Siete destinos para un verano natural e inolvidable por España
- Los pueblos blancos de la Sierra de Cádiz, la desembocadura del Miño, Goierri, en el País Vasco o la Comarca de la Sidra
- Repasamos algunos de los destinos nacionales a los que hemos viajado este año en El gallo que no cesa
Vacaciones. Hay pocas palabras tan deseadas como esta. Implican descansar, salirse de la rutina, más tiempo libre y, en muchas ocasiones, viajes. En El gallo que no cesa, semana a semana, nos hemos ido preparando a fondo para este momento y en la última sección de la temporada hemos recopilado algunos de los destinos. Hay opciones para todos los gustos, aunque hoy nos decantamos por aquellas donde predominan pueblos y naturaleza.
Los pueblos blancos de la Sierra de Cádiz
Por sus playas infinitas y por su gastronomía, Cádiz es uno de los destinos soñados en verano, pero hay opciones más allá de la costa y un ejemplo son los pueblos blancos de la Sierra de Cádiz, en el norte de la provincia.
Son 19 pueblos de casas encaladas, con magníficas iglesias y castillos, muestra de un pasado convulso en un territorio de frontera. Los más pequeños tienen tan solo unos 400 habitantes, el más grande, Arcos de la Frontera, en torno a 30000.
Ocupan un territorio diverso que va desde las zonas de montaña a amplias extensiones de campiña y agrícolas. Su valor natural es alto y de ahí los dos parques naturales, el de la sierra de Grazalema y el de los Alcornocales y su declaración como Reserva de la Biosfera.
Sigüenza y el Barranco del Río Dulce
Por su historia, por su patrimonio, por su gastronomía y por el paisaje que la rodea, Sigüenza es una de las ciudades que más visitantes atrae de la provincia de Guadalajara.
Fue un territorio codiciado por la presencia de sal y por su ubicación, en un alto entre Castilla y Aragón y sus piedras son un libro abierto que habla de la historia. Como páginas, lugares como la plaza Mayor, las puertas de la muralla, la casa del Doncel, el castillo o la catedral.
Los alrededores tampoco se quedan cortos. Varias rutas de senderismo recorren el parque natural del barranco del río Dulce, un lugar de enorme belleza natural en el que ya reparó Félix Rodríguez de la Fuente.
Desembocadura del Miño, una frontera fluida
La Raya es una frontera fluida que nos da enormes alegrías y, como muestra, la desembocadura del Miño que marca el límite entre Portugal y España, entre Camiña y A Guarda, dos poblaciones que se miran desde hace siglos, bañadas por el agua dulce del río y la salada del Atlántico.
En el lado gallego, tenemos que recorrer el puerto, buscar las casas de indianos, fotografiar las fachadas de colores que miran al mar, caminar en busca de las cetáreas y, por supuesto, subir hasta el castro de Santa Trega.
Desde allí, se ve A Guarda, el Atlántico, la desembocadura del Miño y Camiña, unas vistas que nos invitan a cruzar a Portugal. Podemos hacerlo en barco o por carretera. En cualquier caso, merecerá la pena acercarse al centro histórico de esta villa medieval lusa.
Comarca de la Sidra, la tierra del elixir asturiano
Si hay una bebida que identifica a Asturias esa es la sidra y hay una zona donde se elabora una parte muy importante de este producto: la comarca de la Sidra.
Este territorio, bañado por el agua del Cantábrico y enmarcado por las montañas, está lleno de pumaradas, de grandes extensiones de manzanos, y de lagares.
Para conocer en profundidad toda la cultura que existe alrededor de la sidra hay varias opciones: visitar una sidrería, acudir a un lagar, participar en una cata, visitar el museo de la sidra o hacer una ruta entre manzanos.
Como aliciente, las poblaciones de interior o costeras que forman parte de esta comarca. Algunas como Lastres o Tazones tienen puertos preciosos y otras como Villaviciosa destacan por su patrimonio románico.
Valle del Ambroz, un puzle de verdes al norte de Cáceres
El norte de Extremadura está lleno de rincones verdes y uno de ellos es el valle del Ambroz, una pequeña comarca de grandes desniveles, con una vegetación variada y exuberante y pueblos llenos de historia como Segura de Toro, de fundación celta, Baños de Montemayor, de origen romano o Hervás, levantado en la Edad Media.
Es posible pasarse horas y horas caminando por la capital del valle, sobre todo recorriendo las calles de su barrio medieval (la judería), donde, a cada paso, las casas de madera y adobe enmarcan un rincón de la montaña cubierto por castaños o robles.
Son bosques ideales para recorrer a pie o en bici gracias a una red de rutas que se extienden por todo el valle. Y cuando el calor aprieta en el valle del Ambroz, lo mejor es acudir a las piscinas naturales que se abastecen del agua helada de las gargantas que nacen en la sierra.
Goierri, las tierras altas del País Vasco
Entre mayo y octubre, las zonas de pastos verdes de Goierri están salpicadas de pequeños puntos blancos. Son las ovejas latxas, la raza autóctona del País Vasco y de Navarra. Con su leche se elabora el famosísimo queso Idiazábal.
Hay quienes se acercan hasta aquí atraídos por la gastronomía y quienes lo hacen motivados por un paisaje verde de colinas y valles, salpicado por caseríos y donde se encuentran dos parques naturales: Aizkorri-Aratz, con sus cimas calizas, sus hayedos y sus robledales y de la sierra de Aralar, con la omnipresente presencia del Larrunari o Txindoki, el monte más popular de la zona.
A todo esto hay que sumarle la belleza de sus pueblos, algunos grandes como Ordizia, famoso por su mercado histórico cuyo origen se remonta 500 años atrás y otros más pequeños como Segura, una villa medieval que guarda en el interior de su muralla palacios barrocos.
Pontevedra, capital de las Rías Baíxas
Pontevedra presume de tener uno de los centros históricos mejor conservados de Galicia, unas calles y unas plazas llenas de iglesias, palacios, casas y fuentes ornamentales que se pueden recorrer caminando gracias a un plan de movilidad sostenible que se puso en marcha hace dos décadas.
Se mueven a pie los vecinos, los turistas y también los peregrinos que recorren el Camino de Santiago portugués o los senderistas que saben que, a pocos pasos, el pavimento de la calzada se convierte en senderos por los que pasear por las orillas de los ríos Lérez o Gándara, junto a la ría o adentrarse en los parques periurbanos.
Además, la capital de las Rías Baixas, permite descubrir lugares donde la naturaleza manda como el parque nacional de las Islas Atlánticas, Cabo Home, playas como la Lanzada o pueblos tan deliciosos como Combarro.
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