Palomo Spain lanza una colección para ejecutivos, agresivos pero sexis
- Palomo Spain deja el historicismo para abrazar una nueva estética: la del mundo del business
- Su nueva colección es un fabuloso ejercicio de costura urbana, con 'zascas' al capitalismo y el poder
- Pedro Almodóvar busca looks para su nueva película: ¿vestirá a Cate Blanchett de Palomo Spain?
Corría 1988 cuando arrasó la película Armas de mujer. Logró 6 nominaciones a los Oscar y sedujo al público por varias razones. Uno fue el casting, con Melanie Griffith, Harrison Ford y Sigourney Weaver. Otro fue la banda sonora, con el temazo 'Let the river run' , de Carly Simon, que se llevó el único Oscar de todos a los que optaba la cinta. Luego estaba la historia, que era tan solo una nueva versión de La Cenicienta, en esta ocasión pasando del rancio ambiente palaciego al moderno mundo de los yuppies. Algo parecido hace ahora Palomo Spain con su nueva colección para el verano de 2022: deja atrás el historicismo de las anteriores y se instala en una estética diferente, algo así como un rollo pijo chic. Por eso celebra el desfile cerca del que fue centro financiero de la ciudad. “Pasamos de la Castellana baja a la Castellana alta, y de una colección que repasaba la trayectoria a otra que mira adelante, y lo hacemos a través del mundo del business. Que, aunque en un principio me parecía algo de otro mundo, ahora inevitablemente también me veo, porque esto es al final es un negocio", revela a RTVE.
En los 80, la mujer se empoderó conquistando puestos directivos en grandes empresas, ocupando despachos a los que antes solo entraban a servir café. La ropa fue importante para proyectar una imagen fuerte y poderosa, y también sexi. Las hombreras descomunales y los tacones de vértigo transmitían un mensaje de autoridad, dominación, y agresividad. "Con esta colección ves nuestra forma de entender lo que sería nuestro ejecutivo, y a través de algunas siluetas ves nuestra forma de entender el empoderamiento. Mi ejecutivo es muy sexi y divertido, y un tanto provocador", dice junto a trajes que llevan los pantalones cortísimos, bodies y chaquetas de hombreras gigantes. ”Hemos hecho siluetas muy nuevas, nunca habíamos marcado tanto el hombro, porque nunca he tenido esa referencia ochentera. El hombro va marcado, pero va casi sin hombrera, lo marca la manga que lleva un gran trabajo de patronaje y con tan solo una pinza crea este efecto”.
Los tejidos varían, desde el clásico azul marino hasta los que van estampados con motivos sicodélicos. “Son un guiño a la tecnología, a los píxeles, y a Silicon Valley”, dice, y justifica de paso que haya un traje al más puro estilo americano, con un toque retro, y una camisa inspirada en la de los cowboys. “Sí hay ese toque western, y mira qué camisa, que lleva un trabajado brutal para que quede perfecta, con el vivo de raso bordado al bies. Es ideal”.
En aquellos 80 que recrea Palomo a su manera, la política dejó paso al mundo empresarial: los padres querían que sus hijos fueran Felipe González y los hijos querían ser Mario Conde. El look pijo marcó tendencia y los cachorros de la alta sociedad llenaban las discotecas con sus polos de Lacoste, sus levi’s 501, sus zapas de Nike y las muñecas llenas de pulseritas de cuero e hilos de colores. Palomo hace otro guiño en la colección a esa época, reinventando los polos. “Hay mucho polo, pero me lo llevo a un mundo más sexi, muy corto, por debajo del pecho, o convertido en bodi.
La colección es poderosa, soberbia, y enlaza el barroco ochentero con el glamur de los 90, saltando del moderno armario masculino al neoclasicismo noventero de American Psycho. "Pero es que es normal, ahora los ejecutivos se sientan en la primera fila de mis desfiles. Y por eso hago este guiño al capitalismo". No faltan los arrebatos de extravagancia, marca de la casa y sello de Palomo Spain, y vemos sofisticados abrigos de plumas de marabú, algunos tan largos que rozan el suelo. Looks ideales, looks matadores para chicos sin complejos.
Lo sembrado, florece
Lleva 6 años dando guerra, sembrando. Ahora recoge los frutos y está feliz. “La firma está funcionando increíblemente bien”, dice. A la venta online, su tabla de salvación en los tiempos difíciles, se suma la venta en tienda física. Palomo Spain tiene su propio espacio en WOW, el nuevo templo del shopping que hay en la Gran Vía de Madrid. Allí sus prendas cobran otra dimensión. “La marca se vende muy bien cuando la frontera del online no existe. La experiencia en tienda cambia por completo. Lo veo en las pop-up stores. En el último que hicimos no paramos de vender ni un segundo. Todo el mundo que entraba, cogía prendas, se las llevaba la madre, la hija, el marido, el hijo, el primo… La gente se volvía loca porque es verdad que online te cuesta la primera vez, no lo sabes muy bien cómo es la prenda”.
Insiste en que nadie le ha regalado nada, que si sigue adelante y tiene éxito es porque se lo ha currado. La pandemia supuso un punto de inflexión. Palomo y su equipo decidieron parar, reflexionar, decidir qué querían hacer y resetearse. Hoy mantiene un buen equilibrio entre la fantasía y lo comercial, siendo fiel a su estilo y conociendo bien a su cliente. Es uno de los pocos creadores que está haciendo cosas interesantes, y quizá por eso se ha salvado del desastre. Además, ha abierto camino a las nuevas generaciones. Palomo, a pesar de su juventud, es un referente para los jóvenes diseñadores. En la pasada edición de EGO se vio mucho talento, riesgo y osadía. Los trabajos presentados allí fueron mucho mejores que algunos de los vistos los días anteriores. Hubo colecciones de firmas que llamamos consagradas que rozaban la mediocridad. “En EGO vi cosas muy interesantes, frescas, contemporáneas. Me alegra ver que aquí están pasando estas cosas tan excitantes”.
Y luego está la calle. Es sorprendente el cambio que los chicos han experimentado en el vestir. En Madrid, hervidero de tendencias, vuelan todos los días pequeños ‘Palomos’. “Sí, es verdad, no quieren formar parte de la gran masa y salen a la calle sin miedo. Sales a la calle y ves a chicos elegantísimos, y ves niños modernísimos”, dice. Y es inevitable recordar que hay todavía mucho por recorrer y combatir. Los insultos que recibió Eduardo Casanova en los Goya son un ejemplo de que hay que seguir luchando. “Imbéciles ha habido siempre, y lo habrá toda la vida".
Maestros de la costura
Palomo es uno de los tres temidos jurados de 'Maestros de la costura', el talent show de RTVE que se ha convertido en un espacio familiar, una ventana a la moda, pero también a la inclusión, la diversidad y la lucha contra la intolerancia. El programa arrasa cada semana en abierto, y luego tiene un larguísimo recorrido en RTVE Play. Son muchas y muchos los que no se acuestan tarde y prefieren verlo en digital. "Conozco a toda esa gente. Entre ellos, mi abuela. Son muchos los que ven el programa al día siguiente, por la mañana". Está feliz, dice, con el éxito del programa y con la buena marcha de la firma. Pero se nota que le gustaría parar, aunque fuera por un segundo. Y ese segundo lo dedicaría a su taller, a su gente, a su firma. En definitiva, a él.