Elisa y Marcela, la historia de amor del primer matrimonio gay español
- Se casaron en 1901 aunque una de ellas se tuvo que hacer pasar por hombre
- Su romance prohibido ha inspirado películas y obras de teatro
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En el Día Internacional del Orgullo LGBT, y como no podía ser de otra manera, ‘Saber y ganar’, junto con RTVE, se suman a la celebración con la que se quiere reivindicar la igualdad de derechos para las personas que pertenecen a este colectivo. La visibilidad es muy importante y en los últimos años los medios de comunicación y culturales han incluido cada vez más representaciones de gay y transexuales.
‘Elisa y Marcela’ es la película que dirigió Isabel Coixet en 2019 y que narra la historia de amor de dos mujeres lesbianas a principio del siglo XX, un amor prohibido que llegó a pasar por el altar gracias a una triquiñuela: una de ellas se hizo pasar por hombre. ¿Conoces la historia de estas dos mujeres que se han convertido en figuras emblemáticas al protagonizar el primer matrimonio gay registrado en España? ¡Te la contamos!
Un amor entre dos estudiantes
Elisa Sánchez Loriga y Marcela Gracia Ibeas se conocieron en 1885 cuando estudiaban para ser profesoras en la Escuela Normal de Maestras de A Coruña. La primera era profesora del centro mientras que la segunda estaba formándose para ejercer la enseñanza. Rápidamente se hicieron amigas aunque aquella relación evolucionó y se convirtió en un amor prohibido que tuvieron que disimular. Sin embargo, el padre de Marcela, que ese momento tenía 18 años, se dio cuenta de la complicidad entre ambas y decidió tomar cartas en el asunto enviando a su hija a estudiar a Madrid.
A los cuatro meses, Marcela completó sus estudios y regresó a casa, reencontrándose con la mujer a la que amaba, cinco años mayor que ella. La pasión no se había apagado y las enamoradas siguieron viéndose, yéndose a vivir juntas a Calo y después a Dumbría. Durante 10 años estuvieron viviendo juntas en diversas localidades de A Coruña a pesar de las habladurías que su relación pudiese suscitar.
Boda con cambio de identidad y persecución policial
Elisa y Marcela urdieron un plan para poder contraer matrimonio. En 1901 Elisa pasó a ser Mario Sánchez y creó una nueva identidad inspirándose en un primo suyo que había muerto en un naufragio. Al parecer, no le resultó muy difícil. Acudió a la Escuela Normal para solicitar un certificado de estudios, explicó que había estado viviendo en Londres y que su padre era ateo. Con este pasado, el párroco lo bautizó, le dio la comunión y procedió a casarlo con Marcela. Fue el 8 de junio de 1901, a las siete y media de la mañana, y la pareja pasó su noche de bodas en una pensión llamada Corcubión.
Pero los vecinos pronto dieron cuenta de que algo ‘extraño’ ocurría entre el que denominaron “matrimonio sin hombre”. La pareja fue denunciada, protagonizaron portadas de diarios y se pidió que fuesen capturadas. Las enamoradas lograron huir a Portugal donde se cambiaron de nombre. No obstante, fueron capturadas y encarceladas aunque gracias a un movimiento solidario femenino consiguieron ser puestas en libertad. El país vecino estuvo a punto de deportarlas pero finalmente Elisa y Marcela consiguieron escapar a Argentina.
Un final difuso
La pista de estas dos amantes se perdió aunque gracias al libro ‘Elisa e Marcela - Alén dos homes’ (‘Elisa y Marcela - Más allá de los hombres’), un trabajo de más de 300 páginas, se tiene una ligera idea de qué fue de ellas. Al otro lado del charco comenzaron una nueva vida en familia ya que Marcela dio a luz a una niña, María Enriqueta. Elisa, que se cambió el nombre por el de Marta, se casó con un hombre 24 años mayor que ella para asegurarse un hogar al que luego pretendía llevar a Elisa, como si fuese su hermana, y a su hija. No obstante, el marido de Marcela se dio cuenta y pidió la anulación de su unión, aunque no lo logró. Los últimos datos que se tienen de estas dos enamoradas so de 1904 y a partir de ahí se les pierde la pista. No obstante, su historia fue muy conocida y se ha descubierto que la prensa mexicana anunció, en 1909, la muerte de Elisa por suicidio.
No cabe duda del impacto social que esta historia de amor tuvo y que se considera como el primer caso de matrimonio gay registrado en España. De hecho, según el registro civil, la boda aún es válida ya que las actas no fueron anuladas ni siquiera por la Iglesia. Su historia ha inspirado libros, películas y obras teatrales donde se retrata la incansable lucha que llevaron a cabo para poder vivir su amor en libertad.