Estados Unidos vetó la bomba atómica de Franco: el toro de Manolete le iba a amochar
- A finales de los años 40, España estaba preparada técnicamente para fabricar su propia bomba atómica
- Los científicos españoles llevaban dos décadas trabajando en el proyecto, hasta que el secretario de Estado, Henry Kissinger, llegó a Madrid
- Ya en RTVE Play, 'El secreto atómico de Franco', un documental sobre el hecho más sorprendente de las fuerzas armadas españolas
En 1948, Franco y su vicepresidente, Agustín Muñoz Grandes, estaban eufóricos. Iban a desafiar a la comunidad internacional. Acababan de aprobar la creación de la Junta de Energía Nuclear. Por fin, España tendría su primera bomba nuclear. No era una sueño, sino un proyecto factible y viable.
La Segunda Guerra Mundial, en la que el falangista Muñoz Grandes, como jefe de la División Azul y condecorado por el mismísimo Adolf Hitler, dirigió a sus tropas enmarcadas dentro de la Wehrmacht, terminó casi abruptamente tres años antes. Estados Unidos lanzó las bombas atómicas sobre Japón y ya no quedó ninguna duda de quién ganaría la contienda. En las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, en agosto de 1945, fallecieron de forma instantánea medio millón de personas. Los norteamericanos tenían ya una posición de dominio militar mundial, incuestionable.
Islero, el nombre de un toro y de un proyecto nuclear
Grandes científicos alemanes de campos como la física y la energía nuclear, algunos incluso antiguos colaboradores de la Alemania nazi, huyeron a los Estados Unidos o fueron llevados allí a la fuerza para que explicaran sus conocimientos. También en España se tenía muy en cuenta que el futuro pasaba por la física nuclear.
La gente de la calle no sabía nada de todo esto. Lloraban a un torero al que decían que nadie podría igualar. En 1947, Manuel Laureano Rodríguez, 'Manolete', había muerto a causa de las heridas que recibió, en la plaza de toros de Linares, Jaén, del toro Islero.
Fue este el nombre que recibió el proyecto para fabricar la bomba atómica española, el Proyecto Islero. El técnico al mando, por orden de Franco y de Muñoz Grandes, era Guillermo Velarde. Él mismo explicó que escogió este nombre porque, como supuso, 'iba a darme muchos disgustos'.
Velarde, formado en los Estados Unidos, catedrático de Física Nuclear y comandante del Ejército del Aire, falleció en 2018. Pero nuestros compañeros de RNE lograron entrevistarle y que les contara una historia casi increíble de la nonata bomba nuclear española. La amplia entrevista podemos escucharla en uno de los imprescindible podcast de historia de Documentos RNE.
Velarde fue el encargado, como cuenta en este testimonio y en sus memorias, de redactar un informe que cambiaría la Historia de España. Los científicos del Proyecto Islero llevaban desde 1948 trabajando para lograr la fabricación de una bomba atómica española. Un producto que de hacerse realidad asombraría a todos, especialmente a Marruecos, que no veía con buenos ojos las posesiones españolas en África.
Las minas de uranio de Arjona, en Jaén, a poco más de 50 kilómetros de donde había muerto el torero Manolete, facilitaban el trabajo. Fueron dos décadas en las que decenas de ingenieros, científicos e investigadores avanzaron en los laboratorios. Hasta que el gran gigante dijo basta.
El secretario de estado Henry Kissinger había recibido de la CIA una advertencia de que España estaba situada a la cabeza de las potencias que podían lograr en poco tiempo la fabricación de bombas de plutonio. Así que él mismo visitó Madrid en 1973, en una misión decisiva. Se reunió con Franco y con Carrero.
Carrero Blanco era presidente del gobierno desde junio. Era uno de los que más apoyaban el proyecto de armamento nuclear para España y le mostró encantado el informe de Velarde. Entonces Kissinger, el hábil negociador que recorrería el globo en diversas ocasiones con sus misiones diplomáticas, vio clarísimamente que el proyecto nuclear español era viable y no logró convencer a Carrero de anularlo.
La muerte de Carrero Blanco y la oposición norteamericana pusieron fin a una era atómica que podría haber lanzado a España a otro escenario internacional. Una tesitura en la que el gobierno franquista veía un futuro muy incierto sin el apoyo de los Estados Unidos.
Un estreno que cuenta cómo España pudo llegar a ser una potencia nuclear
El documental de Historia participado por RTVE 'El secreto atómico de Franco' cuenta cómo se trabajó en secreto durante años en el proyecto la fabricación de una bomba atómica en España. Veremos cuál fue el papel de los jerarcas nazis, la negativa de Franco a continuar con el Proyecto Islero por indicación de los Estados Unidos en varias ocasiones, el enorme poder de Henry Kissinger y cómo los Estados Unidos se las ingeniaron para expandir la energía nuclear fuera de sus fronteras, pero no para uso militar.
Otro de los logros de es documental es que ha sido ambientado con composiciones de Lluís Callejo, (1930-1987) ingeniero industrial de Central Nuclear de Vandellós y músico autodidacta de electroacústica, seguidor del pionero Mestres Quadreny.