Costa Rica, naturaleza superlativa
- El país centroamericano posee un 6% de la biodiversidad del mundo y una cuarta parte de su territorio está protegida
- Recorremos desde la costa pacífica a la atlántica, pasando por la capital y zonas de volcanes para observar su riqueza de paisajes, flora, fauna y culturas
Existe un lugar en el que se puede ver amanecer en el Atlántico, parar a comer junto a un volcán y disfrutar de un atardecer en el Pacífico. De banda sonora, las olas del mar, los ruidos de la selva y el sonido que hacemos al sumergirnos en una poza de aguas turquesas.
Hablamos de Costa Rica, el país más turístico de Centroamérica y el destino elegido en El gallo que no cesa.
La naturaleza como centro de todo
Costa Rica es un país pequeño, seguro (en el Índice de Paz Global está a la altura de países europeos como Italia o Reino Unido) y bien comunicado que ofrece opciones accesibles para todo tipo de públicos. Además de todo esto, resulta ideal para los viajeros que buscan destinos de naturaleza.
“Lo que lo hace un destino único es la combinación de naturaleza y de su gente”, explica Ireth Rodríguez, jefa del departamento de Promoción del Instituto Costarricense de Turismo.
En 1995, el turismo se convirtió en la principal fuente de ingresos del país y desde entonces han apostado por un modelo de desarrollo sostenible que “promueve la conservación del medioambiente y a la vez procura que sus comunidades estén mejor, tengan mayor bienestar”.
Además de la naturaleza, otros alicientes son su cultura, mezcla del legado indígena, los afrodescendientes y los españoles y europeos, y lo bien que se trata aquí a los visitantes. “Al costarricense le encantan las visitas internacionales y va a tratar muy bien al extranjero”.
Una hospitalidad de la que hacen gala dos de nuestros compañeros de viaje. El periodista Enrique Rivas de www.lamochiladekike.com nos cuenta que “Costa Rica tiene el 6% de la biodiversidad del mundo y encierra grandes atractivos poco divulgados a veces a nivel internacional” y Jaina Quintero del blog www.ticanomada.com enumera algunas de sus bondades “vas a poder encontrar muchísimos volcanes, playas, cataratas, flora y fauna y vas a poder realizar un sinnúmero de actividades de aventura, exploración o relajación".
De espectáculo en espectáculo
San José es la capital de Costa Rica. Para muchos viajeros es tan solo la puerta de entrada al país, pero merece la pena dedicarle su tiempo. “Tiene cultura, museos y una amplia variedad de oferta gastronómica. Además es un lugar que cuenta nuestra historia” nos explica Ireth Rodríguez.
Después de acercarnos al Teatro Nacional, pasar al museo Nacional y al del Oro Precolombino, fijarnos en la arquitectura colonial de muchas de sus iglesias o saltar de puesto a puesto en el mercado, comienza la ruta por el resto del país. Hay muchas opciones así que lo ideal es apostar por la diversidad. “Algo que es un clásico es visitar una zona de volcanes, una zona de bosque nuboso y una zona de playa con bosque lluvioso”. Además, debemos recorrer tanto el Atlántico como el Pacífico.
Corcovado, un parque nacional que se encuentra en la península de la Osa, en la zona sur de la costa pacífica, se convierte en una parada ineludible. Es hábitat de guacamayos, tapires, jaguares y muchísimas especies más, incluso, en temporada, se puede hacer avistamientos de ballenas.
En esta zona, se han encontrado gran parte de las esferas de piedra de la cultura Diquis que habitó Costa Rica en época precolombina. Son unas esferas perfectas, de tamaños muy diferentes, unas manifestaciones artísticas sorprendentes por la época en la que se hicieron, en la que - supuestamente - no había instrumentos para lograr semejante perfección.
Playas para todos los gustos
En cuestión de playas tenemos donde elegir. Existen arenales estupendos para practicar surf , buceo, kitesurf o para hacer avistamientos de fauna en época concretas. “En ciertos periodos, podemos ver el desove de las tortugas y también las ballenas jorobadas que su temporada de arribo al Pacífico es entre junio y septiembre”, detalla Rodríguez.
Uno de los puntos al que acuden estos cetáceos es el parque nacional Marino Ballena. Aquí, existe un lugar muy curioso: una formación que se asemeja a la cola de una ballena y que atrae cada año a este animal. Es una de las recomendaciones de Enrique Rivas: “todos los años llegan gran cantidad de ballenas a dar a luz a sus ballenatos. Hay 15 kilómetros de costa protegida”.
Un poco más al norte, se encuentra el parque nacional de Manuel Antonio. También es ideal para detenernos a contemplar fauna. Jaina Quintero lo describe como un paraíso en la tierra “estás rodeado de una impresionante selva tropical, donde vas a poder no solo estar en una de las playas más bonitas de Costa Rica, sino que te vas a dar gusto viendo osos perezosos, monos ardillas, monos cariblancos, iguanas y numerosas aves”.
Una de las aves más llamativas que habita el país es el quetzal. Su plumaje es un espectáculo, sobre todo su cola, larguísima en proporción a su cuerpo. Se puede ver en la reserva biológica del Bosque Nuboso de Monteverde, una selva virgen tropical con muchísima humedad.
Tierra de fuego y volcanes
Costa Rica también es un país volcánico. De hecho, en muchos lugares la tierra volcánica se mezcla con el agua creando lugares únicos. Por ejemplo, el volcán Arenal y sus aguas termales “es un lugar para disfrutar de actividades de aventura alrededor de un volcán y también de actividades de bienestar relacionadas con él”, cuenta Rodríguez.
Enrique Rivas, experto en hablar de los lugares más recónditos, también nos recomienda otras zonas volcánicas como “Fortuna de Bagaces que cuenta con diversidad de bosques, aguas termales y atractivos turísticos (...) o Curubandé".
La costa atlántica
En la zona del Caribe, tenemos varios espectáculos naturales. Tortuguero es famoso por el desove de las tortugas, pero hay muchas más actividades. Se puede pasear en barca por los canales, viendo la vegetación y los animalillos que viven aquí: jaguares, manatíes y tres especies de monos, entre ellos el aullador. “Es una zona de manglar, nosotros decimos que es el Amazonas de Costa Rica” explica Ireth.
Acercándonos hacía el sur, nos podemos bañar en las playas paradisíacas del Caribe, en lugares como Limón, Puerto Viejo o Manzanillo. “La comida, la gente y las tradiciones son absolutamente distintas”. También podemos fijarnos por lo tanto en las particularidades socioculturales, prestando atención a la afrodescendencia, al legado indígena y a la parte española y europea.
La gastronomía y la diversidad
La diversidad paisajística y cultural está presente en cada plato. Sobre todo, se come mucho de lo que da la tierra, vegetales y frutas. Carlos Rodríguez, presidente de la Asociación Nacional de Chefs de Costa Rica, afirma que es “un país muy fértil, tiras una semilla en cualquier lado y va a nacer".
Con esos vegetales y con proteínas, carne y pescado, se elaboran algunas de las recetas más consumidas como los “picadillos, tamales y la tortilla con queso". La influencia española se percibe en los postres, aunque con matices, “comemos mucho el flan aunque la variante típica en Costa Rica es el flan de coco”. Y como colofón y a cualquier hora del día, café. Un café delicioso que pone la guinda a un país que se disfruta despacio y que es pura vida.