El latido de Europa y el hogar de todo el mundo

• Esch - sur - Alzette, la segunda ciudad del país, es este año Capital Europea de la Cultura con un proyecto que integra a 19 municipios franceses y luxemburgueses
• Recorremos la capital, Luxemburgo, la reconvertida Esch - sur - Alzette, los castillos del norte y los paisajes de bosques y viñedos del este

Luxemburgo es uno de los pegamentos de la Unión Europea

Rodeado por Alemania, Francia y Bélgica, con tan solo 600 000 habitantes y con una superficie que es la de la mitad de La Rioja, Luxemburgo es uno de los pegamentos de la Unión Europea. Un país pequeño y rico con un patrimonio levantado a golpe de historia al que llaman hogar personas de nacionalidades muy diversas.

En El gallo que no cesa, nos hemos acercado a Luxemburgo para recorrer la capital, la segunda ciudad, Esch-sur-Alzette, declarada este año Capital Europea de la Cultura, los castillos del norte y los bosques y viñedos de la zona este del país.

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El latido de Europa y el hogar de todo el mundo

En 1951, en Europa, se firmó uno de los acuerdos más importantes del continente por lo que supuso tiempo después: la CECA, la Comunidad Europea del Carbón y del Acero, el germen de la actual Unión Europea.

Luxemburgo, un país pequeño, con una industria siderúrgica muy importante, fue uno de los seis estados firmantes junto a Países Bajos, Italia y sus tres vecinos, Alemania, Francia y Bélgica. El acuerdo era económico, pero detrás también había un espíritu de unión que siete décadas después se mantiene intacto en este país que acoge a dos de las grandes instituciones europeas: el Tribunal de Justicia de la Unión Europea y el Tribunal de Cuentas.

Luxemburgo acoge a dos grandes instituciones europeas GETTY

Luxemburgo, pequeño y rico, continúa mirando a los países limítrofes con afán colaborador: “Tenemos tres vecinos y por eso hablamos muchas lenguas. Además, de nuestra lengua, el luxemburgués, hablamos alemán, francés y también inglés”, explica Christian Biever, embajador de Luxemburgo en España.

Es un país abierto a Europa y también al mundo. Cerca de la mitad de su población es inmigrante y, aunque la mayoría proceden de otros países del continente, los hay que vienen de todo el mundo.

El deportista español Viki Gómez, seis veces campeón del mundo BMX y embajador de Esch 2022, nos habla de su experiencia personal en el país. “Creo que hay integración de verdad, obviamente la economía ayuda, pero, por ejemplo, tengo una hija de cuatro años y, en su guardería, que es pública, de diez tres son locales y el resto son de nacionalidades diferentes, desde Indonesia, Alemania, Rumanía... Entonces, yo creo que los niños de ahí van a crecer con una mente que, ojalá, sea el futuro de la humanidad”.

Un país fácil de visitar

Por sus dimensiones, Luxemburgo es un país fácil de visitar. De un extremo a otro hay menos de 100 kilómetros y moverse es fácil ya sea por carretera o usando un transporte público que es gratuito y de calidad.

Gracias a él podemos conocer sus atractivos que enumera el embajador. “Tiene una ciudad clásica antigua Patrimonio de la UNESCO, también tiene ciudad moderna, espacios para trekking muy bonitos, tiene muchos bosques, mucha naturaleza, tiene el sur industrial... y todo eso en un espacio muy pequeño”.

Luxemburgo, una capital a diferentes alturas

La capital, Luxemburgo, es la puerta de entrada para la mayor parte de los visitantes. Es una ciudad, cómoda, rodeada de naturaleza y de tamaño medio en la que viven unos 110 000 habitantes, la sexta parte del país.

Destacan sus fortalezas, las casamatas y las torres, elementos defensivos que cuentan un pasado de idas y venidas. Por su ubicación, Luxemburgo ha ido pasando de mano en mano y cada vez que cambiaba de potencia, sus defensas se iban reforzando. La UNESCO reconoce que es un ejemplo maravilloso de la “evolución de la arquitectura militar a lo largo de varios siglos”.

Grand Ducal Palace GETTY

Con el paso del tiempo, de esa protección férrea ha pasado a ser un ejemplo de convivencia, de unión, por cómo acoge a la gente que llega y porque es uno de los pegamentos de la Unión Europea. Esa mezcla se percibe en sus edificios. “La parte vieja con la parte nueva, con las instituciones europeas, es una mezcla increíble y muy bonita”, describe el embajador Biever.

La visita tiene algunas paradas obligatorias: los edificios defensivos, el Palacio Gran Ducal, residencia del Gran Duque de Luxemburgo, la catedral, la biblioteca nacional... y sobre todo merece la pena callejear por las plazas y callejuelas de la zona antigua y del barrio de Grund, a orillas del río Azette.

Viki nos da un truco para salvar las cuestas: “hay ascensores que te suben de una parte de ciudad a otra, entonces puedes hacer el tour caminando y ver el contraste entre la parte de arriba y la de abajo”.

Para despedirse de la ciudad, una buena idea es asomarse al Balcón de Europa, un mirador donde se aprecia la mezcla entre urbanismo y naturaleza, uno de los puntos fuertes de la capital. “Tiene todo lo que una capital tiene que tener, pero está metida en el bosque [...] me parece increíble el mix”.

Esch-sur- Alzette, pasado industrial y presente y futuro cultural

En el sur del país, se encuentra Minett o “País de la Tierra Roja” un territorio con un pasado industrial, declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO. Su capital, Esch -sur -Alzette, la segunda ciudad país, ha sido designada este año Capital Europea de la Cultura.

Río Alzette GETTY

Es una capitalidad compartida porque, por un lado, se reparte el título con la serbia Novi Sad y con la lituana Kaunas, y por otro lado, el proyecto integra a 19 municipios de Luxemburgo y de Francia.

Nancy Braun, directora de ESCH2022 lo explica: “ La región en la que está Esch-sur-Alzette comparte una estrecha historia con la región francesa así que para nosotros es totalmente natural haber incluido estos municipios dentro del proyecto Esch 2022”.

Un proyecto transfronterizo y con vocación europea que, con el lema “Remix Culture”, ofrece una programación con más de 2 000 eventos entre exposiciones, conciertos, espectáculos, festivales, talleres...

Muchas de estas citas utilizan como escenario antiguos edificios industriales reconvertidos porque Minett ha sido una región tradicionalmente industrial que, con el declive de la minería y de la siderurgia, tuvo que reinventarse. Una transformación en curso donde la cultura es un pilar fundamental. “Son elementos del pasado que cuentan una transformación así que cuentan el presente y cuentan por ello el futuro también”.

También la naturaleza ha sufrido una gran transformación en el último medio siglo. Ha reclamado su espacio y ha vuelto a repoblar gran parte de lo que le pertenece. Una buena manera de visitar la zona es recorrer a pie o en bici los 80 km del sendero de Minett.

Bosques, viñedos y castillos

A pesar de su tamaño, Luxemburgo es un país con una gran diversidad natural. Al este, se encuentra Mullerthal, una zona muy recomendable para quienes quieran caminar en plena naturaleza, entre bosques y cascadas. A esta zona se la conoce como “la pequeña Suiza” y explica el embajador que “es muy bonita para hacer trekking y marchas por la naturaleza”. Muy cerca, se hallan los viñedos del río Mosela, una región con una gran tradición vinícola que se remonta siglos atrás.

En el norte, hay bosques, valles y lagos, aunque casi todo el mundo acude a ver sus castillos de cuento. En Luxemburgo hay más de 50, “el más famoso es Vianden, es un pequeño pueblo con un castillo maravilloso”.

Plato tradicional luxemburgués GETTY

La ruta por el país, bien puede terminar delante de un plato, probando la contundente gastronomía tradicional luxemburguesa o cenando en cualquiera de los restaurantes internacionales que se reparten por todo el país: portugueses, italianos, mexicanos, japoneses... Son un reflejo de esa multiculturalidad tan propia de Luxemburgo.