Rutas a pie en Vizcaya: Urdaibai y Urkiola

• Te proponemos una ruta por la Reserva de la Biosfera de Urdaibai para sacarle el máximo partido a una marisma llena de encanto
• Sin posibilidades de cultivar cereales ni olivos ni vides, ¿qué hacían los romanos en Forua?
• Camina en el monte Urkiola sobre un tapiz de hierba que te llevará al Anboto, un pico mítico del País Vasco
• ¡Descubre una ruta de senderismo por la zona en '80 cm'! en RTVE Play

80 cm - Bizkaia, mar y montaña, avance

El programa 80 CM os propone caminar por la Resera de la Biosfera de Urdaibai, una de las áreas con más encanto del País Vasco y por el Parque Natural de Urkiola entre verdes praderas e inmensas moles de granito. ¿Nos acompañas?

Ruta por Urdaibai

Abarca 22 municipios de la provincia de Vizcaya en los que más de 45.000 personas disfrutan de un entorno privilegiado ya que la consideración de Reserva de la Biosfera implica que prevalezca el equilibrio entre la actividad humana y el respeto por el entorno.

Vista a la ría de Urdaibai RTVE.es

En la zona más próxima al Cantábrico, el alto de San Pedro Atxarre permite disfrutar de unas fantásticas vistas a la marisma. Bajando a nivel del mar es obligado ir a Gautegiz Arteaga y contemplar los exteriores del Castillo de la Emperatriz Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III. Se trata de un antiguo edificio defensivo reconvertido en palacio neo medieval que actualmente acoge un hotel.

Muy cerca de allí accedemos al Bird Center, un privilegiado observatorio de aves que millones de ellas eligen como punto de parada en sus viajes migratorios. Con suerte se puede avistar alguna de las águilas pescadoras que anidan en la zona.

Asentamiento romano de Forua

Cruzamos la pasarela que atraviesa la marisma y accedemos a Forua, imitando el recorrido hecho por Juanjo Pardo en el capítulo del 80 CM. Allí vemos las ruinas romanas de lo que fue un importante asentamiento. El terreno montañoso y las lluvias no gustaban a los romanos que preferían grandes llanuras en las que cultivar viñas, olivos y cereales. Pero la presencia en Forua se justifica por la extracción de hierro y porque la ría permitía un rápido acceso al Cantábrico a la hora de transportarlo.

Vista general de las ruinas de Forua RTVE.es

El paseo en dirección al mar da para contemplar numerosos caseríos, algunos reconvertidos en casas rurales

¿Os imagináis poder acceder a una isla a pie? Eso es posible en Urdaibai si llegáis a la Playa de San Antonio cuando la marea está baja. Podéis visitar el islote de Sandindere, uno de los emblemas naturales de la reserva que tuvo iglesia, cementerio y fue usada como polvorín.

Ruta por Urkiola

Hacer senderismo en Vizcaya lejos del mar también es muy fácil. En el Parque Natural de Urkiola encontramos bosques de hayas, abedules, fresnos y tupidos prados desde donde se pueden contemplar enormes paredes calizas y cumbres míticas como el Anboto o el Alluitz.

Antes de iniciar la ruta y cerca del aparcamiento, Juanjo Pardo disfrutó de las vistas al Duranguesado desde el Mirador de las Tres Cruces.

Vista del muro que cierra la nave cental del Santuario de Urkiola RTVE.es

Un cristo con rostro femenino

A escasos 200 metros está el Santuario de Urkiola y subiendo la escalinata ya es fácil deducir que se trata de una obra inacabada. El pequeño campanario está separado del edificio central y éste concluye en una pared de piedra levantada para cerrar la construcción sin ningún criterio artístico.

La sobriedad externa del Santuario contrasta con la calidez en el interior donde destaca un mosaico construido con 850.000 piedras en el que se aprecian las cuatro estaciones del año. También encontramos un cristo de raza negra crucificado y con rostro femenino.

Cristo crucificado de raza negra y con rasgos femeninos RTVE.es

Para rematar la ruta Juanjo Pardo asumió el reto de subir al Anboto (1331 m), uno de los picos del País Vasco con más renombre y lo hizo acompañado de un guía ya que la ascensión puede ser peligrosa según haga viento o el terreno esté húmedo. Tomando las medidas de seguridad oportunas vale la pena hacer el esfuerzo ya que en un día soleado las vistas desde la cumbre son difíciles de superar.