Pablo Helguera disecciona el mundo del arte en Metrópolis
- Metrópolis se acerca al universo creativo de Pablo Helguera
- Su obra incluye performance, vídeo, dibujo o acción
- La exposición 'La Comedia del arte' en el Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca, recoge una selección de sus artoons en diálogo con la colección permanente, hasta el 9 de mayo
- Pablo Helguera se emite el martes 3 de mayo a las 00.55h en La 2
El arte entendido como herramienta y activador social es una de las claves en la práctica artística de Pablo Helguera, una obra multidisciplinar y socialmente comprometida que toma formas diversas, como la performance, el vídeo, el dibujo, o la acción.
Su amplio corpus de trabajo gira en torno a la historia, la pedagogía, la etnografía o la memoria, y en ella confluyen disciplinas diversas como la música, la literatura o el teatro.
La muestra “La comedia del arte”, organizada por la Fundación Juan March en el Museo de Arte Abstracto de Cuenca, recoge su producción más reciente. Sus conocidos artoons, dialogan con la colección permanente del museo, diseccionando, con humor, ironía y aguda sátira, las peculiaridades y contradicciones del sistema del arte.
Inicios en el mundo del arte: del muralismo a la caricatura
Pablo Helguera nació en México en 1971, en el seno de una familia de músicos y escritores, lo que marcó su interés temprano por el arte y la cultura. Inicialmente atraído por el muralismo mexicano, estudió en el Art Institute de Chicago, donde entró en contacto con las formas artísticas más performativas que se desarrollaban en los años setenta y aquellas prácticas colaborativas con un marcado carácter social que orientarían sus primeros proyectos. Piezas como Vesti La Giubba (Chicago, 1989), su primera performance, o The Memory Palace of Matteo Ricci (Blue Rider Theater, Chicago, 1995), donde el público elegía cada noche el devenir de la acción, son algunos ejemplos.
Su trabajo en el museo (primero en el Museo de Arte Contemporáneo de Chicago, y posteriormente en el Guggenheim y el MoMA de Nueva York, en el Departamento de Educación) le permitió conocer y desarrollar programas artísticos y educativos que entienden el museo como una herramienta de dinamización social. Ælia Media, por ejemplo, es un proyecto de arte participativo para Bolonia realizado en 2011 que consistió en la creación de una escuela de periodismo artístico alternativo nómada y una emisora de radio que fomentaba el diálogo entre los diferentes agentes culturales y la población, acercando el arte contemporáneo al público general.
Historia e identidad. Música y teatro
Pablo Helguera se define a sí mismo como un investigador de la realidad. En su interés por la construcción de la historia y la identidad de un país, desarrolló Quodlibet (2012), un proyecto específico para el Palacio de Bellas Artes de México que reflexiona sobre la forma en que la identidad artística de una nación se va proyectando en espacios físicos, eventos, y obras artísticas concretas.
La música y el teatro, son dos disciplinas que también aparecen con frecuencia en la obra de Helguera. Como cantante amateur, y defensor del poder de la música para despertar emociones, incorpora en muchas ocasiones la ópera en sus proyectos artísticos. Metropolitan Opera Bathroom (2008), por ejemplo, incorporaba la ópera en el espacio artístico. Consistió en un recital en directo interpretando varias óperas como parte de la exposición "Entree", comisariada por Krista N. Saunders en un apartamento privado del Upper West Side de Nueva York; mientras que Laughing Gas (Mildred's Lane, 2013), incorporaba marionetas, teatro y canciones, para contar la dramática historia de los descubridores de la anestesia.
El mundo del arte en el punto de mira
Su trabajo en los museos le colocó en una posición privilegiada conociendo y experimentando desde diferentes perspectivas el sistema del arte, lo que le permitió cuestionar y analizar las contradicciones y absurdos que lo rodean. Piezas como The Juvenal Players (2009-2010) es un claro ejemplo de ese interés, materializado en un original formato. Junto a una retrospectiva de un artista ficticio, Juvenal Merst, se desarrolló un acto público en el que actores profesionales interpretaban a agentes culturales vinculados al artista y se hablaba de su obra, poniendo en evidencia los clichés del sistema del arte.
Otro claro ejemplo son los conocidos artoons (palabra compuesta formada por la combinación de art y cartoon, viñetas de estilo single pannel que aparecen publicadas en el New Yorker), sencillos dibujos que, con humor e ironía, reflejan la realidad del mundo del arte.
La comedia del arte: los artoons en diálogo con el arte abstracto
La exposición ‘La comedia del arte’, hasta el 9 de mayo en el Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca, recoge ochenta de estos ‘artoons’ que, en diálogo con la colección permanente, cuestionan y diseccionan las peculiaridades y contradicciones del sistema del arte con humor e ironía. Estos artoons surgieron de forma espontánea cuando, con la aparición de las redes sociales, nos cuenta Helguera, no sabía qué imágenes poner en su perfil y comenzó a realizar y publicar estos sencillos dibujos, que pronto se hicieron muy populares.