¿Sabías que el hidrógeno puede tener distintos colores?
- Si bien están creciendo, las energías renovables no son suficientes para satisfacer las necesidades energéticas del planeta
- Se está trabajando en distintas tecnologías complementarias a las fuentes renovables para cumplir con las metas climáticas
- Los colores del hidrógeno se determinan según su método de obtención, que pueden variar de muy limpios a muy contaminantes
- El cazador de cerebros: los lunes a las 20:00 en La 2 | Puedes ver todos los programas en RTVE Play
Las energías renovables están creciendo, pero la mala noticia es que lo hacen a menos velocidad de la que necesitamos para cumplir las metas climáticas. El problema es que la demanda energética global crece más rápido que las renovables y esa diferencia se cubre quemando cada vez más petróleo. Sin embargo, eso no significa que los científicos estén de brazos cruzados, y en El cazador de cerebros , os mostramos algunos desarrollos que se están llevando a cabo para intentar mitigar los efectos del cambio climático.
En el capítulo Las energías renovables no son suficientes, nos centramos en tres tecnologías con distinto grado de desarrollo –la captura y almacenamiento de carbono, la fotosíntesis artificial para crear combustibles solares y la geoingeniería solar– pero existen más alternativas. Una opción de la que se oía hablar bastante hace dos décadas es la del hidrógeno como vector energético, pero la moda se desvaneció a medida que las baterías y los coches eléctricos ganaban cada vez más espacio. Sin embargo, el hidrógeno ha vuelto al escenario y nos hubiese gustado incluir este tema en el capítulo, lo que no hicimos por falta de tiempo, y quizás lo hagamos en una nueva temporada.
Cómo se produce el hidrógeno
Mientras pensamos temas para futuros capítulos de El cazador de cerebros, quisiéramos explicaros algo de lo que seguramente habéis oído hablar y quizás no tengáis claro a qué se refiere: los colores del hidrógeno.
Al igual que un coche eléctrico puede ser más contaminante que uno de gasolina si la energía de su batería se genera quemando carbón, el hidrógeno tampoco es siempre una garantía de energía sostenible. Por eso, existe una “paleta de colores” para describir cómo se produce el hidrógeno y cuán “limpio” es.
Del negro al verde, toda una paleta
El hidrógeno negro o marrón, por ejemplo, se consigue al calentar hulla o lignito (dos tipos de carbón mineral) a más de 700 ºC. De esta forma, se obtiene un gas del que se extrae el hidrógeno. Es la forma más antigua de producción y, debido a sus emisiones de CO₂, es la más dañina para el medio ambiente.
Hidrógeno blanco: al ser el elemento más liviano de la tabla periódica, los depósitos naturales subterráneos de hidrógeno puro son muy escasos y, actualmente, no existen tecnologías para aprovecharlo. También se llama hidrógeno blanco al que se genera como subproducto de procesos industriales.
En el presente, la forma industrial más común es el hidrógeno gris: las moléculas de metano, o gas natural, contienen átomos de hidrógeno que se pueden extraer mediante la técnica de “reformado con vapor”. Es un proceso que consume mucha energía porque exige presiones muy altas y temperaturas de 800 a 900 ºC, y para colmo de males, libera muchos gases de efecto invernadero.
Cómo “limpiar” algunos colores del hidrógeno
Sin embargo, durante la producción del hidrógeno gris, es posible evitar que esos gases de efecto invernadero se liberen a la atmósfera. En este caso, tenemos un nuevo color y hablamos del hidrógeno azul. En realidad, cualquier hidrógeno negro, marrón o gris que incorpore un proceso de captura y almacenamiento de carbono como el que vimos en el capítulo del lunes pasa a ser considerado hidrógeno azul.
Recientemente, se ha desarrollado una técnica nueva para producir hidrógeno a partir del metano que, en lugar de generar un subproducto de CO₂ como en el hidrógeno gris, produce un desecho de carbón sólido que, obviamente, no contribuye al efecto invernadero. Este proceso, llamado “pirólisis del metano”, requiere una temperatura superior a los 1000 ºC y es el que da origen al hidrógeno turquesa.
El resto de los colores del hidrógeno están basados en la técnica de la hidrólisis: utilizar electricidad para dividir las moléculas del agua en oxígeno e hidrógeno, que luego se captura. Cuando esa energía proviene de centrales nucleares, hablamos del hidrógeno rosa. Pero cuando se genera empleando electricidad de fuentes renovables (eólica, solar u otras), obtenemos el hidrógeno verde que, como su nombre indica, es el más respetuoso con el medio ambiente.
Por último, cuando la electricidad usada para practicar la hidrólisis proviene de un mix de fuentes diversas –renovables o no–, hablamos del hidrógeno amarillo.
Si queréis saber cómo se puede capturar el CO₂ que se genera durante el proceso industrial para obtener hidrógeno, en RTVE Play podéis ver el capítulo “Las energías renovables no son suficientes” donde, entre otras cosas, explicamos cómo funciona el proceso de captura y almacenamiento de carbono.