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"Un libro es una prenda de abrigo", los versos de Francisca Aguirre para celebrar el Día del Libro

  • Celebramos el Día del libro con la lectura de un fragmento del poema "Nana de los libros viejos" de Francisca Aguirre
  • El poeta Mario Obrero recita e ilustra con acuarelas este texto de la poeta alicantina
  • Descubre en Play Radio programas sobre libros y literatura o ficciones sonoras adaptadas

Por
Especiales RNE - Mario Obrero dibuja la "Nana de los libros viejos" de Francisca Aguirre

El barómetro de lectura publicado este 2022 señalaba que "la lectura se afianza en nuestro país y que durante el confinamiento muchos españoles se reencontraron con los libros", se fijaba Laura Barrachina, la directora y presentadora de ‘El ojo crítico’, en sus reflexiones en Las mañanas de RNE con Íñigo Alfonso. “Sin embargo, hay casi un 40 % de españoles que nunca jamás han leído en el último año ni un libro, de ningún tipo. También decía que en nuestro país el 77 % de los chavales de entre 10 y 14 años leen en su tiempo libre, pero que a los 15 años el porcentaje se desploma”.

Las Mañanas de RNE con Íñigo Alfonso - ¿Para qué leer? - Escuchar ahora

“La lectura por placer es una lectura voluntaria, pero claro para despertar esa voluntad tienes que tener una motivación y ahí es donde está la clave”, el editor y escritor Paulo Cosín, miembro de la Federación del Gremio de Editores y director editorial de Ediciones Morata, lo explicaba en De pe a pa cuando presentaba el libro ¿Para qué leer?. “La motivación, si miramos un poco las estadísticas, vemos que se lee de manera individual y no se lee en el aula. Yo defiendo que la lectura tiene que ser un diálogo, es decir, cuando tú te interesa un tema, lo quieres compartir. En el momento que tú lo compartes, ahí se produce un enriquecimiento. Eso es lo que yo defiendo que tiene que hacerse en el aula: tener diálogos, debates… No necesariamente desde una lectura, puedes debatir una película, un tema, hablar de muchas cosas y a partir de ahí generar inquietudes”.

Las mañanas de RNE con Pepa Fernández - ¿Para qué leer? - Escuchar ahora

“Digo y voy a seguir diciéndolo hasta que me muera: 'donde esté un libro, nada'. Para mí el libro va a seguir siendo siempre la puerta maravillosa a lo desconocido, el prodigio del camino, el prodigio del descubrimiento, el prodigio de la música”, explicaba la poeta Francisca Aguirre en una entrevista en La estación azul sobre su poema “Nana de los libros viejos” incluido en el poemario Nanas para dormir desperdicios. Los poetas y periodistas Ignacio Elguero y Javier Lostalé conversaron con la alicantina el 19 de noviembre de 2007, la recuperaron en el año 2019 unos meses después de su fallecimiento como homenaje.

“Cuando yo entro en un libro, entro hacia a otro sitio”, añadía Aguirre. “Eso probablemente es la única manera que yo he encontrado de negar la muerte y por eso tengo siempre tantísima gratitud para todos aquellos, entre los cuales os encontráis, que escriben. Esos son los grandes aliados de la vida en contra de la muerte”. En Radio Nacional de España para el Día del Libro 2022 queremos recuperar este espíritu de los libros que describe la escritora y leemos estos versos en boca del poeta y colaborador de Gente despierta"Un poeta en París", Mario Obrero: “En cada libro había una mina // y a veces, cuanto más viejo el libro mejor era la mina”.

Nana de los libros viejos

Aquel tenducho,

porque verdaderamente

aquello era un cuchitril,

una especie de sotanillo al que se entraba

después de bajar unos cuantos peldaños,

aquel escondrijo al que llamábamos

la tienda verde

puesto que su dueño había pintado la fachada de verde,

aquella cueva era, sin embargo,

la cueva del tesoro.

Allí, democráticamente apilados,

había montañas de libros viejos,

algunos viejísimos,

tan viejos que se les caían las hojas como a los árboles,

otros, más afortunados, habían sido remendados,

como los calcetines o los zapatos.

Porque un libro, señores, es una prenda de abrigo.

Y el dueño de aquella tienda lo sabía.

Por eso, cuando nosotras entrábamos,

con nuestro exiguo caudal

él nos impartía las oportunas instrucciones

para que nos moviésemos con precaución en su establecimiento:

nada de manoseos con los libros,

los libros se desgastan, se estropean,

se les rompen las hojas o se les caen

y ya no abrigan, ya no sirven.

Muchísimo cuidado con los libros,

sobre todo con los que están encuadernados:

un libro encuadernado es algo serio,

las pastas son como las paredes de una casa,

y dentro de esa casa podemos encontrar de todo.

Por eso el dueño de la tienda nos decía:

un libro encuadernado es un tesoro

y los tesoros, ya se sabe, cuestan caro.

Nosotras mirábamos con avidez los libros,

sobre todo los viejecitos,

los que tenían aire de perro apaleado;

y eran como de la familia

y además tenían la ventaja de ser muy baratos.

Claro que, como decía el dueño,

aquellos pobretones debían abrigar muy poco.

Pero nos daba igual, ya los arreglaríamos en casa.

Así que hacíamos tres montones

y el dueño nos cobraba una peseta

por aquella montaña de desperdicios,

aunque antes de marcharnos

nos decía muy claro:

me los tenéis que devolver el lunes.

Y no creáis que no sé yo las hojas que tiene cada uno.

Y el sábado empezaba la aventura

porque lo que el librero no sabía

era que en cada libro había una mina

y a veces, cuanto más viejo el libro

mejor era la mina.

Y aquellas páginas marchitas

calentaban como una gran hoguera.

Y así, durante muchos sábados y domingos,

rodeadas de desperdicios ilustrados,

vivimos el milagro de abrigarnos

con las maravillosas páginas de Tolstoi en Resurrección,

o con las aventuras de Marck Twain,

con las desdichas de las Pobres gentes, de Dostoievsky,

con los Viajes de Gulliver.

Pasamos hambre con Knut Hamsun y comimos su Pan.

Viajamos al espacio y al fondo de los mares con Julio Verne.

Aquellos desperdicios de papel, desencuadernados y rotos,

fueron para nosotras

la deslumbrante Biblioteca de Alejandría.

Nadie ha tenido una universidad más mágica que aquella.

Nanas para dormir desperdicios, Francisca Aguirre (2007)

Los beneficios de la lectura

“Leer debería ser incorporado por todos” y “nos da beneficios a muchos niveles. La lectura es una actividad que debería formar parte de nuestro día a día”, destacaba el médico Javier Salas en El gallo que no cesa. “La lectura es un excelente pasatiempo y se ha demostrado que a lo que llevamos 10 minutos de lectura, ya sea un periódico o un libro, nuestro corazón comienza a latir más lentamente y los músculos se relajan. Puede ser un efectivo método para disminuir el estrés. La lectura reduce el estrés más que escuchar música, más que tomarse una taza de té, más que caminar y más que jugar a videojuegos”.

El gallo que no cesa - Médico de guardia: Beneficios de la lectura para la salud - Escuchar ahora