La difícil medicina en la España vaciada
- En España hay 5.981 facultativos que desempeñan su trabajo en el entorno rural
- Un médico rural puede atender tanto en un parto como en un accidente de coche
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Más de ocho millones de españoles viven en el entorno rural, lo que conocemos como ‘la España vaciada’. En estos municipios tan pequeños resulta inviable construir un hospital y la alternativa, que sería que los habitantes se desplazaran al centro hospitalario más cercano, tampoco es la ideal. La población de estos pueblos suele estar bastante envejecida y los medios de transporte, además de las vías de acceso, no son nada favorables. Por eso, resulta fundamental la figura del médico rural. Pero este papel no es nada sencillo, como ya describía Franz Kafka en su novela: ni lo era antes, ni lo es hoy.
Intrusismo y soledad
Según los registros del Consejo General de Colegios de Médicos, en España hay 5.981 facultativos que desempeñan su trabajo en el entorno rural. Para el Dr. Francisco Javier Sanz García-Donato, médico rural y coordinador del Grupo de Trabajo de Nuevas Tecnologías de Semergen, “habría que tener los servicios sanitarios sobredimensionados, y no cogidos por pinzas, como los tenemos en la actualidad. A la mínima que se ponen una o dos personas enfermas, no nos cuadra la plantilla para cubrir todos los pueblos”, arguye. Además, actualmente las administraciones están empleando para ello a licenciados en Medicina, pero sin la especialidad de Medicina de Familia y Comunitaria. “La diferencia es notable. Hay por medio una oposición y cuatro años de formación especializada para ello”. Falta, en opinión de Sanz García-Donato, “un plan de acción futuro para atraer vocación a nuestra especialidad”.
Esta formación es la misma para el entorno urbano y el rural, pero, su práctica clínica es bien distinta: un médico rural puede atender tanto en un parto como en un accidente de coche, por ejemplo. Como apunta el experto, “Un médico rural tiene que estar más echado hacia adelante. Cuando haya cualquier problema, no puede pedir consejo a un compañero. Tiene que estar actualizado y a la última”.
Móviles sin cobertura y pago de combustible
Pero esos no son los únicos retos con los que se encuentra un médico rural. El alto precio del combustible es un factor que también les influye negativamente. “Tenemos unos pequeños complementos, pero no cubren ni de cerca el gasto de coche y de kilometraje. Hay días que solo visitas un centro, pero otros estás todo el día en ruta”, apunta Sanz García-Donato. Y precisamente estando en ruta es donde estos profesionales suelen quedarse sin cobertura. “Si hay una urgencia, no recibes el aviso hasta que llegas al próximo pueblo. Y estás perdiendo tiempo para atender a esa urgencia. Llegas a un destino para luego tener que volver para atrás”, confiesa el doctor.
“Se nos vendía hace unos años que compráramos todos teléfonos móviles 5G y la realidad es que fuera de los núcleos de ciudades de más de 40.000 o 50.000 habitantes, no está el 5G instaurado”, se lamenta. Además, “si queremos hacer una telemedicina en condiciones, hace falta dotar de tecnología todas las zonas rurales”, reclama.
La medicina auténtica
A pesar de todo ello, el experto tiene claro que volvería a elegir esta especialidad y a desarrollar su labor de pueblo en pueblo, y anima a los jóvenes a optar por esta profesión: “La medicina más bonita y auténtica sigue siendo la del entorno rural: hay más cercanía con el paciente, se valoran mucho tus conocimientos, puedes hacer mucha más medicina domiciliaria, estando al pie de la cama de los pacientes… eso tiene un valor especial”, concluye.