MasterChef: Adrián pierde los nervios por ser capitán de dos equipos
- Adrián ha ganado una experiencia gastronómica en Atrio, de Toño Pérez, pero también ha recaído sobre él la doble capitanía
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Adrián ha ganado una experiencia gastronómica en Atrio, el restaurante del chef Toño Pérez, tras cocinar unas manitas de cordero con setas y una crema de patata. Sin embargo, en MasterChef hay ocasiones en las que se da una de cal y otra de arena. Al convertirse en el mejor de la primera prueba, ha recaído también sobre Adrián la responsabilidad de ejercer la doble capitanía en la prueba de exteriores. El aspirante ha encajado bien la noticia y se ha mostrado con ganas de liderar ambos equipos, aún a sabiendas de la dificultad que ello comporta. En total, entre los dos equipos los aspirantes debían cocinar seis tapas. Por tanto, un total de seis recetas que tan solo conocía Adrián.
Ya desde un inicio, los nervios se han apoderado de Adrián. Se le iban las palabras mientras explicaba las elaboraciones a los integrantes del equipo rojo, Claudia y David. “Voy a tranquilizarme porque…”, ha confesado el aspirante mientras notábamos que no se acababa de ubicar. “¿Os ha quedado claro, chicas? Porque a mí no mucho”, ha comentado Patricia.
“Estoy saturado y me tenéis que ayudar”, ha explicado Adrián a David y Claudia. “Piensa las cosas, relájate, eres hoy nuestro faro”, le ha dicho Jordi para intentar calmarlo. Además, el chef ha advertido a Claudia y a David de que debían estar especialmente atentos y reclamar la ayuda de Adrián cuando tuviesen alguna duda. Pero Adrián no ha logrado centrarse. “Estoy yendo de cocina en cocina y no me estoy aclarando nada. Me estoy saturando y no sé ni qué decirles a mis compañeros…”, ha confesado.
La charla a sus compañeros, el punto de inflexión
Adrián no ha ocultado sus dudas y sus inseguridades en ningún momento de la prueba. Al ver que no conseguía dar las órdenes correctas, ha parado momentáneamente a los dos equipos para hablar con ellos. “Es de inteligentes avisar cuando se está desbordado. Estoy desbordado ahora mismo y me tenéis que echar un cable. No he estudiado nunca y no se me quedan las elaboraciones en la cabeza. Si me ayudáis un poco lo sacamos adelante. Yo voy a hacer todo lo posible para que sea así”, ha explicado. Ante estas palabras, todos sus compañeros han tenido una actitud ejemplar y han tratado de ayudarlo en todo lo que han podido. No hemos escuchado ninguna queja ni reproche hacia el liderazgo de Adrián, sino todo lo contrario: entre todos, han intentado poner su granito de arena para que Adrián encontrara su lugar y pudiese dar órdenes.
Pese a los esfuerzos de los aspirantes, el cocinado ha concluido con un resultado muy dispar de cada uno de los equipos. Mientras que el equipo rojo ha sufrido de primera mano las consecuencias de una sucesión de órdenes contradictorias, el equipo azul ha servido todas las tapas con éxito gracias a la gran compenetración de sus integrantes. María Lo ha tomado rápidamente las riendas del equipo azul, con el apoyo de Patricia y Verónica. Juntas han demostrado que son las Destiny Child de MasterChef y que forman un equipo magnífico.