Luis García Montero y Almudena Grandes dejaron a sus parejas cuando se conocieron: Historia de un flechazo
- Se conocieron a principios de la década de 1990 y se casaron en 1996
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Se conocieron a principios de la década de 1990. Ella novelista, él poeta y ambos con pareja. El amor de Luis García Montero y Almudena Grandes pudo con todo: rompieron sus relaciones anteriores, se fueron a vivir juntos y en 1996 se casaron, un matrimonio que duró hasta la muerte de la escritora en noviembre de 2021. Dejó atrás un impresionante legado literario, con obras como Las edades de Lulú y Malena es un nombre de tango, y una historia de amor eterna.
"No se parecía a nada que me hubiera pasado antes"
"A Almudena la conocí personalmente en un acto contra la primera guerra de Irak, al principio de los años 90", recordaba Luis García Montero en Aunque tú no lo sepas, el documental dedicado a su poesía y vida. "Lo primero que recuerdo de él es que me asombró que pareciera tan joven", decía Almudena Grandes. No era lo único de su aspecto que le llamaba la atención. "Hay que ver cómo me gusta este tío, con el abrigo ese que lleva y con el corte de pelo que lleva", le comentó a Eduardo Mendicutti, escritor, periodista y amigo. Pero su forma de vestir no supuso ningún obstáculo.
Tampoco las relaciones que tenían. "Yo estaba casada, Luis estaba casado… Bueno, no estaba casado, pero como si lo estuviera, y yo tenía la sensación de que lo que me estaba pasando no se parecía a nada que me hubiera pasado antes, ¿no? Recuerdo que al final todo saltó por los aires a los 5 meses", aseguraba Almudena. "Decidimos contarlo a nuestras antiguas parejas los dos el mismo día porque habíamos llegado a la conclusión de que lo nuestro iba muy en serio", recordaba Luis.
Completamente viernes
Se casaron en 1996 en el Ayuntamiento de Santa Fe, en Granada. Dos años más tarde Luis García Montero publicó Completamente viernes, un poemario cuyo título hacía un guiño a la segunda novela de Grandes, Te llamaré Viernes. "Quizás de todos los libros que no he escrito yo es el más importante, el más mío, de alguna forma", decía Almudena. Fue esta obra la que Luis García Montero depositó sobre la tumba de la mujer con la que compartió más de dos décadas, grupo de amigos y una familia, con tres hijos: Mauro e Irene, de relaciones previas, y Elisa, fruto del matrimonio de estas dos grandes figuras de las letras.
Tras su muerte, el poeta le dedicó en Twitter los versos de "La ausencia es una forma de invierno". Años antes, en el documental Aunque tú no lo sepas, era otra línea la que recordaba. "A quien del mundo huye, raras veces la vida le perdona", escribió Jaime Gil de Biedma. Luis García Montero adaptaba la frase a su historia: "A mí me resultaba imposible huir del mundo porque la vida no me hubiera perdonado no vivir la historia de amor con Almudena, y a ella le ocurrió lo mismo".