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¿El culpable? Laurence Olivier

Marilyn Monroe: la frase que la enfureció en el rodaje de 'El príncipe y la corista'

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Laurence Olivier y Marilyn Monroe en 'El príncipe y la corista'
Laurence Olivier y Marilyn Monroe

Marilyn Monroe ya era toda una estrella en Hollywood cuando firmó con su propia productora su primera película independiente. El príncipe y la corista, dirigida y coprotagonizada por Laurence Olivier. Compartiendo pantalla, la mujer más sexy del mundo, nada más, porque para él, Marilyn solo era eso, el mito erótico que el público quería ver. En cambio, para ella, él era un referente, un icono con quien deseaba trabajar. Su relación empezó con buen pie, fuera del set de rodaje. Una vez dentro, las cosas cambiaron drásticamente.

Las de Marilyn Monroe y Laurence Olivier eran personalidades totalmente opuestas. Los conflictos eran habituales entre ellos y la producción se complicó. Él, que ya había dirigido y protagonizado la obra de teatro, acabó enfurenciendo a su compañera de reparto. Solo una frase hizo falta para que la actriz le hiciera la cruz. "Todo lo que tienes que hacer es ser sexy", le dijo restándole importancia a los textos y a la interpretación de Monroe.

Laurence Olivier y Marilyn Monroe en 'El príncipe y la corista'

Laurence Olivier y Marilyn Monroe en 'El príncipe y la corista' GTRES

Se le quedó grabada aquella frase, no hubo vuelta a atrás. La cosa empeoró tras el incidente, la tensión se palpaba en el ambiente. A modo de venganza, Marilyn Monroe empezó a llegar tarde al set a propósito. "Si no respetas a tus artistas, no pueden trabajar bien", así justificaba ella su comportamiento.

Laurence Olivier y Marilyn Monroe en 'El príncipe y la corista'

Laurence Olivier y Marilyn Monroe en 'El príncipe y la corista' GTRES

Además, hubo otros problemas a causa de las adicciones de Marilyn Monroe. Según Spoto, el aumento de su consumo de pastillas y al alcohol, y tuvo un aborto espontáneo. A pesar de todo, el rodaje de El príncipe y la corista acabó a tiempo, a finales de 1956, según lo planificado.

Un pulso entre su director y su marido

Marilyn Monroe estaba en medio de su marido en aquel momento, Arthur Miller, y el director Laurence Olivier. La actriz estuvo casada con el dramaturgo y guionista durante cinco años, el rodaje llegó justo después de su boda, así que aquel viaje fue como su luna de miel. Ya sea por deformación profesional o por sus deseos de controlar a su mujer, Miller comenzó a hacer comentarios sobre los textos y su interpretación, incluso quiso reescribir algunas partes, pero Olivier no lo permitió.

El rodaje de El príncipe y la corista no podía ser más tenso, además del encontronazo entre Marilyn y Olivier, entraba también en juego su marido, que guardaba una especie de diario donde escribía sus pensamientos. Su esposa lo encontró y leyó un párrafó sobre ella que resultó ser de lo más doloroso. En él, Miller aseguraba que Monroe le había decepcionado y la describía como una prostituta. Sin embargo, Marilyn no se rindió y luchó por su matrimonio durante mucho tiempo. No fue hasta 1961 cuando se separó de él.