Cinco regalos que la Nobel Annie Ernaux ha dado a sus lectores
Noticia Página Dos
- Página Dos entrevista a la escritora francesa, ganadora del Premio Nobel de Literatura 2022
- La autora, de ochenta y un años, elige la primera persona como gesto de compromiso
- Su obra narra con crudeza sus propias vivencias personales
Página Dos se cita por fin con una de las autoras más premiadas y respetadas de la literatura europea, con una obra tan descarnada como poderosa. Hablamos con Annie Ernaux de Los armarios vacíos (Cabaret Voltaire), la historia de una hija atrapada entre dos mundos. El de sus padres, proletarios y poco instruidos, y el de los burgueses educados que se ganan la vida sin arrugarse el traje. Aparece una brecha entre lo que estos padres entregados merecen por los sacrificios hechos, y lo que esta niña es capaz de devolverles. Ese desencuentro acarrea una gran culpa. Como es habitual en Ernaux, la escritura es a corazón abierto, tensa, desprovista de autocensura.
Annie Ernaux, Premio Formentor 2019, nació en la normanda Lillebonne en 1940. Hija de comerciantes, de joven se trasladó a Rouen para cursar sus estudios universitarios de Literatura. Ha dedicado su vida a la enseñanza. Es autora de títulos como La mujer helada (1981), No he salido de mi noche (1997), Perderse (2001), El uso de la foto (2005), Los años (2008) o Memoria de chica (2016). Es una de las escritoras más reconocidas del panorama literario europeo, y vive en Cergy, cerca de París. La traductora de Los armarios vacíos es la catedrática de Filología Francesa Lydia Vázquez Jiménez, especialista en estudios de género. Ha traducido a Diderot, Rousseau, Baudelaire, Balzaco Gide.
¿Hay una ‘fiebre Ernaux’? Decir que la autora está de moda sería frivolizar, pero sí es cierto que en los últimos diez años su nombre se ha popularizado exponencialmente. Hemos elegido cinco rasgos de su obra que la convierten en una visionaria de varias conversaciones de la sociedad actual.
Hablar abiertamente de la experiencia del aborto
En sus experiencias personales, Ernaux nos cuenta el mundo en el que vive. El suceso es un relato sociológico de la Francia de la posguerra, con su consumismo e individualismo. Lo universal se mezcla con lo particular. La escritora relata con detalle el aborto clandestino al que se sometió en 1964, y trenza su experiencia con el conjunto de creencias que regían las acciones de la sociedad en aquella época. Si ella hubiera procedido de un entorno acomodado podría haber recurrido al aborto en una clínica privada del extranjero. En el libro denuncia la hipocresía de una sociedad en la que los que tenían el poder condenaban el aborto, dejando a las más vulnerables con opciones que ponían su vida en peligro. Con un estilo engañosamente sucinto, Ernaux habla en sus obras de secretos corporales: la demencia, el cáncer, el sexo.
La defensa de lo local
Nacida durante la Segunda Guerra Mundial, Ernaux ve cambiar rápidamente su Francia natal. En Los años (Cabaret Voltaire) tenemos esa sensación de que las cosas se desarrollan y cambian cada vez más rápido. En Mira las luces, amor mío (Cabaret Voltaire) la escritora narra escenas cotidianas en el centro comercial, con una mirada etnológica a ese espacio de consumo que sustituye a negocios familiares y los mercados en las plazas de los pueblos. Hay una crítica pionera al consumo de masas, al inevitable paso del tiempo que todo lo cambia, y cómo este afecta al individuo.
El ‘yo’ es un ‘nosotras’
En Los años, Ernaux crea una narrativa colectiva. Sus primeros libros emplean un lenguaje coloquial, que más tarde se hará más sobrio. Algunos están escritos en forma de diario, otros son fragmentos de escenas cotidianas observadas en espacios públicos. En muchos de sus textos se mencionan fotografías; son cruciales en su obra porque actúan como testimonios, en palabras de Roland Barthes, de «lo que fue». Contienen pistas sobre los estilos de vida: la moda, los objetos, los lugares, la postura... Virginie Despentes, Marie Darrieussecq o Deborah Levy le deben mucho de su estilo.
Ser una abanderada del feminismo
La mujer helada (1981) resulta absolutamente contemporánea. Ernaux se ha convertido en uno de los rostros más populares del feminismo en Francia, especialmente en la última década. Se ha implicado muchísimo en el movimiento #MeToo. Hasta hace pocos años todavía era poco conocida en nuestro país, pero los premios fueron dándola a conocer. En la actualidad, su obra se ha traducido a 37 idiomas, y su nombre es uno de los habituales en las quinielas del Nobel de Literatura.
Honrar la herencia
Su familia pasó de un trabajo duro en una fábrica a regentar un pequeño colmado, y «fue una excepción en su clase social». Había dejado la escuela a los doce años, pero era una lectora voraz; veía en los libros un pasaporte a la prosperidad. «Mi madre siempre se lavaba las manos antes de abrir un libro».