Racista, machista y clasista, la otra cara del personaje de Lola Herrera en 'Cinco horas con Mario'
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“¿Quieres decirme para qué va a estudiar una mujer si puede saberse?” o “¿Desde cuándo trabajan las señoritas?”, son algunas de las perlas que suelta Carmen Sotillo, la protagonista de Cinco horas con Mario. Algunos las habrán escuchado sobre los escenarios, en boca de Lola Herrera, la actriz que durante más de cuatro décadas se metió en la piel de esta mujer de su tiempo, víctima del conservadurismo franquista más férreo, cruel y machista.
A lo largo de la obra, Menchu suelta frases machistas, racistas o clasistas. Tiene de todo, como la sociedad en la que vivía, la estancada España de 1966. Miguel Delibes, autor de la obra que años después adaptaría al teatro Josefina Molina, tira de retranca amarga para retrata, a través de aquellos comentarios, el sentir de una sociedad rancia, mojigata y con un miedo terrible al qué dirán.
“Hasta los negros del África nos quieren dar lecciones cuando no son más que caníbales”, dice en un momento de la obra, y luego añade “Los negros y los blancos con los blancos”. ¿Cómo se recibiría aquel juicio a finales de los 70?¿Cómo se recibe ahora? La risa la provocaba igual, pero la diferencia ahora es que es una carcajada agria, cargada con la vergüenza de los fantasmas del pasado.
Retrato amargo de una sociedad machista
Más allá de aquellos discursos que hoy puedan sorprender a cualquiera, la Carmen Sotillo, que hoy no vemos con otro rostro que no sea el de Lola Herrera, representaba a las mujeres de ese mundo en el que ellas, condenadas a la eterna etiqueta de madres y esposas, debían acatar con resignación el papel asignado. Algo que tampoco ha cambiado tanto, teniendo en cuenta que aún hoy son muchas las mujeres -el 80% del público que ha ido a ver la obra en estos más de 40 años son mujeres- se sienten identificadas con algunas de las cosas que Menchu cuenta sobre su matrimonio.
La obra muestra, inicialmente, a una mujer conservadora y un esposo progresista. Pero según avanza su soliloquio, nos damos cuenta de que Menchu lleva mucho tiempo guardando rabia, dolor y culpa. “Ni un solo gusto me has dado en la vida”, dice cuando recuerda su noche de bodas, en la que Menchu se sintió profundamente humillada porque Mario se dio media vuelta en la cama y se durmió. Una falta de pasión que se sucedió todo el matrimonio. ¿Cómo no iba ella a sentirse tentada por Paco? El hombre que la sorprendió con su “tiburón”, cuando ya estaba casada con Mario, y le robo un beso en sus años de juventud.
Durante las cuatro décadas en las que Lola Herrera ha dado vida a Carmen Sotillo, el montaje, el texto y la propia actriz han ido ofreciendo nuevos matices al personaje. El texto se ha refrescado en varias ocasiones, variaciones que, con el tiempo han ido cargando aquellas amarguras y frases de otro tiempo de una mirada cada vez más irónica.