Libre como el aire, el vuelo de Maya Plisétskaya
Más allá de ser una de las mejores bailarinas del siglo XX, Maya Plisétskaya es un emblema de la danza clásica. Destacó en los escenarios de todo el mundo, pero siempre mantuvo un especial vínculo con España.
Maya desde joven se sintió atraída por la cultura española y, tras haber bailado con éxito gran parte del repertorio clásico, comienza a acercarse a nuestro país a través del papel de Carmen. El fuerte carácter de la joven cigarrera andaluza curiosamente se adaptaba a la perfección a su decidida personalidad rusa.
Fue directora del Ballet del Teatro Lírico Nacional -la actual Compañía Nacional de Danza- de 1987 a 1990. Su paso por esta institución, junto a su hermano Azari Plisetsky, fue determinante para consolidar la danza clásica en España. Además, obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de Las Artes en 2005 junto a Tamara Rojo. Pero sería en 1993 cuando tuvo una de sus mayores alegrías al obtener la nacionalidad española.
Maya Plisétskaya había nacido en el Moscú de 1925, en el seno de una familia de origen judío y su infancia no fue fácil. Siendo pequeña vivió en sus propias carnes el terror estalinista. Fusilaron a su padre cuando ella tenía 11 años y su madre y su hermano pequeño fueron deportados al Gulag en Kazajstán.
La pequeña Maya fue adoptada por una tía suya que era primera bailarina en el Bolshoi, lo que le permitió mantener los estudios de danza que ya había iniciado en su escuela. Entra oficialmente en el ballet del Bolshoi con 18 años y pronto es nombrada primera bailarina, la única en lograrlo a una edad tan temprana.
Con dos obras emblemáticas, El Lago de los Cisnes y La Muerte del Cisne, Maya definirá el conocido Estilo Plisétskaya: manos, caídas, codos de cisne, cabeza erguida, torso inclinado hacia atrás… ejecutado con la máxima perfección técnica y delicada sutileza. Su marido, el compositor Rodion Shchedrín contribuyó a su fama con la creación de cuatro ballets para ella, además de Carmen Suite. El Caballito Jorobado, Anna Karenina, La gaviota y La dama del Perrito.
Maya era la dominadora de la escena del Bolshoi y en ella se sentía libre. En sus figuras y vuelos gozaba de la libertad que la represión estalinista cercenaba en el país. Pero a pesar de los vetos para que no saliera de la URSS, Maya triunfó en todo el mundo. Estados Unidos, Francia, Inglaterra...su éxito no conoció fronteras.
El documental, con guion de Olga Baeza, cuenta con la participación de su hermano pequeño, el coreógrafo y maestro de ballet, Azari Plisetsky; su amigo y director de danza, Ricardo Cué; su pareja en el Teatro Lírico Nacional, Ricardo Franco; la también bailarina, Arantxa Argülles, que creció junto a Maya; José Manuel Garrido, director del INAEM entre 1985 y 1989, artífice de su llegada a España. También cuenta con las intervenciones de Tamara Rojo, que recibió el Premio Príncipe de Asturias de Las Artes junto a Maya; e Igor Yebra, que bailó en la gala homenaje que le rindió el Bolshoi en su 75 aniversario. Asimismo, el programa agradece la labor en las intervenciones en ruso de la pianista ucraniana Victoria Glushenko; y la de Alicia de la Cruz de Imprescindibles de TVE en el testimonio de Tamara Rojo.
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