El perro, el mejor amigo en la lucha contra la anorexia y bulimia
- Un estudio demuestra los beneficios de las terapias con perros en pacientes con trastornos de la conducta alimentaria
- Las sesiones de adiestramiento canino mejoraron la ansiedad,la desconfianza y aumentaron el peso de estos pacientes
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Alrededor de 400.000 personas padecen en España algún trastorno de la conducta alimentaria. Las tres cuartas partes son pacientes bastante jóvenes: chicos y chicas de entre 12 y 24 años. De hecho, es la tercera causa de enfermedad crónica en la adolescencia, según datos de la Asociación Española para el Estudio de estos trastornos.
Tipos de trastornos de la conducta alimentaria
- Anorexia nerviosa: se caracteriza por un peso corporal anormalmente bajo. Quien la padece, sufre una distorsión del peso o de la figura y teme aumentar los kilos.
- Bulimia nerviosa: en los pacientes suelen darse episodios de atracones, para posteriormente intentar deshacerse de lo ingerido, a base de práctica exagerada de ejercicio, vómitos o laxantes.
- Trastornos limitativos de la restricción de alimentos: motivados por fobias o por aversión a algunos tipos de alimentos.
- Trastorno alimentario compulsivo: como en el caso de la bulimia, los pacientes comen en exceso, incluso tiempo después de sentirse saciados, perdiendo el control sobre ello, pero en este caso no tratan de purgar lo ingerido. Sienten culpabilidad y vergüenza tras estos episodios.
“Todos ellos habría que abordarlos desde la perspectiva de la salud mental”, apunta la Dra. Beatriz Martínez, coordinadora del Hospital de Día de Adolescentes con trastornos de alimentación del Servicio de Psiquiatría y Psicología del Hospital Infantil Niño Jesús. Este hospital, en colaboración con la Universidad Rey Juan Carlos y PURINA, acaban de presentar resultados muy esperanzadores de un estudio sobre el impacto que tienen las terapias con animales en pacientes con estos trastornos.
32 adolescentes menores de 18 años
El análisis se puso en marcha en su primera serie de pacientes en 2018, y en esta ocasión se ha llevado a cabo con 32 adolescentes menores de 18 años diagnosticadas con Trastorno de la Conducta Alimentaria, repartidas en dos grupos, que siguen su tratamiento en el Hospital de Día.
Semanalmente, estas pacientes participaban en sesiones de 50 minutos. En ellas, entraban en contacto con un perro, aprendían nociones básicas sobre adiestramiento canino y las ponían en práctica, logrando una vinculación con el animal. Después de que los profesionales analizaran las sesiones y la evolución de las pacientes, se han llegado a las siguientes conclusiones preliminares:
- Durante la Intervención Asistida con Animales se ha detectado en el grupo de intervención una mejoría de Ansiedad-Estado entre el momento PRE y POST de 6,1 puntos (medidas con la escala STAI-C, de ansiedad en población infantil), mientras que el grupo control mejoró 0,5 en el mismo período.
- La mejoría más clara se presentó en los ítems relacionados la desconfianza hacia los demás, los miedos con respecto a las sensaciones sobre su propio cuerpo y el miedo a los cambios corporales (medidas también a través de cuestionarios PRE y POST en ambos grupos).
- También se identificó una mejoría en la composición corporal y peso del grupo de intervención respecto al de control, progresando un 0,6 entre el momento pre y post de las sesiones.
“Las familias y las pacientes que han participado en el estudio se muestran entusiasmados con la inclusión de los perros en el ritmo habitual del Hospital de Día. Además, esta experiencia facilita la adquisición de autonomía y responsabilidad en la etapa adolescente”, concluye la especialista.