Adrián desvela en MasterChef 10 su terrible pasado
- Adrián se sincera en MasterChef 10 y habla sobre su pasado
- El aspirante está viviendo el sueño de su vida y siente orgullo por ver feliz a su madre
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“Es una etapa que no se la deseo ni a mi peor enemigo. Es una etapa difícil, dura, complicada… Como quieras llamarlo. Es una etapa que no hay que vivirla y esto es una segunda oportunidad para mí”, comentaba Adrián abriendo su corazón a los jueces al presentar su plato con Verónica en el primer reto de la noche. El aspirante luchó para ser el mejor de la prueba y poder conseguir así que su plato brillara en el restaurante MasterChef. “A mi madre se le cae la baba por verme aquí y para mí eso es un auténtico orgullo”, decía Iván mirando fijamente a Anabel y Bibiana. A lo que la segunda respondió con un abrazo de cariño aplaudiendo la valentía del aspirante.
“Me arrepiento de cuando me pegaba con la gente, de tener a mi madre en vilo toda la noche. La moraleja es que pienses antes de actuar siempre. Si te vienen a pegar vete, no hagas el bobo… Para muestra un botón, te arruinan la vida”. Entrar en MasterChef era un auténtico sueño para Adrián ya que ha vivido la cocina en casa con mucha fuerza desde pequeño. Aquí quiere luchar por esa formación que no puede conseguir en la calle y por ese cambio que tanto necesita para brillar como siempre ha soñado. Los jueces aplaudieron su gran trabajo e incluso le comentaron a Verónica que Adrián supo ir un paso más allá en sabor y mejorar la receta que ambos tenían en mente.
Un capitán que se sincera con su equipo
“Tuve una pelea de bar, algo que le puede pasar a cualquiera. Él estaba de permiso, estaba en la prisión, salió de permiso, quería problemas y yo lo pasé muy mal. La vida en la cárcel es muy dura, te levantas, desayunas y si tienes suerte no viene nadie a pedirte el café. Y si te lo piden les dices que no y te pegan una paliza”, le explica Adrián a una Julia que le mira sorprendida y que le responde con un beso.
El pasado de Adrián ya es eso, su pasado, pero aún tiene grandes secuelas que le impiden recuperar su vida con normalidad. Su origen humilde y su escasez económica le han impedido poder pagar y aún sigue con una pulsera telemática. “Me avergüenza, he pasado por cosas muy duras. Pero ahora estoy viviendo un sueño así que de lo otro me olvido”. ¡Mucha suerte en esta nueva aventura Adrián y a luchar por la victoria!