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Literatura

Ruta por el Berlín más literario con Página Dos

Noticia Página Dos

  • Nos acompaña la escritora argentina Samanta Schweblin, afincada allí hace una década
  • Visitamos la librería y espacio cultural Andenbuch, fundado en 1984
  • Hablamos de novelas que tienen como protagonista la capital alemana

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Viaje por el Berlín más literario

¿Qué tienen en común Goethe, Rilke o Sebald? Ninguno de ellos nació en Berlín, pero la ciudad fue crucial en su biografía. También acogió a muchos otros escritores —Mark Twain, Vladimir Nabokov, Susan Sontag — que la visitaron buscando inspiración y libertad.

Página Dos viajó esta primavera a la capital alemana para entrevistar a Helena Merriman, que ha publicado El túnel 29 (Salamandra), la historia de una huida bajo tierra burlando la vigilancia del Muro, y el equipo del programa aprovechó para conocer alguno de los enclaves de la vida cultural de Berlín. Nuestra cicerone es la escritora Samanta Schweblin (Distancia de rescate, Siete casas vacías, Kentukis), que vive allí hace nueve años. Llegó con una beca para unos meses y se quedó. Con ella visitamos el barrio de Kreuzberg, que acoge la librería Bartleby & Co (Boppstraße, 2) o el espacio cultural Andenbuch (Bergmannstraße, 59), nacido en 1984 de la iniciativa de un grupo de ciudadanos chilenos y argentinos, y regentado en la actualidad por Teresa Cosci.

Libros que hablan de Berlín

La ciudad ha tenido un papel protagonista en la literatura. En Berlín Alexanderplatz (RBA), de Alfred Döblin, Franz sale de prisión y lucha por una vida decente en la República de Weimar, el período de la historia de Alemania comprendido entre 1918 y 1933 tras la derrota del país en la Primera Guerra Mundial. La misma pretensión de no llamar la atención y vivir tranquilo que tiene Leonard, un joven técnico en comunicaciones enviado a trabajar en un proyecto conjunto de los servicios de inteligencia británicos y americanos. Lo narra Ian McEwan en El inocente (Anagrama). Tras una breve exploración de los kafkianos vericuetos de la vida berlinesa, Leonard conoce a Maria, una alemana divorciada que lo iniciará en el Berlín mundano.

Otro clásico de los libros sobre la ciudad —y este además fue adaptado al cine en 1966 por Guy Hamilton con Michael Caine de protagonista— es Funeral en Berlín, de Len Deighton, una historia de espías en la Guerra Fría.

Cristopher Isherwood ficciona en Adiós a Berlín (Acantilado) su autobiografía en la ciudad en el periodo efervescente de entreguerras, con una vida cultural agitada y libre que se truncará con la llegada de Hitler al poder. El protagonista vive en una casa señorial reconvertida en pensión debido a las estrecheces económicas de la dueña. «Mis amigos solían decirme: Lina, ¿cómo puedes soportar que unos extraños vivan en tu casa y te estropeen los muebles? Y yo siempre les respondía lo mismo: Mis inquilinos no son inquilinos. Son mis invitados. Solo aceptaba huéspedes bien educados y con buenas relaciones, y cuando uno de ellos se iba de vacaciones siempre me enviaba una postal: de Londres, de París o de Baden-Baden

Un documento crucial para entender la visión de la aristocracia sobre la guerra y su papel en aquellos años son Los diarios de Berlín (Acantilado) de Marie «Missie» Vassiltchikov. Procedente de una familia aristocrática, Missie comenzó a trabajar en 1940 en el Servicio de Radiodifusión, y más tarde en el Ministerio de Asuntos Exteriores del Tercer Reich. John le Carré definió este libro como «un diario de guerra extraordinario que retrata la muerte de la Vieja Europa».