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Daniel Kahneman: "Reducir la desdicha es mejor que intentar incrementar la felicidad"

  • Pere Estupinyà visita al premio Nobel, Daniel Kahneman, investigador de los mecanismos ocultos del comportamiento humano
  • El uso de mascarillas responde más a la influencia del entorno social que a los motivos conscientes que damos para hacerlo
  • Las emociones y el optimismo tienen facetas que pueden jugar a favor en determinadas situaciones y en contra, en otras
  • El Cazador de Cerebros: los lunes a las 20:00 en La 2 | Puedes ver todos los programas en RTVE Play

Por
Daniel Kahneman, psicólogo, economista y profesor universitario
El Nobel Daniel Kahneman y Pere Estupinyà charlan sobre la toma de decisiones, los sesgos cognitivos, o concepto del ruido como una interferencia en las buenas decisiones.

Daniel Kahneman no tiene reparo en reconocer que prefiere no conceder entrevistas a los medios. Con 88 años y un premio Nobel de Economía en sus espaldas, el fundador de la behavioral economics y uno de los científicos sociales más destacados del siglo XX y la actualidad no necesita dar a conocer sus ideas o sus libros. De modo que las dos horas que nos concedió en el salón de su casa de Nueva York ya están entre los momentos estelares de El Cazador de Cerebros.

Y, como siempre nos pasa, en el capítulo que emitimos en La 2, tuvimos que dejar fuera momentos de la entrevista entre Kahneman y Pere Estupinyà que bien merecerían un capítulo paralelo. ¿Qué más hablaron, además de las diferencias entre los dos sistemas de pensamiento –el 1 (rápido e intuitivo) y el 2 (lento y racional)–, de los sesgos cognitivos, el nudge (los “empujoncitos” que nos ayudan a tomar decisiones), o del concepto del ruido como una interferencia en las buenas decisiones? A continuación, aprovechamos este espacio para transmitiros algunas de las ideas fascinantes que no cupieron en la emisión.

Entrevista a Daniel Kahneman

Daniel Kahneman es un psicólogo israelo-estadounidense. Fue Premio Nobel en Ciencias Económicas (2002). RTVE

Mascarillas y vacunas

Pere Estupinyà: Como uno de los mayores expertos del mundo en toma de decisiones, ¿usted analiza sus propias decisiones con frecuencia, presta atención a sus sesgos en el día a día?

Daniel Khaneman: ¡Casi nunca! [risas] Mi campo principal de estudio son los sesgos cognitivos que afectan la toma de decisiones. Pero hay muchas otras cuestiones que influyen como las emociones o las relaciones sociales. Basta mirar la pandemia de COVID19: la gente que no usa mascarillas es más optimista de que no cogerá la enfermedad, pero su optimismo no es el motivo por el que no usan mascarillas. En realidad es algo que se debe al entorno entorno social: si la gente a la que respetan no usa mascarilla, ellos tampoco lo harán.

PE: Una forma de influir sutilmente, de condicionar a la gente para predisponerla a tomar ciertas decisiones son los nudges o “empujoncitos” [en el capítulo vemos en profundidad este tema].

Pero usted dice que para cosas muy importantes, como vacunarnos durante la pandemia, el nudging no es tan eficiente. ¿Por qué?

DK: Lo que es más característico de los nudges es que son medidas muy baratas y fáciles de llevar a cabo y permiten un cambio significativo en el comportamiento social con una inversión muy pequeña y de una forma muy natural y no coercitiva. Pero cuando necesitas un cambio grande en el comportamiento, el nudging no alcanza. Por ejemplo, no hubo ninguna campaña con resultados significativos para incrementar la tasa de vacunaciones. A lo sumo, hay mejoras del 1% o 2%, pero no se logra que el grueso de los antivacunas cambien de postura.

Seguir o no a las emociones

Entrevista a Daniel Kahneman

Pere Estupinyà visita al psicólogo y economista en su casa para charlar sobre sus ideas a 20 años de la recepción del Nobel de Economía. RTVE

PE: Otra cosa importante que interfiere en este tipo de decisiones son las emociones, sin embargo está muy popularizada la idea de que siempre debemos hacer caso a nuestras emociones. ¿Qué opina de ello?

DK: Creo que esa idea de que “debemos” hacer caso a nuestras emociones es tan útil como el concepto de que “debemos” resistirnos a ellas. A veces hay que seguir a las emociones y, a veces, debemos resistirlas. No existe una regla. Pero sí hay cosas concretas que sabemos al respecto. Te cito un ejemplo, un estudio sobre la satisfacción con unos pósters decorativos. Se dividió a los compradores en dos grupos: uno, simplemente eligió el póster sin más, y el otro grupo tuvo que dar explicaciones de por qué habían hecho su elección. Lo que se vio es que los que eligieron sin dar razones quedaron más satisfechos. En situaciones como esta, hacer caso a las emociones es lo más razonable.

PE: Últimamente ha dedicado parte de su tiempo a estudiar sobre la satisfacción con la vida y la felicidad. ¿Cuál es su enfoque sobre esta temática?

DK: Primero de todo, yo hago una distinción entre la felicidad emocional y la satisfacción con la vida, en el sentido de que las decisiones que tomes para maximizar tu satisfacción con la vida no son las mismas que tomarías si quisieras maximizar la calidad de tus experiencias. Y lo cierto es que no sé cuál es más importante. Yo solía pensar que las experiencias personales son más importantes que los juicios que la gente hace sobre su propia vida. O sea, yo pensaba que experimentar la felicidad era más importante que tener satisfacción con la vida. Pero lo que aprendí es que, en realidad, lo que la gente quiere no es maximizar la experiencia, sino tener una buena historia sobre sí mismos para estar satisfechos con su vida. Y me encontré en esta situación ridícula: yo tenía una teoría sobre qué es el bienestar, pero esa teoría no es lo que la gente quiere y eso fue devastador para mí, y decidí dejar de lado este campo de estudio. Pero otro punto importante que aprendí es que hay una gran diferencia entre incrementar la felicidad y reducir la desdicha. Y creo que sería mucho más útil centrarse en medidas que reduzcan la desdicha que en intentar incrementar la felicidad.

Las dos caras del optimismo

PE: Siguiendo con un tema semejante: usted dice que el optimismo tiene dos facetas. Por un lado puede ser inconveniente pero en otras situaciones, un rasgo favorable. ¿Por qué?

DK: Aclaremos primero que el optimismo es, en gran medida, algo temperamental y genético. El optimista suele nacer así. Dicho esto, podemos considerar que los optimistas son afortunados: suelen ser populares, exitosos, más felices, viven más tiempo… Pero en el contexto del proceso de toma de decisiones, es importante creer en aquello que estás haciendo y sentir que puedes tener éxito. Pero hay una gran diferencia entre, primero, decidir entrar en el juego y, luego, jugar. Y cuando estás decidiendo si vas a entrar en el juego debes ser muy cuidadoso y el optimismo te puede tender una trampa. Pero cuando ya has entrado en el juego, necesitas creer que puedes ganar, es importante creerlo, y en este caso, el optimismo es muy útil.

PE: ¿Está usted contento con la manera en que se utiliza en la sociedad el conocimiento que ha generado a lo largo de su carrera?

DK: No tengo claro cómo se utiliza nuestra investigación, pero soy consciente de que ha sido muy influyente y me alegra. Lo que sí sé es que la manera en que la gente piensa sobre sus propias decisiones en distintas áreas está influenciada por nuestra investigación. En muchas profesiones la gente evalúa sus sesgos. Contar con un lenguaje que te permita pensar en lo que haces te permite ser más inteligente con respecto a tus acciones. En gran medida, lo que hemos hecho es introducir un lenguaje, conceptos y términos que la gente puede reconocer en situaciones cotidianas y actuar sobre ello. No es algo revolucionario, pero es algo útil.

*El Cazador de Cerebros es un programa que se emite los lunes a las 20:00 en La 2 | Puedes ver todos los programas en RTVE Play.