Enlaces accesibilidad

Existe una isla donde los aviones son sagrados y el Duque de Edimburgo es una deidad ¿Por qué?

  • Durante la Segunda Guerra Mundial, los habitantes de Tanna recibieron a los combatientes y sus cargamentos como divinidades
  • Los nativos interpretaron los objetos cotidianos de los combatientes como objetos de culto
  • "El condensador de fluzo": "Que nos pille confesaos" o "La religión" ya en RTVE Play

Por
El condensador de fluzo - Curiosidades históricas - Los cultos cargo

A principios del siglo XX, la población de Tanna, una isla de Vanuatu, fue colonizada por británicos y franceses. Entre las tribus se promulgó un régimen opresivo, obligando a los indígenas a convertirse al cristianismo y a renunciar a sus costumbres tradicionales. Una de las creencias de los nativos consistía en pensar que sus antepasados regresarían acompañados de riquezas. La aparición de los colonizadores, y posteriormente, de los combatientes de la Segunda Guerra Mundial, supuso un cambio radical en sus creencias.

La llegada de los cargamentos de los combatientes fue interpretado como provisiones y regalos procedentes de los antepasados de aquellos hombres “con extraño color de piel”, algo que asociaron a su práctica de rituales religiosos cristianos, y a sus oraciones hacia su mesías cristiano y los personajes de la Biblia. Cuando las fuerzas estadounidenses llegaron a Tanna para reclutar indígenas, con el fin de que los ayudasen a construir un aeropuerto y una base militar en la isla de Efate, los lugareños vieron a los soldados que desembarcaban en sus aviones como auténticas deidades.

El culto a John Frum

La llegada de los americanos a la isla produjo un choque cultural sin precedentes: objetos cotidianos como gafas de sol, o encendedores fueron interpretados por los indígenas como magia divina, convirtiéndose en objetos de culto. En ese contexto, surgió entre los nativos una nueva divinidad: John Frum. Posiblemente, se trataba de un miembro de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos que acabó de forma accidental en la isla, trayendo consigo un cargamento que fascinó a los nativos, pero no se sabe con certeza si realmente existió.

Cuando, tras la Segunda Guerra Mundial, los americanos abandonaron la isla, los aborígenes regresaron a su anterior estilo de vida… Pero no perdieron la fe en “John Frum”, cuyo regreso aún siguen esperando. Para rememorarlo e invocarlo, cada 15 de febrero, los indígenas se visten como sus antiguos dioses, pintan sus cuerpos como soldados de la Segunda Guerra Mundial, cargan fusiles construidos con bambú e imitan estaciones radiotransmisoras.

Los habitantes de Tanna han llegado a construir sus propios aviones con materiales como madera, lodo, paja y lianas, y a crear largas pistas de tierra para que “el transporte de los dioses” (los aviones), puedan volver a aterrizar. Algunos nativos, incluso, se sitúan a lo largo de la pista con antorchas en las manos, imitando los gestos de los controladores americanos. La cosa no acaba ahí: el culto se extiende también a la bandera americana, en torno a la cual existen complejos rituales de adoración.

El duque de Edimburgo, considerado una divinidad

A lo largo del tiempo, los cultos cargo han ido cambiando de divinidades: soldados, náufracos... E incluso el duque de Edimburgo. Tras su visita a Vanuatu en 1974, en la que regaló una foto firmada a los polinesios, Felipe de Edimburgo pasó a ser considerado una divinidad procedente de sus ancestros espirituales. A día de hoy, su fotografía continúa siendo preservada y adorada, junto con varios retratos obsequiados por el consorte.

Aunque la mayoría de tradiciones de los cultos cargo actualmente tienen más de folclore que de creencias vigentes, aún se recuerdan los desfiles imitando a los soldados estadounidenses. Una tradición que no solo ocupa un lugar en la historia, sino también en las estanterías, ya que el nombre de "John Frum" ha acabado convertido en una marca de jabón de afeitar y after shave.