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Ya son 15 años sin Gianfranco Ferré, el gran arquitecto de la moda

  • Este gran modisto italiano hizo historia en 1989 al tomar las riendas de la casa francesa Dior
  • A Ferré se le conocía como el arquitecto de la moda y cuidada tanto su imagen como cada una de sus prendas

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Gianfranco Ferré murió el 17 de junio de 2017
Gianfranco Ferré murió el 17 de junio de 2017

Era un hombre grande, por fuera y por dentro, y más que un modista parecía un tenor. Gianfranco Ferré era un tipo imponente y muy elegante que siembre vestía con traje de tres piezas, camisa blanca con gemelos y corbata. Fue uno de cuatro fantásticos junto a Gianni Versace, Valentino Garavani y Giorgio Armani cuatro agujas de estilos distintos que hicieron grande y poderosa la moda italiana. Gianfranco Ferré murió en 2007 y aunque han pasado 15 años de su muerte su nombre sigue vivo y presente entre todos los que le admiraron. Estudió Arquitectura -una carrera que curiosamente hacen muchos diseñadores antes de dedicarse a la moda- y trasladó lo aprendido a sus prendas, dotándolas de equilibrio y consistencia, pero también de sensualidad, sofisticación, exotismo y elegancia, quizá marcado por sus frecuentes viajes a India y su pasión por las antigüedades. “Estoy orgulloso de mi formación de arquitecto, del método analítico y lógico que enseña a educar la creatividad, pero también intento no caer en la trampa de lo excesivamente construido y de la simplificación abstracta”, decía.

Gianni Versace, Valentino Garavani, Giorgio Armani y Gianfranco Ferré RTVE

En el trono de Dior

Creó su firma en 1978, cuando tenía 34 años, y en poco tiempo la convirtió en una empresa solvente y famosa, ampliando sus líneas de diseño y perfumería con moda para hombre, una segunda línea (Oaks), perfumes, jeans, relojes… Una de sus señas de identidad es la camisa blanca, convertida con el paso del tiempo en el símbolo de la casa. “Enmarca la cara como una si fuera una fabulosa corola y envuelve el cuerpo como si fuera una segunda piel, una piel resbaladiza”, decía Ferré. El paso a la Alta Moda (la Alta costura italiana) llegó con naturalidad y en 1986 muestra su primera colección en los escalones de Trinità dei Monti en la plaza de España de Roma. El éxito es total: todos le quieren, todos le admiran, todos le reclaman. Por eso a nadie le extraña la llamada de Bernard Arnault para entregarle las llaves de la casa Dior y sustituir a Marc Bohan como director artístico. Aceptó, y Francia se echó las manos a la cabeza: Un Italien en Dior ! Ce n'est pas possible!

Gianfranco Ferré retratado en su taller agencias

Supersticioso: odiaba el número 7

En la maison francesa estuvo 7 años, dando un aire nuevo a los entonces rancios salones y revitalizando la elegancia de una casa sin destrozar el legado. Su trabajo tuvo aceptación, buenas críticas y premios, logrando casi lo imposible: tener al todo París rendido a sus pies. En 1996 volvió a Italia y dejó su cargo en Dior en manos de John Galliano. Ya puesto a dejar, dejó a su socio -y pareja- Franco Mattioli y vendió su firma al grupo Tonino Perna. Pero nunca dejó de trabajar, tanto en el diseño como en la enseñanza. Es lo que hizo el 14 de junio de 2007 en la Universidad Politécnica de Milán, el mismo lugar en el que estudió Arquitectura. Tan solo un día después fue al hospital San Raffaele con fuertes dolores de cabeza, pero los médicos pocos pudieron hacer para detener la hemorragia cerebral que terminó con su vida. Gianfranco Ferré era un hombre supersticioso y creía que el número 17 le daría mala suerte. El 17 de junio de 2007 murió.

Christy Turlington desfila para Gianfranco Ferré