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Belleza natural, bio, eco, vegana...¿Negocio o realidad?

  • La demanda de productos cosméticos aumenta: en 2023 se estima que esta industria genere un 50% más que en 2017
  • Este aumento se debe a una mayor esperanza de vida y a los hábitos de consumo “digitales” de las nuevas generaciones
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El escarabajo verde - Avance 'El precio de la belleza'

Los cosméticos están en nuestro día a día, los usamos casi sin darnos cuenta. Cada persona se aplica una media de siete productos al día, una cifra que en los adolescentes puede llegar incluso, a más de quince. Champú, gel, pasta de dientes, perfume, laca de uñas…todos ellos fabricados con sustancias que en muchos casos no son recomendables para nuestra salud y el medio ambiente. Gracias al acceso a la información que tenemos hoy día, el consumidos ha empezado a exigir y valorar los productos más naturales. Lo “bio”, “eco” o “vegano” está de moda ¿pero cual es la diferencia entre todas estas denominaciones?

Cada persona se aplica una media de siete productos al día

En lo que conocemos como cosmética convencional, que es la más comercial, se utilizan principalmente ingredientes de síntesis química, mientras en los considerados naturales deben aparecer ingredientes derivados de vegetales.

La diferencia entre los naturales y ecológicos es que, en el caso de los segundos, ese compone natural debe ser de una plantación ecológica. Es decir, que no se han utilizado ni herbicidas, ni pesticidas..., etc. Cuando encontramos la etiqueta de vegano quiere decir que no tiene ningún ingrediente que proceda de origen animal como puede ser la cera de abeja, la miel o la leche.

Make up products prsented on white podiums on pink pastel background.

Productos de cosmética Istock

Cuidado, hay trampa

Pero en toda esta nomenclatura existen “trampas” por ejemplo para que un producto sea considerado y vendido como “natural”, basta con que tan solo un 1% de los componentes sea de origen natural. Además, la única manera de saber si lo que nos venden es real, es a través de los sellos de certificación que, hasta el momento, pertenecen a empresas privadas. Por tanto, lo más fiable sigue siendo leer con detenimiento las etiquetas y consultar la lista INCI de ingredientes para saber cuáles son aptos y cuales no.

para que un producto sea considerado y vendido como “natural”, basta con que tan solo un 1% de los componentes sea de origen natural.

Según nos indica Nicolas Olea, Catedrático de Medicina de la Universidad de Granada, en algunos cosméticos se ha detectado sustancias reconocidas como disruptores endocrinos. Estos son compuestos químicos contaminantes ambientales que interfieren en el mensaje de las hormonas en el desarrollo de las especies. En este caso, estamos hablado de exposiciones crónicas, ya que todos los días utilizamos los cosméticos con efectos a largo plazo, por tanto es posible que el daño no se vea hasta más tarde en el desarrollo del individuo.

no debemos asociar de ninguna manera lo sintético a malo y lo natural a bueno.

Muchas de estas sustancias ya se han retirado o prohibido, pero aún hay algunas presentes que deberíamos tener en cuenta a la hora de escoger lo que compramos.

Lo natural y lo sintético

Eficacia y seguridad son otros de los puntos de discrepancias entre los defensores de lo natural y lo sintético. Nos cuentan que para lograr una mayor efectividad en un periodo más corto de tiempo es necesario emplear componentes sintéticos. De hecho, según el Doctor Candelas, Dermatólogo, no debemos asociar de ninguna manera lo sintético a malo y lo natural a bueno. Ya que existen muchos componentes naturales nocivos para el ser humano y que causan, por ejemplo, alergias severas. Por tanto, lo recomendable es usar menos productos y escoger solo lo que necesita nuestra piel sea natural o convencional.

Productos naturales de cosmética

Productos naturales de cosmética Istock

¿Una industria sostenible?

Todo lo que afecta a nuestra salud está directamente relacionado con nuestro entorno y viceversa. Se supone que según reza su nombre la “cosmética natural” debería preservar el medio ambiente, desde su cultivo, formulación, fabricación y distribución. Pero en los últimos años nos hemos encontrado con que además de sustancias tóxicas como parabenos, triclosán formaldehído o siliconas, desechos químicos y demás derivados del petróleo, esta industria genera en Europa más de 8600 toneladas de residuos plásticos. No solo se trata de buscar que los ingredientes sean orgánicos, sino que es fundamental que los envases sean biodegradables o reciclables.

Ese es el gran reto de esta industria que parece concienciada teniendo en cuenta que todas las grandes empresas ya han creado un departamento especifico de sostenibilidad para dar prioridad a estos temas.