Francesco Carril y Fernando Delgado-Hierro interpretan y dirigen "El mal de la montaña" de Santiago Loza
- Personajes obsesivos y narcisistas como reflejo de la juventud actual
- Un montaje arriesgado que experimenta con la puesta en escena
- Se estrenó en la sala Margarita Xirgu del Teatro Español de Madrid y estará en cartel hasta el 3 de abril
Fue en 2018, viendo “He nacido para verte sonreír” de Santiago Loza, cuando Francesco Carril empezó a sentir curiosidad por la escritura del dramaturgo argentino. Fernando Delgado-Hierro hacía entonces el papel que interpretó Nacho Sánchez cuando se estrenó la obra en el Teatro de La Abadía. Carril leyó varios textos y al llegar al “El mal de la montaña”, sitió necesidad de ponerlo en escena. No quería hacerlo solo y le propuso a Fernando que le acompañara en esta aventura. Su premio Max a Mejor Autoría Revelación por “Los Remedios” hacía presagiar que sería un buen compañero de viaje.
Un texto desafiante y obsesivo
La puesta en escena supuso en reto para ambos. El texto carece de acotaciones. No ofrece ninguna pista acerca de dónde tiene lugar la acción, ni cómo son los personajes. Solo diálogos, o más bien monólogos, era lo que tenían los directores como punto de partida. Una casa destartalada rodeada de una naturaleza exuberante y amenazante fue el espacio que imaginaron junto a la escenógrafa Paola de Diego para situar las idas y venidas, los encuentros y desencuentros, de estos cuatro jóvenes que no saben cómo romper el círculo en el que les encierran sus obsesiones.
Narcisismo: una amenaza contemporánea
Hablar y no escuchar; fingir que se escucha y, cuando acaba el otro de contar sus preocupaciones, volver enseguida a la carga con las tuyas. Este paisaje tan común, tan contemporáneo, es lo que Santiago Loza refleja en esta obra. De los cuatro personajes, solo uno, la mujer, no parece estar encerrada en obsesiones pasadas y recurrentes y trae al presente un problema que desea revolver. Todos se reúnen en una misteriosa casa que parece un lugar para vomitar lo que les atormenta más que para encontrarse y hacerse compañía.
Pablo Messiez ¿una posible influencia?
Francesco Carril y Fernando Delgado-Hierro coincidieron en la versión que Pablo Messiez hizo de ‘Bodas de sangre’ en 2017. Fue también Messiez quien dirigió el montaje de “He nacido para verte sonreír” en el que participo Fernando y la versión de ‘Los días felices” de Beckett en la que Francesco interpretó al silente Willy. Éstas y otras colaboraciones nos hacen intuir que hay cierta influencia del director argentino en la libertad y la capacidad de juego que demuestran los directores de “El mal de la montaña”. El hecho de que los personajes escuchen o canten temas enteros delante de los espectadores nos recuerda al ejercicio de escucha que Messiez plateaba tan inteligentemente en “Las canciones”