Este fue el peor momento de la vida de Luis del Olmo
- La leyenda radiofónica repasa sus momentos más amargos: la traición de Rogelio Rengel y el terror de ETA
- Del Olmo: "No me encontraron a mí, pero encontraron a un policía que asesinaron delante de mi casa"
- El poema camboyano leído por Luis del Olmo
"Buenos días, España. Les habla Luis del Olmo", un saludo que transmitía confianza, credibilidad, que se convirtió en leyenda, igual que su interlocutor. Desterró la idea de estudiar la carrera de facultativo de minas cuando se enamoró de la radio. Quién le iba a decir a él por aquel entonces que un país entero iba a caer rendido a sus pies. "Recorrer los pueblos a través de la voz, lo recuerdo con toda la vida". No pasa un día en el que no eche de menos su trabajo. Pero no todo a lo largo de los 85 años del periodista fueron buenos momentos. Luis del Olmo repasa en Corazón algunos de los recuerdos más amargos que le quedarán para siempre grabados en su memoria.
La millonaria traición de su amigo y administrador Rogelio Rengel
La traición de un amigo íntimo es uno de los momentos más complicados en la vida de Luis del Olmo. Se trata de Rogelio Rengel, administrador y amigo íntimo del periodista durante cuarenta años, que acabó siendo condenado a 10 años y medio de prisión por un delito continuado de apropiación indebida y otro delito continuado societario de falsificación de cuentas. También tuvo que pagar al periodista más de 14,3 millones de euros como responsabilidad civil.
"No he tenido más remedio que superarlo. Mi secretario era como un hermano. De pronto aparece aquí donde estás sentado, aparece la mujer de este hombre y me dice: 'Mi marido se ha llevado más de seis millones de euros'. Ese fue el momento más amargo", confiesa Luis del Olmo.
ETA intentó matarle hasta en ocho ocasiones
ETA le hizo la vida imposible a Luis del Olmo a su familia durante la que sería su peor época. Durante muchos años, su mujer y sus hijos tuvieron que ir acompañados de un escolta por su seguiridad. La banda terrotista intentó matarle hasta en ocho ocasiones. Una de ellas, la última, tuvo una consecuencia trágica. El 20 de diciembre de 2000, un coche cargado con explosivos se dirigía a su casa. Un policía municipal, Juan Miguel Gervilla, se acercó y los terroristas le asesinaron sin mediar palabra.
"Los momentos más difíciles me los proporcionó la banda terrorista ETA. Y aquí vinieron a buscarme un día. Yo ese día estaba en Madrid y ese día, esos canallas, no me encontraron a mí, pero encontraron a un policía que asesinaron delante de mi casa", recuerda.
Afortunadamente, los buenos momentos vividos pesan más ahora que los malos sufridos. Gran parte, gracias a Mercedes, su mujer, su pilar fundamental, la persona que siemrpe ha estado a su lado: "Ha sido lo que me ha dado mi bienestar, mis hijos, mis nietos".