Carmen Balcells a través de la visión de Carme Riera
- En el primer encuentro entre ambas hubo un pregunta desconcertante que Riera escuchó en otra ocasión a Balcells
- Gracias a ella, "Barcelona se convirtió en una capital literaria del mundo hispánico"
Carmen Balcells, traficante de palabras, de la editorial Debate, es el nuevo libro de la escritora Carme Riera. En ella, la primera biografía autorizada por la agente literaria convertida en mito, trata la combicación afortunada de talento, inteligencia y ambición que es un referente internacional. Un trabajo "cocido a fuego lento" después de 40 años de amistad que tuvieron entre ambas.
"Yo era muy amiga de Carmen o así me consideraba. Traté cuando murió de que no muriera todo, como hacemos con las personas que queremos. Es verdad, que ella me había dicho que procurará por su causa de beatificación y entonces yo pensé que los beatos, los santos necesitan biografías y que en ese sentido pues yo debía escribir la suya" explica la mallorquina a Pepa Fernández en De pe a pa.
En él, tuvo que apartar a un lado la amistad que las unía para hablar de las virtudes y de los defectos de Balcells, lo que le llevó a un gran trabajo de documentación. "Eso fue en cierto modo difícil, porque claro, tienes tendencia a sobre todo cuando alguien que quieres mucho muere recordar lo bueno y dejar de lado lo malo. Pero eso no podía ser porque Carmen era un personaje muy potente con grandísimas virtudes pero evidentemente también con defectos. Y yo no podía escribir la vida de la santa, que no era, por lo tanto, pues también tuve que documentar".
Justamente en la introducción habla del primer encuentro entre ambas donde hubo un pregunta desconcertante. "Ella preguntaba esas cosas de repente que te dejaban absolutamente pensando pero, "¿esta señora que es lo que quiere?, ¿qué preguntas tan raras hace?"... No sólo me la hizo a mí, se la oí hacer a mucha gente. La pregunta era, ¿eres de buena familia?".
Agente literaria
Carmen Balcells cambió la vida de Riera aunque lo habitual en ella, transformar la vida de sus escritores. Además de defenderlo de la forma más vehemente. "Mi única agente hasta este momento, no sé el futuro, pero hasta el momento ha sido Balcells, y por tanto puedo decir que ella los defendió absolutamente. Imagino que algunas de las agentes que precisamente se formaron en la agencia Balcells defienden a sus autores también de este modo".
Pero algunos la tildaron de terrotista. "En España no estaban acostumbrado a la figura de la agente. Cuando surge Carmen y lo expone, lo que se podría decir "las peras al cuarto" pues las cosas cambian y acaba con los contratos leoninos para poner un ejemplo. Baroja, por ejemplo, tenía un contrato terrible. Es decir que ella pone un límite temporal, pone un límite geográfico, pone límites a eso y los contratos los hace la agencia y lo firman los editores.
Decía también que los derechos audiovisiales no tenían que estar contemplados. En un encuentro entre ella y José Manuel Lara, el fundador de Planeta, Riera recuerda este encuentro con cierto rubor. "Se trataba de hablar de una novela mía que había tenido un premio, el Ramón Llull y Carmen decía que no tenían que estar contemplados los derechos y Lara decía que por supuesto que sí. En realidad era quimérico porque de ahi, pues yo he tenido muy mala suerte con el cine. No salió, por supuesto, ninguna película. Yo estaba ya convencida de eso. Pero Lara y Carmen, que eran yo creo que dos tiburones en singular combate, pues Lara le dio un zarpazo muy certero que le hizo llorar".
Descubrió el plantel americano
A pesar de su fuerte carácter era muy generosa. "Yo tengo que decirte que no sólo aplicaba esa generosidad a sus escritores sino a la gente a la que quería. Ella quería mucho y siempre fue extraordinariamente generosa". Balcells tuvo la clarividencia de mirar hacia América, donde descubrió un extraordinario plantel de escritorios. Además de convertir la Ciudad Condal, en la capital del boom, de ese realismo mágico.
"Ella trajo de Londres a Mario, trajo de América a García Márquez. Nélida Piñón pasó por aquí. Fuente pasó. Cortázar, es decir, pasaron todo una serie de escritores. Barcelona se convirtió en una capital literaria del mundo hispánico, es decir, de algo como extraordinario que esta mujer con su agencia pudiera ser el núcleo, el nexo de unión entre dos continentes".
Incluso la definían como la mamá grande. "Unos dicen que proviene de Vargas Llosa y otros de Gabo. Pero la mamá grande es la madre nutricia. Hasta Le Monde en un artículo muy famoso pues hacía referencia al carácter maternal. Aunque ella al final de su vida decía "no, yo no quiero ser mamá de nadie". Y reinvidicaba los aspectos más de agente diciendo "yo tengo cliente, no tengo amigos". Pero no era verdad. Tenía cliente y amigos. Ella cuidada todo, de esos escritores afincados en Barcelona, desde arreglar la calefacción a comprar un billete".
Además de su maravillosa relación con Gabriel García Márquez. "Yo creo que Márquez sin Carmen hubiera sido otro pero también Balcells sin él no hubiera llegado a ser lo que fue. Catapultó a Gabo en cierto modo a la fama. Ella no se había ocupado de él, pero la que votó a la fama de innumerables traducciones. Y eso también fue para la agencia, pues una inyección extraordinaria".
Leyenda Balcells
"Ella por sí sola tenía una leyenda. Pero yo creo que los amigos, sobre todo los importantes, la mitifican mucho. Yo creo que cuando Manolo Vázquez dice que "es la agente de 007 con liciencia para matar" o cuando Juan Cruz desde sus artículos y tantas veces se ha referido a ella, pues habla de toda la serie de elementos que mitificar al personaje. O también lo hace pues Mario Vargas Llosa. Todos ellos contribuyen a ese mito".
En alguna ocasión, la catalana tiene dicho que le hubiese gustado ser "alta, delgada y muy guapa para poder convertirse en una mujer objeto". "Sin duda ella tenía problemas con su físico y creo que quizá una bulimia que no trató porque tenga a veces la sensación de que necesitaba comer por, por, por la angustia que sentía por poder. Bueno, pues eso, por la necesidad de que los hidratos de carbono pueden calmar. Esa es angustia. Y yo creo que eso no lo llevo bien. Y quizá pues engordó demasiado y no le gustaba. Miraba a las mujeres también. Alguna vez las detestaba. Era eso? Podía ser ambiguo. Altas y guapas? Si y que? Y que se podían convertir en objeto. No lo decía tan en broma, claro."