peña,
un gran triunfo.
Tengo la sensación, no que me premiáis como actriz,
sino que estáis premiando a mi personaje, a Pilar.
Quiero dedicárselo a todas las Pilares que hay.
La representación visual de la violencia es un asunto delicado y Bollaín consigue ser honesta con lo que cuenta, pero cauta a la vez con la exposición excesiva de los hechos. La directora consigue salvar la trama haciendo que el momento de máxima exposición de violencia, no sea la física, sino la humillación moral, y desde ahí, que nuestra imaginación haga su trabajo. Una película labrada con un excelente guion y una actuación sublime de Laia Marull, Luis Tosar, Candela Peña y Rosa María Sardà. La película mantiene al espectador alerta, como la víctima, pasando por situaciones dolorosas a incómodas que traspasan la pantalla.
El título de la película tiene aquí un doble significado, que los demás miremos su realidad como nunca antes la habíamos visto en pantalla, con sus ojos o a través de los suyos, pero también la necesidad que las mujeres maltratadas tienen de que la sociedad esté con ellas, de que alguien, desde fuera, mire con sus ojos y la ayude a salir. Al final hay cabida para la esperanza. Recuerda que puedes verla online y gratis en RTVE Play.