Alicia Giménez Bartlett, la escritora de novela policíaca con más de tres millones de lectores
Noticia Página Dos
- Página Dos habla con Alicia Giménez Bartlett acerca del lado oscuro de la política
- La presidenta (Alfaguara) es una novela negra sobre corrupción, poder y secretos
- En ella se nos presenta por primera vez a dos hermanas inspectoras, Marta y Berta Miralles
Aunque las librerías la colocarán en el estante de novela negra, La presidenta (Alfaguara) contiene más humor subterráneo que violencia explícita. Su autora, Alicia Giménez Bartlett, la define como «una crítica contra la corrupción política».
El título de la novela toma su nombre de la protagonista, la presidenta de la Generalitat Valenciana, Vita Castellá, que en la primera escena aparece muerta en la habitación de un lujoso hotel de Madrid. El jefe de la policía de la Comunitat Valenciana decide ayudar al ministro del Interior en su misión: despistar a las autoridades. Para ello ponen el caso en manos de dos inspectoras novatas y peculiares, que Bartlett nos presenta por primera vez: las hermanas Berta y Marta Miralles. Radicalmente opuestas entre sí, deberán enfrentarse juntas a un turbio mundo de intereses.
Corrupción en Valencia
Sin querer hacer spoilers, es inevitable que muchos lectores piensen en algún que otro nombre real de la historia reciente de la escena política valenciana. «No voy a negar que la inspiración fue Rita Barberá. Me pareció una mujer que era un puro personaje literario. Fumaba, bebía, mandaba, pegaba broncas. Había una historia por explorar.»
Así es como arranca el libro: «(...) Estaba completamente vestida, con su collarón de grandes perlas en el cuello, que no se lo quitaba ni para dormir. Los ojos abiertos mirando al techo. ¡Dios!, sé que no debía haberla tocado para nada, pero lo primero que hice fue cerrarlos. No lo podía soportar. Aquellos ojazos suyos, que igual se reían que se convertían en los de una fiera a punto de atacar. Y de la boca saliéndole aquella espuma rara, esa boca que daba una orden y te entraban ganas de cuadrarte como un militar. Todos le tenían miedo, yo también, ¿para qué negarlo?, era una fuerza de la naturaleza y eso está muy bien, pero ya sabemos que un ciclón se te lleva por delante sin preguntar. Aún no puedo creérmelo, disculpen.»
Alicia Giménez Bartlett (Albacete, 1951) vivió y estudió en Valencia hasta que en 1975 se trasladó a Barcelona, ciudad en la que reside actualmente. Ha publicado, entre otras, las novelas Exit, Vida sentimental de un camionero, Una habitación ajena, Secreta Penélope, Donde nadie te encuentre (Premio Nadal 2011) y Hombres desnudos (Premio Planeta 2015). También ha cultivado el ensayo con obras como El misterio de los sexos y La deuda de Eva. Con Ritos de muerte inició la serie protagonizada por la inspectora Petra Delicado, a la que siguieron diez títulos más.
Los libros sobre corrupción política siempre han atraído a un gran número de lectores. La flor púrpura (Random House), de Chimamanda Ngozi Adichie, habla de los privilegios y la meritocracia. En ¿Quién mató a Palomino Molero? (Debolsillo) Mario Vargas Llosa habla de los prejuicios de clase en el Perú de los años cincuenta. La distopía V de Vendetta (ECC), de David Lloyd y Alan Moore, es una de las obras maestras de la novela gráfica, y una reflexión sobre la pérdida de la libertad y de la identidad en un mundo hostil, frío y totalitario. En La trampa 22 (Random House) Joseph Heller denuncia la estupidez y manipulación de las guerras. Dos obras tan distanciadas en el tiempo como el Macbeth de Shakespeare y el Fahrenheit 451 de Ray Bradbury nos hablan de lo mismo: la burla del destino y los devastadores efectos de la ambición.