Hitler también convencía a golpe de talonario: 80.000 marcos por un divorcio
- Nuevos capítulos en Documaster: seis capítulos de historia con 'El ascenso de los nazis, dictadores en guerra' y 'El ascenso del movimiento nazi'
- La relación de admiración y odio entre Hitler y Stalin, dos dictadores que firmaron la época más cruel y sangrienta de Europa
- Además, el destino de quienes dudaron del Führer, como el hombre al mando del Ejército alemán, von Brauchitsch, todo en RTVE Play
Walther von Brauchitsch estaba destinado a ser militar. Nacido en 1881 en una antigua y noble familia de Silesia, un territorio de mayoría alemana, y era el sexto de los siete hijos del nada más y nada menos que director de la Academia de Guerra Prusiana, Bernhard von Brauchitsch. Padre e hijo no eran los únicos militares de la amplia familia donde también había resistentes a Hitler.
Con su educación prusiana y su valor, llegó a vislumbrar quién era en realidad Adolf Hitler, hombre un carácter rencoroso y vengativo, nada tolerante a las críticas y que rara vez se dejaba aconsejar, alguien a quien la vida humana poco le importaba, un auténtico dictador.
1938, un año crucial
Von Brauchitsch era veterano de la Primera Guerra Mundial, condecorado con dos cruces de hierro, ejemplo para subordinados y superiores por su capacidad táctica y estrategia. No creía en la ideología nazi ni la defendía, pero en 1932 y en vista del panorama político, se afilió al Partido Nazi. Su vida se movió entre las argucias y los engaños del entorno más fiel a Hitler y de su incapacidad para pagarse sus asuntos privados.
A principios de 1938 se descubrió que el ministro de Guerra Werner von Blomberg y el comandante en jefe de las fuerzas de tierra Werner von Fritsch, no apoyaban ciegamente al Führer.
Así que se deshicieron de ellos: a Blomberg le acusaron de estar casado con una exprostituta y a von Fritsch de ser homosexual. Debieron dejar sus puestos. El de von Fritsch, por consejo de él mismo, lo ocupó von Brauchitsch. Sus colaboradores le veían como una garantía para que el Ejército mantuviera su independencia del poder político. Pero esa no era la idea de los nazis.
El verdadero von Brauchitsch
El general había llegado tan cerca de Hitler que cuando los problemas financieros le acuciaron, le pidió dinero prestado. En abril, Von Brauchitsch iba a divorciarse de su esposa y Hitler le prestó 80.000 marcos alemanes. Para el dictador, los altos importes que le fue dejando no eran un problema, pero significaban que la dependencia de Von Brauchitsch era total. No solo económicamente, sino como fiel colaborador.
Pero para Von Brauchitsch, coger el dinero no significaba estar de acuerdo con las ideas de Hitler. En septiembre estaba decidido a no dejarle avanzar en su locura y acordó con otros dos generales detener al Führer en cuanto ordenara un ataque militar. Estaban convencidos de que Alemania todavía no estaba lista para la guerra. Francia e Inglaterra, atentos, intentaron restar importancia a una posible ataque alemán a Checoslovaquia. No se opusieron e incluso el primer ministro inglés Neville Chamberlain visitó a Hitler en su refugio de los Alpes, el Nido del Águila.
Von Brauchitsch depuso su actitud, pero jamás delató a sus compañeros. Así que siguió ascendiendo en el escalafón militar. Y a finales de ese mes de septiembre, sin problemas para pagar un buen banquete a sus invitados o un nuevo uniforme, se casó con su segunda mujer.
Vuelta a la guerra
Tan cerca de Hitler, nunca le llevó la contraria. Si se ponía las manos en la cabeza en su presencia era figuradamente, cuando escuchaba sus órdenes fuera de toda lógica militar. A partir de 1939, Von Brauchitsch dirigió con gran éxito las campañas de la 'Blitzkrieg', la 'guerra relámpago' en la que Alemania invadió Polonia, Francia, Noruega, Dinamarca, los Países Bajos y Bélgica. También estuvo al mando en los Balcanes. Le nombraron Mariscal de Campo, la más alta graduación entre generales. En 1940 el apoyo del pueblo alemán al Führer era total.
La guerra avanzaba, así como los deseos Hitler de dominar el mundo: contra su voluntad, convencido de que era una auténtica barbaridad, Von Brauchitsch debió iniciar la Operación Barbarroja, la invasión de la Unión Soviética. Era junio de 1941. El invierno les iba a derrotar, como a Napoleón.
Hitler lo sabía: un año antes visitó París, ocupado completamente por sus tropas, inmortalizó su imagen frente la Torre Eiffel y no se saltó Los Inválidos, donde permaneció unos instantes ante la tumba de Bonaparte. ¡A él no le iba a ocurrir lo mismo, él si iba a conquistar Moscú!
Cuando fracasó el ataque alemán llegó el 'Baile de los generales'. Hitler los destituyó y él mismo asumió el mando. Acusó a Von Brauchitsch del fracaso en Rusia y en 1941 sufrió un ataque al corazón. Ya no regresó a su puesto. En 1944 condenó la Operación Valquiria para derrocar a Hitler y declaró su fe total en la victoria alemana. En 1945 fue detenido por los aliados y murió antes de que terminara su juicio en Nuremberg, donde le acusaron de crímenes de guerra.
El ascenso de los nazis, serie completa en RTVE Play
Los acontecimientos que llevaron a Alemania a provocar la Segunda Guerra Mundial enfrentaron a Adolf Hitler y Jossif Stalin, dos personajes históricos que definen lo que es un dictador: alguien que compra la lealtad a cambio de cargos, sobornos, corrupción. Sin compasión.
En los tres episodios ya emitidos por Documaster de 'El ascenso del movimiento nazi', vimos por este orden los capítulos Política, Primeros seis meses en el poder y La Noche de los Cuchillos Largos.
Ahora RTVE estrena la segunda temporada, la continuación del desastre para Europa y para millones de ciudadanos de otros continentes. Titulada 'El ascenso de los nazis', se compone también de tres capítulos. En el primero, 'Barbaroja', Hitler se encuentra en el punto álgido de popularidad. Debe tomar una decisión que determinará el resultado de la guerra: qué hacer con la Unión Soviética y su dictador Jossif Stalin. No acordará nada con él como cuando invadió Polonia. Esta vez va a atacarle. Se inicia en los frentes del Este una de las campañas militares más brutales e inhumanas.
El segundo episodio es 'Stalingrado'. En 1942, Hitler ha perdido la Batalla de Moscú. Es invierno y las tropas alemanas necesitan desesperadamente comida y gasolina. En el tercer episodio, 'El frente interno'. Después de la derrota en Stalingrado, en 1943 el cansancio de la guerra empieza a notarse y el pacto entre los nazis y la población empieza a verse amenazado. Hitler no aparece y su ausencia crea un vacío de poder. Los nazis veteranos compiten por demostrar quién es el mejor sustituto.
Esta producción de la BBC cuenta con imágenes de archivo, impecables reconstrucciones dramáticas y testimonios de historiadores y expertos. Se adentra en las mentes de dos dictadores cuyos delirios de grandeza e invencibilidad los llevaron a su propia derrota y analiza por qué las dictaduras no funcionan. Un relato aterrador sobre la arrogancia, la decisión y las oscuras artes políticas que conspiran para destruir la libertad.
Todos los capítulos de las dos series fundamentales de la historia en Documaster: 'El ascenso de los nazis, dictadores en guerra' y 'El ascenso del movimiento nazi', disponibles en RTVE Play.