Letur, en la Sierra del Segura de Albacete: un regadío histórico que se remonta a la época andalusí
- En la Sierra del Segura, la población de Letur conserva un sistema de riego tradicional
- El sistema de acequias conserva en buen estado las masas de agua de su entorno
- La Comunidad de Regantes “Las Fuentes de Letur” defiende la protección del regadío por su alto valor
- El Escarabajo Verde en RTVE Play y en la web de Cienca y Futuro
Letur es una población ubicada en la Sierra del Segura de Albacete, en la zona de cabecera del río, que conserva un regadío histórico que se remonta al menos a la época andalusí. El agua que brota de fuentes naturales llega por gravedad mediante una red de acequias hasta la última de las terrazas de cultivo del peñasco, donde abunda el travertino, es decir, rocas formadas por depósitos de carbonato de calcio.
La tierra de Letur es hija del agua
Su sistema de riego ha mantenido las masas de agua de su entorno en buen estado, lo que hoy es una excepción, pues el regadío, que actualmente representa el 85% de toda el agua consumida en la cuenca del Segura, es el principal responsable de la presión y estrés hídrico que sufre esta zona cuyos acuíferos, manantiales y caudales ya no dan para una demanda que no deja de aumentar.
La comunidad científica argumenta que deberíamos proteger los regadíos históricos. Así lo recoge en el capítulo siete el informe presentado por la Fundación Nueva Cultura del Agua, ya que aportan múltiples servicios ecosistémicos. No solo son una fuente de provisión de alimentos, además contribuyen a mantener un microclima más fresco en el entorno. Al respetar el ciclo natural del agua, conservan los manantiales y los acuíferos en buen estado y son generadores de una gran diversidad biológica.
Cómo proteger los regadíos históricos
El biólogo Pedro Sánchez Gómez de la universidad de Murcia, destaca que en Letur, al conservarse la huerta igual que hace más de cuatrocientos años, ahí siguen las yedras, las zarzaparrillas y las bedarras. Al seguir corriendo el agua por acequias y paredes, se mantienen comunidades de culantrillo, ricas en briófitos y algas, o variedades de mentas y megaforbios, una flora que hoy goza de protección en la Unión Europea, pues son especies prioritarias para la Directiva Hábitats.
Partidores, estajaeros, tablachos, esas son algunas de las palabras que se oyen en las conversaciones entre los agricultores de Letur, donde la Comunidad de Regantes se ha declarado especialmente comprometida a preservar la cultura y la sabiduría de un tipo de gestión del riego que ha demostrado su viabilidad a lo largo de mucho tiempo. En 2020 y 2021 organizó jornadas con especialistas que se pueden consultar en las redes sociales.
El agua no es solo un recurso
Luis López, el presidente de la Comunidad de Regantes “Las Fuentes de Letur”, se muestra sin embargo preocupado, pues según él pesa demasiado la visión del agua como un simple recurso y de la agricultura como una industria más. “Sí al riego, por supuesto, pero no de cualquier forma”, dice Luis. “Cerca de nuestras fuentes se están empezando a abrir pozos de menos de siete mil metros cúbicos, y cada vez que denunciamos uno de esos pozos la respuesta de la Administración es que como nuestro acuífero no está sobrexplotado no debemos quejarnos. Y cada vez que se instala una actividad contaminante sobre el acuífero, como el acuífero no está contaminado no hay que protegerlo. Entonces, ¿qué hay que esperar? ¿A que esté destruido para arreglarlo…? Es mucho más difícil arreglar algo que está roto que conservarlo cuando está en buenas condiciones.”
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