La captura y almacenamiento de carbono, clave para combatir el cambio climático
- Noruega es pionera en la captura del CO₂ de procesos industriales y en su almacenamiento en capas profundas del suelo marino
- La creación de combustibles solares mediante hojas artificiales y bacterias transgénicas puede generar un crecimiento “limpio”
- Un último recurso para luchar contra el cambio climático es la geoingeniería solar, polémica por sus posibles efectos secundarios
- El Cazador de Cerebros: los lunes a las 20:00 en La 2 | Puedes ver todos los programas en RTVE Play
La temperatura media de la Tierra ya es 1,1ºC más alta que a finales del siglo XIX. Según el último informe del IPCC, el panel intergubernamental de expertos en cambio climático, tenemos que evitar que el calentamiento sobrepase 1,5°C o, en el peor de los casos, los 2°C, con respecto que la época preindustrial. La buena noticia es que los gobiernos del mundo (con algunas excepciones notables) parecen haber tomado nota de la urgencia y las energías renovables Pero la mala noticia es que todavía estamos lejos de que ese crecimiento sea suficiente para alcanzar las metas climáticas porque, según las proyecciones, la demanda energética a escala mundial aumenta más rápidamente que las renovables.
Entonces, si las renovables no son suficientes, ¿qué otras herramientas tecnológicas nos ofrece la ciencia para luchar contra el cambio climático? En el capítulo de El Cazador de Cerebros que se emite este lunes, decidimos poner la lupa en tres opciones interesantes y con distintos grados de desarrollo: la captura y almacenamiento de carbono, la fotosíntesis artificial ligada a los combustibles solares y, por último, una medida polémica: la geoingeniería solar.
Primera opción: capturar y almacenar el carbono
En la primera parada, Pere Estupinyà viaja a Noruega, país pionero en los proyectos de captura y almacenamiento de CO₂, para charlar con Mona Mølnvik, una experta en esta tecnología. Técnicamente, capturar el CO₂ de los procesos industriales y luego almacenarlo bajo tierra para evitar que llegue a la atmósfera es algo relativamente sencillo. De hecho, Noruega lleva haciéndolo a pequeña escala desde hace tres décadas e incluso pudimos visitar una planta de captura experimental donde se desarrollan varias técnicas de captura.
Entonces, ¿por qué la captura y almacenamiento de carbono no es más común? El motivo es económico: si bien reduce drásticamente la huella climática de las industrias contaminantes, también las hace menos competitivas porque encarece sus costos de producción.
Mølnvik explica que la viabilidad de esta tecnología depende de decisiones políticas como las que está tomando la Unión Europea, que disminuyen el impacto económico negativo de las industrias al aplicar estas tecnologías. Una prueba de ello es el proyecto Longhip, con el que Noruega comenzará en breve a almacenar CO₂ a gran escala de industrias muy contaminantes y que, en una segunda fase, podrá extenderse a países del norte de Europa.
Una tecnología con potencial en países en desarrollo
¿Qué otras tecnologías pueden ayudarnos a luchar contra el cambio climático? Cruzamos el charco y vamos a la Universidad de Harvard, en los Estados Unidos, para conocer a Daniel Nocera y su proyecto de fotosíntesis artificial para generar “combustible solar”.
Su tecnología consta de dos partes: primero, con un pequeño panel que se alimenta de la energía del sol, semejante a una hoja artificial, separa las moléculas de hidrógeno y oxígeno del agua. En una segunda parte, unas bacterias transgénicas se alimentan del hidrógeno generado por su dispositivo y del CO₂ del aire. Gracias a su metabolismo diseñado en el laboratorio, esas bacterias generan como desecho un combustible que puede aprovecharse para la actividad humana.
“la cuestión es tener incentivos, necesitamos que la ciencia se acompañe de políticas“
Es un proceso sencillo y barato de hacer que puede ser fácilmente implementado en países en desarrollo, donde se espera que el aumento de la demanda energética sea más fuerte en las próximas décadas. Sin embargo, Nocera explica que es muy difícil competir contra la industria de los combustibles fósiles: tras un siglo de inversiones multibillonarias en la infraestructura del petróleo, cualquier cambio de paradigma implica pérdidas económicas. Por eso, “la cuestión es tener incentivos, necesitamos que la ciencia se acompañe de políticas”, asegura el científico sobre el reemplazo de la matriz energética basada en la explotación de los combustibles fósiles.
Polémica, pero quizás necesaria
La última tecnología que mostramos en el programa también es la que menos quisiéramos tener que usar. Se trata de la polémica geoingeniería. Nos la explica uno de los principales expertos del mundo en esta herramienta, el ingeniero y profesor en Harvard, David Keith.
La geoingeniería solar consiste en soltar aerosoles en capas altas de la atmósfera para refractar las radiaciones del sol y con ello contribuir a enfriar el planeta. Pero hay varios motivos por lo que esta técnica genera polémica: por un lado, puede crearnos la ilusión de que podemos seguir quemando combustibles fósiles sin problemas y, por otro lado, puede tener efectos adversos en algunos puntos del planeta, tanto en el clima como en los ecosistemas. “Hay que sopesar los riesgos de hacerlo frente a los de no hacerlo”, advierte Keith.
*El Cazador de Cerebros es un programa que se emite los lunes a las 20:00 en La 2 | Puedes ver todos los programas en RTVE Play. No te pierdas el nuevo capítulo: “Las energías renovables no son suficientes”, para conocer otras soluciones tecnológicas complementarias a las energías renovables.