Vacunas y tratamientos para plantas: efectivos y sin pinchazos

• En 'Aquí la Tierra' conocemos qué son las vacunas para las plantas y cómo se aplican
• También aprendemos a hacer remedios caseros para salvarlas de enfermedades
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Vacunas y tratamientos para plantas: efectivos y sin pinchazos

Las plantas son seres vivos cuyas necesidades deben satisfacerse de la forma más rica y saludable para ellas. Del mismo modo que a los humanos, a ellas también les afecta el entorno, las condiciones de habitabilidad y, cómo no, las enfermedades. Por ello, Aquí la Tierra ha visitado el Hospital de las Plantas y ha hablado con todo un experto sobre las posibles formas de tratar esas patologías que pueden terminar con la vida de los vegetales. La buena noticia es que existe tratamiento, unas vacunas desarrolladas por el Centro de Biotecnología y Genómica de Plantas, efectiva y sin agujas. ¡Te lo contamos!

Aquí la Tierra - Vacunas para plantas, efectivas y sin pinchazos

Un método súper curioso

Aunque estamos acostumbrados a oír hablar de la vacunación, cuando se trata de las vegetales, nuestra cara cambia porque nos parece extraño. Pero sí, existen unas que “consiguen que la planta se defienda, igual que si hubiera tenido un hongo muy parecido a las personas”. Este fármaco está elaborado de componentes naturales, en concreto, “de la quinina de los hongos”, así que, “cuando la planta es atacada por un hongo, la quinina hace que la vacunada reaccione y se proteja”.

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Su aplicación es muy sencilla, lejos de los temidos pinchazos, se vierte el polvo en un litro de agua hasta que se disuelva. Posteriormente, “vamos, tanto a regar, como a pulverizar”.

¿Y un remedio para casa?

Si estás buscando un método de protección que puedas usar en casa y esto de las vacunas se te va de mano, no desesperes, puedes emplear la fórmula antigua de “una buena higiene y alimentación”. También existe la opción de “aplicar en el huerto casero un extracto de ortigas”.

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Puedes comprarlo hecho o elaborarlo tú mismo añadiendo las ortigas “en un cubo de agua, lo maceramos, removemos y lo dejamos fermentar durante 15 días”. Una vez transcurrido este periodo, “lo único que hay que hacer es filtrarlo para quitarle los restos y lo diluimos, unos 100 mililitros en unos cinco litros de agua”. Con todo ello se consigue una vacuna casera muy útil para abrazar a nuestras amigas con raíces.

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