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'El hombre que mató a Liberty Valance': la película que terminó con la leyenda del western

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'Quién mató a Liberty Valance' (1962) en Días de Cine Clásico
'Quién mató a Liberty Valance' (1962) en Días de Cine Clásico

No le bastó con revolucionar el western y poner todo patas arriba con Centauros del desierto (1956). Tras demostrar al mundo que aún le quedaban unas cuantas balas en la recamara, John Ford volvió a sorprender a la industria del cine en 1962 con El hombre que mató a Liberty Valance (1962). Una película que daba una vuelta de tuerca más a su género favorito, subvertía el mito de las películas clásicas del Oeste y ofrecía una narración con saltos temporales que sorprendió a todos (una vez más). La película que hoy aterriza en RTVE Play está considerada el primer filme denominado western crepuscular (también llamado anti-western). Entre los muchos matices que ofrece esta revisión del género, destaca la visión poco maniquea de la trama. Mientras que el wéstern tradicional siempre encarna una clara frontera entre el bien y el mal, el wéstern revisionista no lo hace. En esta cinta, John Ford decía su último adiós al blanco y negro en el género que le hizo grande. Una imponente obra maestra en la que juega con todos los lenguajes cinematográficos, haciendo viajes al pasado, presente y futuro, recurriendo a sus queridas elipsis y con un guion sublime.

John Wayne y John Ford vuelven a trabajar juntos en 'Quién mató a Liberty Valance' (1962)

John Wayne y John Ford vuelven a trabajar juntos en 'Quién mató a Liberty Valance' (1962)

¿De qué va El hombre que mató a Liberty Valance?

A lo largo de sus dos horas de metraje, que se hacen trepidantes, la película comienza con la narración de Ransom Stoddard (James Stewart), anciano senador del Congreso de los Estados Unidos, explica a un periodista por qué ha viajado con su mujer para asistir al funeral de su viejo amigo Tom Doniphon (John Wayne). La historia empieza muchos años antes, cuando Ransom era un joven abogado del este que se dirigía en diligencia a Shinbone, un pequeño pueblo del Oeste, para ejercer la abogacía e imponer la ley. Poco antes de llegar, fue atracado y golpeado brutalmente por Liberty Balance (Lee Marvin), un temido pistolero.

Como ya mostró sin tapujos en Centauros del desierto, a estas alturas de su carrera Ford no tenía nada que demostrar, pero seguía dejando a todos con la boca abierta. Para empezar, el director de grandes títulos como La diligencia (1939) o El hombre tranquilo (1952) no era dado a contar las historias de la forma tradicional. Ford buscaba los recovecos del alma de sus personajes y los mostraba de forma parcial, ofreciendo pequeñas pistas al espectador, para que fuese este último quien completara el puzzle.

Adentrarse en sus películas siempre resultaba un reto, pero con El hombre que mató a Liberty Valance, todavía un poco más. Los silencios, lo que se intuye, el sentido de una mirada, una frase indirecta, un tiroteo en el que no se sabe quién dispara o un borracho citando a Shakespeare. Son pistas y hay que ir desgranándolas para resolver los misterios y secretos que guarda la película.

Más allá de los misterios por resolver, hay una historia de amor que, como en muchas otras de sus películas, atraviesa el comienzo de la trama. En el caso de esta película, hablamos del triángulo amoroso a tres bandas entre Tom Doniphon (John Wayne) y Ransom Stoddard (James Stewart) con Hallie (Vera Miles) en medio.

Lee Marvin es Liberty Valance

Lee Marvin es Liberty Valance

"Cuando la leyenda se convierte en un hecho..."

Es una de las frases más famosas de la película y es el trazo de otro de los grandes temas que aborda la película. Curioso que una cinta del Oeste establezca líneas sobre el periodismo y el cinismo de los escritores. John Ford lo hace. En El hombre que mató a Liberty Valance se aborda el tema de la creación de las leyendas (una parte jugosa de ficción en la que el público cree) más aceptable que la historia (o los hechos).

El guiño va en dos direcciones, la del periodismo y la del propio Hollywood y, en concreto, la del genero del western, donde las máquinas de relaciones públicas de los grandes estudios de cine producían mentiras y leyendas interminables sobre las estrellas de cine.

El pasado frente al progreso

La película también le sirve a Ford para críticar a una sociedad americana que vive también de la leyenda. "La leyenda se ha convertido en nuestro folclore y el western se ha convertido en la parte más colorida de nuestra herencia americana es la forma en la que nos mantenemos en contacto con nuestro pasado", decía Wayne en una entrevista de promoción de la película. Criticar el western, revisionarlo como hace Ford es, en realidad, revisar y poner en duda ciertos valores norteamericanos, basados en las leyendas y la ficción.

El hombre que mató a Liberty Valance es un film con multitud de tensiones duales que muestra magistralmente un momento crítico en el avance de la civilización occidental: el libro contra el revolver, la ley contra la violencia. El Este civilizado de donde viene Stoddard contra el salvaje Oeste de Doniphon. Futuro frente a pasado. La ley y el orden contra la anarquia, el futuro contra el pasado. Todo ello ejemplificado en una bella y rotunda imagen, la flor de cactus que anuncia el jardín en el que se convertirá la ciudad Shinbone.

Celebramos el aniversario de uno de los mejores westerns de la historia del cine, dirigido en 1962 por John Ford y protagonizado por John Wayne, James Stewart y Lee Marvin.

Una obra fundamental, tanto para la historia del cine, como para la historia general que ilustra de manera extraordinaria cómo se forja una leyenda. En la cinta se presenta a Stoddard como un avance necesario frente al personaje de Wayne, un pasado derrotado que, al igual que ocurre con el héroe de Centaruos del desierto, se ve obligado a retirarse frente al imparable progreso. Aunque, hay que admitir que ese lado salvaje de Wayne nos atrae mucho más.