Frutos del bosque en casa: salvajes, pero hogareños

• Aprendemos los secretos para cultivar frutos rojos en tu propio salón de casa o huerta
• El horticultor José Manuel Sánchez también nos decubre la coliflor blanca y morada, que... ¡menuda pasada!
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¡Hola, amigos hortelanos! Si os encantan los frutos del bosque pero no tenéis uno cerca, tengo una buena noticia para vosotros: os podéis hacer vuestro propio bosque para cultivarlos en el huerto o incluso en casa. Eso sí, lo primero que hay que aclarar es que los llamados frutos del bosque o frutos rojos son en realidad un grupo que no está claramente delimitado, es muy diverso e incluye frutillas de colores sobre todo entre el rojo y el negro que proceden de diferentes familias. Las que suelen incluirse son fresas, frambuesas, moras, arándanos, grosellas, endrinas y madroños entre otras. Nosotros, en esta ocasión, en Aquí la Tierra nos vamos a centrar en dos de las que más se identifican como frutos del bosque: Arándanos y Grosellas.

Aquí la Tierra - Cómo plantar tus propios frutos del bosque

En la variedad está la perfección

Hay diversas variedades de las dos frutas que aquí nos concierne, y todas con características distintas para ajustarse a nuestras preferencias. Diferentes tipos de arándanos rojos y azules y de grosellas negras, rojas y blancas. Además son plantas muy decorativas, especialmente en maceta. Así que no sólo nos deleitarán el paladar, sino también la vista.

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Aunque no son de la misma familia (Ericácea para los arándanos y Grosulariáceas para las grosellas), tienen exigencias de cultivo parecidas.

Las dos plantas son nativas de bosques fríos y húmedos típicos del norte de España. Pero podemos cultivarlas en otras zonas si reproducimos las condiciones báiscas que tienen en su hábitat, o sea, si nos fabricamos nuestro propio mini-bosque.

Sustrato: Requieren un suelo ácido y rico en materia orgánica, que nosotros conseguiremos simplemente con una buena proporción de compost y añadiendo en superficie una capa de serrín o trocitos de madera. Completamos nutrientes añadiendo un 10 o 15% de humus de lombriz.

Riego: Es necesario mantener una humedad constante, pero limitada, con riegos frecuentes, pero cortos. No soporta el encharcamiento. Así que es necesario poner material drenante bajo la planta (arlita, gravilla, etc.).

Temperatura: Soportan bien el frío, incluso el intenso hasta -10º y más. También lo necesitan en invierno, así que conviene mantenerlas en exterior, aunque lo mejor protegerlas de las heladas. Pero lo que no le va bien es el calor y el sol intenso. Así que conviene procurarles sombra o semisombra en verano y evitar una temperatura prolongada superior a 28 o 29º.

• Protección: Contra el sol fuerte y el viento (sobre todo cálido).

Detalles del cultivo

Lo más fácil es trasplantarla a partir de una pequeña planta con cepellón. Aunque se puede hacer en cualquier época del año, es más conveniente a mediados de otoño o a principios de primavera. Se puede cultivar perfectamente en maceta, con un mínimo de 90 litros. Además, el cultivo en maceta nos permite cambiarla de ubicación cuando nos convenga por temperatura, sol o viento. Tanto en maceta como en suelo, es recomendable entutorarla, o sea, colocar unas sujeciones para mantenerla erguida hasta que desarrolle un tronco con suficiente fuerza.

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Conviene podarla todos los años a finales de invierno, quitando de forma equilibrada entre una cuarta y una tercera parte de los tallos antigüos.

Nos darán sus exquisitos frutos a partir del segundo o tercer año, así que si empezáis con plantas que ya tengan esa edad podréis cosechar desde el principio. Y dependiendo de las variedades elegidas podremos cosechar desde finales de primavera hasta mediados de otoño.

Del salón al plato

Por supuesto que una de las mejores formas de disfrutar estas frutillas es frescas y recién cosechadas en el momento óptimo de maduración, solas o combinadas con repostería, yogures y quesos. Pero, aunque sean menos conocidos, también hay deliciosos guisos en los que se usan, por ejemplo, para hacer la salsa o el relleno. ¿Os imagináis desayunando unos deliciosos arándanos recién cosechados en vuestro salón?

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