MasterChef 10: ¡Jokin es el último expulsado! ¿Por qué ha sido la expulsión más dura?
- Dabiz Muñoz les reta a hacer uno de sus menús
- María Lo pudo compartir con su padre que era lesbiana antes de que este muriera
- MasterChef 10, todos los lunes desde las 22:10h en La 1 y RTVE Play
Jokin es el último expulsado de MasterChef 10. Era uno de los favoritos, pero hemos tenido que ver el programa 10 para despedirnos ya de uno de los aspirantes más queridos de esta edición. Se ha notado claramente en su expulsión, dónde nadie ha podido contener las lágrimas y se ha llevado el gran apoyo de los jueces. Especialmente el de Jordi Cruz, que ha visto en Jokin un enorme potencial y una gran pasión por la cocina y le tiende la mano de cara al futuro: “Si de verdad es tu sueño, te juro que yo te voy a ayudar a que seas un gran cocinero. Te espero en la que quieras de mis casas y me voy a ocupar de que brilles en la cocina”.
La prueba que ha sentenciado a Jokin ha sido una de las más emblemáticas del programa: los duelos. Y después de cocinar frente a frente con Claudia, y después con Verónica, el aspirante vasco tampoco ha sido mejor que María Lo en el cocinado final, y pone fin a su aventura en MasterChef.
Si te has perdido el programa, puedes volver a verlo gratis y online en RTVE Play. Además, te dejamos a continuación la crónica del programa.
ASÍ HA SIDO EL PROGRAMA 10 DE MASTERCHEF 10:
La salida de Luismi supuso un gran ‘golpe’ para los aspirantes, y ahora que estamos en la recta final del concurso, ya sólo quedan los mejores.
La primera prueba de la noche vino cargada de sorpresas y de emociones en forma de sobre. Uno para cada aspirante, y con un mensaje muy personal que en seguida reconocieron. Padres, madres, hijos, parejas… sus seres queridos les enviaron un mensaje de apoyo y de cariño después de estar dos meses sin verlos.
Las cartas de los familiares que hicieron llorar a todo MasterChef
Acto seguido, los jueces acompañaron por separado a los aspirantes a la bodega, para que pudieran leer la carta con intimidad. Y a continuación, nos regalaron uno de los momentos más emotivos de la edición. Además de la carta, también les enviaron algún objeto muy personal. En el momento de la lectura, a todos se les escapó alguna que otra lágrima.
Adrián recibió un bonito mensaje de su madre. David nos abrió su corazón cuando ha visto el peluche de su hijo, y leyó la carta motivadora de su padre. Verónica leyó un mensaje muy cariñoso y orgulloso de su novio Jaime, y de paso nos contó su historia de amor. Claudia también se puso muy contenta, y muy aliviada, con la carta de apoyo que le mandó su padre, y quiso compartir con todos el duro momento que vivió la familia cuando tuvieron un accidente de moto. María Lo también se ha emocionó con la carta de su madre, y el video de su padre. Patricia aseguró que la carta de su madre le “ha llegado al corazón”, y Jokin recibió un ‘chute’ de energías con el mensaje de su madre.
En cada una de las cartas, sus seres queridos les recordaban sus platos favoritos. Y en eso consistía el reto de la noche, en preparar el plato favorito de sus familias, actualizándolo con todo lo aprendido en el concurso. Todo ello en 75 minutos.
El mejor aspirante ganaría una doble recompensa: por un lado, su receta publicada en el libro del ganador de MasterChef 10, y un delantal dorado que otorga la inmunidad en este programa.
La visita más especial en pleno cocinado
Con todas las ideas claras, los aspirantes reunieron todos los ingredientes necesarios para sus platos. Jokin tenía en mente las patatas nuevas con guisantes de su madre. María Lo quería cocinar unas alcachofas con guisantes y habas. David se puso con los callos con garbanzos. Claudia quería sorprender con su steak tartar. Adrián pensaba en un guiso de cordero. Patricia, en el arroz negro con alioli de su casa, y Verónica en la receta de parmigiana de berenjena de Jordi Cruz, que tanto le gusta a su chico.
Pero justo cuando todos estaban con el primer sofrito en marcha, los jueces pararon el reloj para darles la bienvenida a sus familiares. Con los nervios a flor de piel, pisaban por primera vez las cocinas de MasterChef, para animar a los aspirantes, y también para cocinar con ellos. Todas y cada una de las sorpresas fueron verdaderamente emocionantes, pero quizás la más conmovedora fue la de David, que además de su padre, también se reencontró con su hijo Leo de 6 años.
Con el reencuentro ya asimilado, todos y cada uno de ellos se pusieron en marcha para seguir con sus respectivos cocinados. Hay que destacar que estaban muy colaborativos. Preguntando, participando y adelantando cualquier elaboración.
Catas y primeras valoraciones
En esta prueba de la noche había dos catas diferentes. Una por parte de los jueces, y otra por algunos de los inspectores que otorgan los soles Repsol a los mejores restaurantes y cocineros del país. Suelen trabajar en el anonimato así que en esta ocasión tampoco vimos sus rostros ni conocimos sus nombres.
La cata con los jueces fue relativamente bien. No han querido ser muy duros y tan solo Patricia y Verónica se llevaron un ‘tirón de orejas’ por sus platos fallidos. La parmigiana no lo parecía, y el arroz negro estaba duro.
David, el mejor de la prueba, con el apoyo de su hijo
Se despidieron de los familiares para que la cata de los inspectores anónimos no se vea influenciada. Y ellos también coincidían en la línea de los jueces. Los platos mejor logrados y que merecieron una mención especial son las alcachofas con guisantes y habas de María Lo, pero sobre todo los callos de garbanzos de David, que ganó el delantal dorado que le salvaba de la eliminación en este programa.
“Es gracias a mi pequeñajo que ha estado con sofrito, ha pelado la zanahoria, ha cortado la morcilla. Leo, si no llega a ser por ti cariño, no lo consigo”.
Los aspirantes se ponen a prueba con la alta cocina
MasterChef viajó hasta Madrid porque hay una nueva escuela de cocina profesional en la capital, dirigida por uno de los grandes. Hablamos del chef Paco Roncero, con 3 Soles Repsol y ahora director gastronómico de Mom Culinary Institute. Un lugar de referencia para los aspirantes, y dónde se enfrentaban al menú del chef.
Este constaba de una sopa de cebolla dulce con crujiente de parmesano como entrante. Seguido de un salmonete relleno de alcachofas y langostinos sobre su jugo con espuma de patata. Después, Tuna Wellington. Y de postre, un Tatin de manzana con bizcocho de remolacha y helado de torta del casar.
Examen práctico para elegir equipos
Dado que estaban en una escuela de alta cocina, los jueces pensaron que la mejor idea de elegir los equipos era sometiéndoles a un examen práctico. En este caso hubo dos pruebas: bridar y trinchar. El azar quiso que Jokin, María Lo y Verónica trincharan un bacalao, y que David, Patricia, Adrián y Claudia bridaran un solomillo.
Después de unas pruebas con tiempo, las notas quedaron así: David 4’5; Adrián 5; Patricia 5’5; Claudia 6’5; Jokin 6’5; Verónica 7 y María Lo 7’5.
Por lo tanto, los tres peores de la prueba formaron el equipo rojo y para preparar el salmonete y el postre, liderados por David.
Y Claudia, Jokin, María Lo y Verónica se juntaron en el equipo azul, liderados por esta última, para cocinar la sopa de cebolla y el Tuna Wellington.
Un plato retrasado, y otro anulado
Al inicio de la prueba, ambos equipos empezaron bien sus cocinados. El equipo azul ordenado y con las cosas claras, se puso manos a la obra. Y por el otro lado, el equipo rojo también comenzó con decisión, concentrado, comunicativo, y David se tomó las riendas con la tarea de limpiar los salmonetes.
Hasta aquí todo bien. Hasta que llegaron los primeros obstáculos de la prueba. Con la sopa por ejemplo, no pocharon la cebolla lo suficiente y no ha caramelizaba como debía. La teja que acompañaba la elaboración tampoco les salía. Además, tampoco acertaron con el otro plato porque era la primera vez que cocinaban un galete de atún, y se estaba quedando crudo. Primera advertencia para Verónica, que no entendía bien las recetas.
En frente, el equipo rojo cocinaba sin pausa, pero sin prisa. Llevaban bien los tiempos, y estaban siguiendo correctamente las pautas de la receta. David se ganó una mención especial de Jordi por limpiar tan bien los salmonetes.
El momento crítico del cocinado fue cuando Paco Roncero se pasó por sus propias cocinas. No se le escapó ni una, y le vimos seriamente preocupado por el equipo de Verónica, que más que una sopa, había preparado una crema, y no está para nada convencido de que pudieran servir el atún.
De hecho, el cocinado iba con tanto retraso que los jueces se vieron obligados a cambiar el orden de salida de los platos, empezando por el salmonete. Una elaboración conseguida en su mayor parte, salvo en el jugo, que estaba más aguado de lo que esperaban.
Y tal y como vió venir Paco Roncero, el galete de atún no estaba acabado y por lo tanto, se anuló el plato. El primero retrasado y el segundo anulado, primera vez que ocurre en la historia de MasterChef. Un grave error del equipo azul y por el que Verónica tuvo que dar la cara delante de los comensales: “Os pido disculpas”.
El postre sí salió a tiempo, pero faltaba una de las elaboraciones: el helado. Jordi Cruz se quedó muy preocupado porque a estas alturas de programa, algunos de los aspirantes siguen sin saber hacer una ‘quenelle’.
Verónica condena a su equipo a la eliminación
El veredicto de los jueces era evidente desde que uno de los dos equipos tuvo que anular un plato. Verónica fue el centro de diana de las críticas, por no saber liderar al equipo en un programa 10, pero tampoco en un programa 5. “No veo un cambio, no he sabido mejorarte”, le reprochaba Pepe, que parece que ha perdido la ilusión por una de las favoritas.
El equipo azul fue ‘el menos malo’, pero aún así, logró acabar sus dos recetas. Lo que sigue sin perdonarles Jordi es haber confundido el colágeno de pescado con la gelatina de manzana. “Estos fallos me dan mucha rabia” ha lamentado el chef. Eso sí, David se llevó la segunda felicitación de la noche por ser el mejor de la prueba y cerró así el que posiblemente haya sido su mejor programa. Él y todo su equipo se ganaron también una masterclass privada sobre emplatados de Paco Roncero.
Actuaciones de Ricky y Mau Montaner, y menú de Dabiz Muñoz
La tensión de la prueba de eliminación era palpable así que MasterChef invitó a Ricky y Mau Montaner, dos de los artistas de moda, para cantar en directo su último hit No puede ser. Y después de soltar la tensión con unos bailes y perreos, llegaba el momento de la verdad.
En un programa 10, el nivel está a la altura de alguien como Dabiz Muñoz, elegido el mejor cocinero del mundo, que no quiso perderse la prueba de eliminación. Esta fue una de las míticas de MasterChef: los duelos. Y los aspirantes se enfrentarían entre sí, con tres platos secretos del chef.
Como David fue el mejor en la prueba por equipos, tuvo el detalle de escoger a Jokin para que él mismo eligiera a sus rivales. La primera fue Claudia. Y el objetivo era replicar una gyoza de chuleta estofada con mole en 40 minutos.
Dabiz Muñoz salva a Claudia
En una prueba tan difícil como esta, tanto Jokin cómo Claudia demostraron sus habiolidades culinarias. El vasco quizás empezó más nervioso, pero ambos se desenvolvieron bien con las diferentes elaboraciones y acabaron sus platos a tiempo. Los dumplings estaban muy bien conseguidos y la decisión era muy difícil. Pero esto es un concurso, y los pequeños detalles son los que marcan la diferencia. Así lo fue para Dabiz Muñoz, que prefirió el palto de Claudia: “Me ha costado mucho decidir a quién salvar porque lo que ha desnivelado la balanza ha sido que el bocado era ligeramente más gustoso y de textura más agradable. Así que lo siento mucho Jokin porque el trabajo era brutal".
Segunda oportunidad para Jokin, esta vez con Verónica. El objetivo era replicar el primer dumpling que hizo Dabiz: un conejo estofado con diferentes texturas de zanahoria. Todo esto en 45 minutos. Hay que recordar que, a estas alturas, Verónica seguía conservando el pin dorado que le salva de la inmunidad.
Verónica usa el pin de la inmunidad, y tercera oportunidad para Jokin
Jokin repetía cocinado en esta prueba de eliminación y los nervios le pasaron factura. Se le cayó parte del licuado de zanahoria, y se equivocó por completo con los procesos de elaboración de la mesa.
Verónica sí que iba acertando. Y con más templanza y concentración, lo estaba sacando todo adelante. Ambos aspirantes arriesgaron hasta el último minuto apurando con la espuma de zanahoria, pero Verónica le ahorró la decisión a los jueces. Para no arriesgar, usó el pin de la inmunidad que la salvaba de esta prueba.
Más allá de las valoraciones, ambos acabaron sus respectivos platos y no todo el mundo puede decir que ha preparado un plato de Dabiz Muñoz. Tercera y última oportunidad para Jokin. Dicen que a la tercera va la vencida. Esta vez contra María Lo y con una receta en la que el pulpo era el protagonista.
Expulsión definitiva para Jokin
Como bien es sabido, el secreto está en la masa. Y este era el secreto de la prueba. María Lo arrancó a toda prisa, con cuatro fuegos a la vez. Mientras, Jokin con las manos en la masa, sí estaba respetando los procesos de elaboración esta vez.
A la hora de montar los dumplings, se empezaron a notar los fallos. La masa de Jokin se había quedado más seca, quebradiza y se rompía. Sin embargo, la de María Lo parecía más lisa. Una batalla épica que bien podría ser la final de este MasterChef.
En la cata final, Dabiz lo tuvo claro: “Está chiclosa, y le falta coco a la salsa de curry, pero la diferencia está en la masa”.
Así, nos despedimos de un Jokin muy emocionado, que apenas podía contener las lágrimas mientras se deshacía en agradecimientos hacia los jueces y sus compañeros: “Creo que he hecho un buen trabajo, y me voy satisfecho”.
A lo largo del concurso, Jokin ha demostrado que tiene mano para la cocina, y que tiene pasión por esto. Y así de claro lo ve Jordi Cruz, que le ofreció una suculenta oferta: “Si de verdad es tu sueño, te juro que yo te voy a ayudar a que seas un gran cocinero. Te espero en la que quieras de mis casas y me voy a ocupar de que brilles en la cocina”.